Estaba el otro día este Apuntador sacando los dólares que tiene bajo el colchón para ir a McAlllen el viernes 29 a las ofertas del Día de dar Gracias -porque “El Buen fin” es para nacos-, cuando encontré en Facebook un texto escrito por el catedrático y periodista de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL.
Su contenido hizo recordar aquellos personajes de los medios de comunicación de Monterrey que fingen demencia cuando llegan a ocupar puestos directivos, contrario a lo escrito por Saúl González Estrada, también conductor de TV Nuevo León, y quien aplica la máxima: honor a quien honor merece.
Enseguida se transcribe el texto que el profesor González Estrada compartió en su perfil de Face, como prueba de que nunca se debe perder la humildad, pero sobre todo reconocer al prójimo y ser agradecido con el mismo gremio. Aquí va:
La oportunidad de que hoy pueda ejercer el bello oficio del periodismo tiene sus orígenes y me debo remontar a quienes influyeron positivamente en mí: mis maestros de la Facultad.
Tuve la fortuna de aprender, conversar y hacer amistad (algunos hasta fueron jefes míos) con muchos de ellos. Y he de reconocer que siguen siendo grandes mentores en la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Lewis Dawson Story me dijo una vez en materia de Periodismo Radiofónico “órale, métete a la cabina. Vas a hablar durante tres minutos sobre lo que se siente besar a una vaca”. Risas en ese momento, pero el maestro se refería a la improvisación de todo locutor y conductor.
Tuve que hacerlo durante tres minutos, observando tras el vidrio de la cabina la risa de muchos compañeros de aula.
Iñaki Alzugaray, en Periodismo Televisivo, comentó en clase “en un programa en vivo y con público hay que diferenciar a quién vamos dirigidos. Nosotros que hacemos tele, debemos pensar que vamos dirigidos a los que están en casa aunque tengamos mil personas en el set”, haciendo hincapié en la magia de la televisión.
Héctor Hugo Jiménez Castillo nos habló del trabajo del corresponsal de guerra, sus ventajas y desventajas; así que en 2003, mientras un servidor cubría la famosa conferencia de la ONU donde Fidel Castro habló del “comes y te vas”, me topé a Eduardo Salazar, corresponsal de guerra de Televisa y pude entender de manera más sencilla esa labor (y obvio no me picó los ojos tan fácil).
Bernardo Latorre, en aquel entonces editor de la sección internacional del Periódico El Norte, me impartió Periodismo Internacional y me dio algunos tips de redacción para ese medio.
El maestro Fermín Pérez, quien fuera editorialista de Milenio, me enseñó cómo hacer periodismo de opinión y sobre todo los alcances que éste tiene.
Napoleón Nevarez -que aunque es abogado, ejerció el periodismo como locutor durante años-, me hizo hacer un trabajo sobre la Ley Federal de Radio y Televisión, que por cierto, sigue siendo obsoleta. “Lo que no está prohibido, está permitido”, decía riendo en clase. La frase se sigue aplicando.
Alejandro Sandoval, en examen de Fotografía Periodística, mandó a un equipo a tomar fotos de una sesión de cabildo a Monterrey -a sabiendas que ese día no había sesión- y a un servidor a tomar fotografías a la Coyotera y la Risca. Salimos apedreados y tuvimos que recurrir a Seguridad Pública.
Más allá de reclamar como alumnos mejor pensamos: “En este oficio siempre debemos de llevar la foto o la nota. A fuerza”.
No puedo dejar de lado a Silvino Jaramillo. “Muchacho cachuchón, vete a contar lagartijas al cerro y me traes una crónica bien redactada sobre eso”, me dijo el profesor.
Luego, durante tres años, en el Hotel Monterrey tuve el honor de que me compartiera todos los miércoles por la tarde algunos datos de sus reseñas que aparecían en el programa de mano de la OSUANL.
Desde luego, pude disfrutar con él (Jaramillo) algunos conciertos en el Teatro Universitario y en el Auditorio San Pedro, siendo el director de la orquesta Félix Carrasco.
Creo que fue una generación de alumnos muy fructífera (1998 al 2002) y me atrevería a decir que casi todos desde estudiantes laborábamos en los medios: Adriana Esthela Flores, ahora en Sudamérica de conductora; Imelda González Padilla, jefa de prensa de la Cruz Roja; Maximiliano Torres, locutor de Hits FM y jefe de prensa del Auditorio Banamex; Diego Enrique Osorno, periodista, cineasta y editorialista en Milenio; Rebeca Alegría, jefa de prensa de la Asociación Estatal de Periodistas de Nuevo León; Alberto Medina, reportero de El Porvenir.
