Más allá del uso de las botas y sombrero, hebilla grande, de ser de lenguaje campirano, ocurrentes, directos y carismáticos, Vicente Fox Quesada y Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón tienen interesantes coincidencias, protagonizadas cada quien en su tiempo.
En el año 2000 el ranchero panista ex vendedor de la Coca Cola se convirtió en un fenómeno que despertó esperanzas, ilusiones y hasta sueños que, bueno, luego se hicieron añicos y hasta se convirtieron en pesadillas.
Vicente era panista –dice que lo sigue siendo-, y aunque muchos en el PAN no lo querían, se les adelantó y para cuando acordaron, su carisma y sus aliados, muchos de ellos de dinero, junto con sus “Friends” de muchos dólares norteamericanos, lo encumbraron. Los albiazules sabían que era de temerse, pero a como se dieron las circunstancias era el único que podía echar al PRI de Los Pinos, y lo hizo, aunque de ahí no pasó.
El sistema sólo cambió de color.
Vicente fue muy buen candidato y su movimiento fue real, matizado con los recursos frescos de “Los Amigos de Fox”, en medio de un México que ya estaba harto del PRI corrupto y de sus 70 años de poder casi absoluto.
La Foxmanía se percibía por doquier, igual en una plaza de Oaxaca que en una de Nuevo León. Vicente, más que el PAN, convencía al sur, al sureste, al campo, a la clase media y media baja y hasta los bastiones más priistas que Apodaca y Escobedo juntos.
Hoy, hoy, hoy, Jaime Rodríguez Calderón tiene ciertas similitudes. (Sé que a Jaime no le va a gustar la comparación, pero yo veo que el contexto del 2000 nacional y el actual de Nuevo León, guardando sus proporciones, son parecidos, y que entre ambos personajes hay, reitero, características parecidas).
De hecho, el viento sopla a favor de “El Bronco” por donde se quiera ver.
El PRI no quiso ni quiere al ex alcalde de García, por eso se fue por la libre; Fox parecía candidato independiente usando él al PAN.
Jaime dice que, 33 años después, ya se sacó al PRI del alma y que hasta lo “guacarea”; hoy Fox es guacareado por el PAN.
“El Bronco” también habla directo, seduce a los chavos, le cuadra a los viejos, a las mujeres, a ricos, a pobres, pero sobre todo a la clase media, allí, donde está el voto que no es duro, pero que puede ser arrasador.
Los Amigos del Bronco existen; cooperan –como lo hacían Los de Fox- con lana y con chamba, con cabildeo y hacen campaña de boca en boca, pero con el ingrediente adicional que al de Galeana le cayó como anillo al dedo: mediante las redes sociales; ahí también está arrasando.
A Fox al principio los medios le hicieron el vacío, hasta se aliaron tácitamente en su contra, sobre todo los más serviles al PRI-Gobierno.
A Jaime Rodríguez no le dan la cobertura o el trato que la sociedad le está dando. Para los potenciales electorales el candidato independiente va en segundo lugar, y es probable que, de mantenerse las tendencias, supere en breve a la candidata oficial.
Pero las televisoras y muchos impresos acostumbrados a las facturas que saben extender el PRI y el PAN no están viendo claro de parte de “El Bronco”, y quizás ni lo verán, pues éste dijo que no tiene lana para eso.
Pero los empresarios de los medios de comunicación que saben del negocio andan con cautela, y lejos de sumarse a una campaña para decir que “Jaime