Azael Rodríguez, periodista gráfica de Récord; Karla Araujo, reportera de El Gráfico; Raymundo Pérez Arellano, periodista En Punto de Partida; Gaby Botello, reportera de espectáculos en Ventaneando; Dante Tuexi, director de un periódico en Ciudad Victoria; Lázaro Dávila, editor en TV Azteca Noreste; José Juan Waters, productor en una de las agencias publicitarias más importantes de Nuevo León; Lissette Álvarez Cazol, jefa de prensa del Instituto de la Juventud y el Festival Internacional Santa Lucía; Bety García, redactora en Info 7 Matutino.
Sin dejar de lado al otro grupo de periodismo (eran dos salones): Luis García, periodista y locutor de Multimedios; Roberto Celis, jefe de prensa del municipio de Monterrey, y Lilibeth Lira Salazar, ahora jefa de prensa de Cultura de Monterrey; entre muchos otros.
Espero que las nuevas generaciones de estudiantes vean el periodismo como es: un oficio servicial en el que todos los días nos pondrán trabas.
Sin embargo debemos conseguir a como dé lugar la información, sin violentar la ética; que tomen los retos que les lanzan sus maestros y no vean limitaciones. Desgraciadamente a veces muchos se quedan allí, sin dar el último paso.
CAMBIO DE PIEL… Y DE ESENCIA
Así como digo una cosa digo la otra, declaraba la vieja filósofa mexicana La Chimoltrufia hace unos cuantos años. La expresión viene a colación luego de que el miércoles 20 de noviembre, cuando a las seis de la madrugada estaba más puesto que un calcetín de futbolista seleccionado, nos enteramos que el Grupo Reforma había cambiado el formato de su edición impresa de El Norte.
Como en mi Ipad 2 solamente se descarga la versión digital, tuve que dejar pendiente el hoyo 8 en el Campestre e irme volando a buscar en una de esas tiendas de barrio la edición 27 mil 212 del periodicote para conocer sus tan mentados cambios de diseño, formato y contenido.
Sí, de entrada el lector que paga 12 pesos por ejemplar, se topa con cambios sustanciales en la presentación de El Norte, e incluso se queda impresionado por la nitidez y, obvio baby, lo brillante de sus tonos pastel en sus cabezales, identificaciones de secciones y hasta en los recuadros y marcos de sus notas y gráficas, de rato como que empieza a shockearle estos rompecabezas informativos en que se convirtieron las páginas del rotativo ubicado en la calle de Washington y Zaragoza.
Vaya, como me dijo uno de mis parterns de los wednesdays, jugador empedernido del golf, deporte de reyes y gentes High Society: “Se parece al Horizonte, hasta en los colores…”.
Y sí, de plano, de entrada pareciera que El Norte copió a su rival en casi todo, pero lo que me dicen mis informantes es que las modificaciones ya estaban previstas desde marzo, pero por diversas causas se atrasaron hasta noviembre. Bueno pues, todo cambio es para bien. Y eso se espera de El Norte y no vaya a ser contraproducente.
MILENIO DE MALAS Y EN PICADA
Pero si los horizonteños ven difíciles la situación, el desmembrado, desmantelado, desquebrajado y descabezado equipo de periodistas y reporteros de Milenio Diario de Monterrey están en su pior época… Sí así, porque pior es más feo que peor.
Digan si no es verdad que día tras día dan tumbos en cuanto a los contenidos informativos, dependientes en su mayoría de las decisiones del equipo de Milenio Diario Ciudad de México, distantes 914 kilómetros de La Sultana del Norte, (algo así como 567 mil 93 millas para quienes usan los sistemas de desplazamiento del gabacho). Pero eso es lo de menos.
Lo demás es de que los pocos reporteros con los que labora el rotativo, apenas la cuarta parte de los que llegó a contar su redacción a mediados de los años 90 del siglo pasado, se la tienen que rifar pero en grande para poder estar en todas las fuentes, o cuando menos, en donde se generan las noticias de actualidad.
Y ni tiempo les queda para las entrevistas de semblanza y profundidad u opinión, o los reportajes de profundidad, incluso aquellos seriados que le dieron notoriedad a El Diario de Monterey cuando así se posicionó y compitió con El Norte.
Es más, el desbarajuste y la definición de rumbo ya afectó hasta el portal digital de Milenio, el cual también cambió recientemente de diseño. Antes era más fácil encontrar las ediciones digitales de las ciudades donde se edita el impreso y acceder a sus contenidos. Ahora es más engorroso, y sobre todo, amontonado en lo visual, por ello el número de visitas tanto en la edición Monterrey como en la de otras ciudades, salvo la capitalina, cayó de manera estrepitosa.
UNA DE NO CREERSE
El 15 de noviembre los espectadores de TV Nuevo León presenciaron la transmisión en vivo y en directo desde el Teatro de la Ciudad de la ceremonia por el Día del Servidor Público, mejor conocidos como burócratas, y en la que el discurso central fue encabezado por el gobernador Rodrigo Medina.
No tendría nada de excepcional este evento si no fuera porque, de acuerdo a quienes estuvieron metidos de manera directa con la producción y emisión de la señal, tuvieron un retraso de más de media hora en el programa que afectó incluso la llegada del mandatario al recinto de la ceremonia, y obvio, a la programación de todo el Canal 28.
¿La causa? Que el productor del video institucional con el informe de actividades del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado (así de largo es el nombre), Iñaki Alzugaray, el antiguo director de la televisora (y quien además es la voz en off del mismo), enviara en un formato quesque de alta definición el contenido pero del cual nunca tuvo interés en que se adquiriera el equipo para modernizar al 28.
Pero el colmo no fue ni lo largo y aburrido y mal editado del video institucional, sino la serie de negros –cuando la imagen desaparece de la pantalla y sólo queda el audio, y los desfaces de tiempos-, sino que ya cuando se pensaba que había concluido aún se escuchaba en las pantallas de los televisores y los del teatro la voz del narrador, mientras la mayoría de los servidores públicos en el teatro gritaban protestando por la nula calidad del programa. Pena ajena pues.
Por otro lado, hace unas semana dejó de trabajar para la empresa a la que le sirvió 22 años, o sea a El Norte, Enrique Guadarrama, quien era el experto en materia de automovilismo.
Guadarrama era más bien conocido por su parquedad que por su capacidad, según nos cuentan sus compañeros y pues ahora luego de media vida para él dándole al teclado en el periodicote, finalmente se fue, o mejor dicho, lo fueron.
Será parte de las modificaciones que El Norte le ha hecho hasta su formato en esta recta final del 2013.
Cambiando de aires, en la empresa de la colonia Roma que se llama Multimedios, en donde pasa de todo con los reporteros, la que le hizo pasar tremenda muina a la licenciada María Julia “La Comadre” La Fuente fue la reportera Marilú Oviedo.
Un mediodía la conductora le dio pie a un enlace vía telefónica, pero Oviedo estaba distraída hablando con otras personas pero con el teléfono abierto, es decir, no estaba “prevenida”, como se dice en el argot periodístico.
Y cuando finalmente pudieron enlazarse con ella con imágenes y listo, Oviedo dio un reporte acerca de una mujer de 70 años que había sido baleada.
Lo malo fue que la nota se manejó como si se tratara de cualquier herido, o sea, nunca percibió que lo interesante era la edad de la mujer herida (como si todos los días hirieran a una anciana), abocándose a las mismas muletillas de toda la vida: que los paramédicos, que los policías, que el nosocomio, que los ministeriales.
¿Y saben quién era el productor en ese momento? Pues Ángel Moreno, sí, el mismo que decidió dejar la cobertura policiaca porque los balazos se oyen bien ´”juertote”, y que ahora anda más preocupado por salir en los promos de Mano con Mano, que en su chamba de producción, para lo que le pagan.
Y si producir es sólo refritearse las mismas notas de todos los años, pues prepárese para ver: la nota del operativo carrusel, de la llegada de los pinos, de las precauciones a la hora de iluminar las casa, de los niños pobres, del maratón Lupe-Reyes, de los cambios de temperatura etc, etc.
Por cierto, Zyntia Vanegas hizo pasar aceite al conductor Josué Becerra, al comentar en vivo dentro de su nota de los pinos navideños naturales, que para que conservaran su olor dentro de casa había que “rascarles el tronco”. Conociendo la picardía mexicana, seguramente a más de uno le dio risa su comentario.
Qué bueno que la güerita no dijo esto en el programa de Ernesto Chavana, porque le hubieran puesto de fondo la voz de Chabelo Jiménez cuando dice: ¡Ay eeeeepaleeeee!
Y lo que es peor, las luceros, los burgoas, los giners y las vanegas regresan a la carga con sus mismas notas de todos los años.
La que no se queda quieta es Adriana Macías, la directora del periódico de Cadereyta Acontecer Metropolitano, pues es madre, esposa, reportera, diseñadora, reparte su periódico, hace la cobranza y por si fuera poco los fines de semana es defensa central de un equipo de futbol femenil, además está a punto de recibirse en la Facultad de Criminología de una universidad estatal.
Macías, hija de Hermen, encabeza el periódico Lo Nuestro, también allá en la tierra de los cuajitos y pinta para las ligas mayores… tiempo al tiempo.
El que sigue de presumido es Wili González, el jefe de deportes de Multimedios, pues no se aguantó las ganas de decir que ya le había llegado su acreditación para viajar a Brasil.
Sólo para recordarles a esos de deportes de la empresa de mi amigote Francisco “Pancho” González”, y para que no se cuelguen medallas que no les corresponden: ¿saben ustedes que no fue don Roberto Hernández Junior el primer enviado especial de Multimedios a un Mundial de Futbol realizado fuera de México?
El veterano cronista y conductor hizo el berrinche de su vida cuando supo que don Francisco mandó al Mundial de Italia 90 al entonces jefe de deportes de El Diario de Monterrey, Héctor Hugo Jiménez (actual director editorial general de Hora Cero). Y como editorialista y comentarista viajó Gustavo Moriconi, portero argentino de los Rayados.
Es la primera gran historia de éxito editorial deportivo, y sobre todo de negocios, que contó con el apoyo del corporativo de Multimedios, en especial del entonces director comercial Enrique Gómez Junco. La primera cobertura en el extranjero que unió prensa, radio y televisión.
Algún día Héctor Hugo Jiménez la escribirá a detalle. Porque lo que hoy es Multimedios Deportes y sus coberturas deportivas tiene un origen.
Y el que está decidido a bajar de peso es Aldo Farías, buen cronista de RG La Deportiva, pues se ha sometido a un duro régimen de ejercicios.
Donde parecen haberle dado al clavo fue en Núcleo Radio con la contratación de Alba Perla Rodríguez, quien fue invitada como productora cuando ella formaba parte del área de prensa del municipio de Pesquería.
Alba Perla ya trae trayectoria en los medios y se ha desempeñado bien apoyando el programa Enfoque, de Susana Valdez Levy, desde el edificio que se encuentra en la avenida Cuauhtémoc, en el centro de Monterrey.
Y decimos que le dieron al clavo porque ella ha sido bien vista en la empresa y con orgullo luce su logo. Le deseamos éxito en su nueva faceta de productora.
RETABLOS
Allá por 1984-1985, en lo que ahora es el Colegio Civil Centro Cultural Universitario y antes era la preparatoria numero 1 de la UANL, una novel reportera y conductora de cápsulas informativas de la otrora empresa Multimedios Estrellas de Oro, cobraba como maestra de la materia de Técnicas de Redacción, algo así como un complemento al español que estaba en el programa escolar de nivel bachillerato.
De acuerdo a una reunión de ex alumnos de esa generación 1983-1985, la periodista sólo se presentó el primer día de clases y hasta ahí, y se limitó a enviar con los prefectos las guías para los exámenes parciales y finales.
La práctica, dicen los ex preparatorianos, afectó no solamente a una sino a varias generaciones de Diablillos (así les decían a los de la Prepa 1, al ser un diablo la mascota de su equipo de futbol americano).
Esa ex maestra de Redacción es ahora conductora de un espacio noticioso del mediodía en la televisión local, y según presumen sus jefes, la de mayor rating en Monterrey y su zona metropolitana.
Eso sí, dicen sus ex alumnos, amable y condescendiente a casi todos pasaba con 90 ó 100 en los exámenes finales.
Y ahora la tan gustada pregunta:
¿Quién es la comunicadora que dice que si los artistas no van a su programa no se llena la Arena Monterrey?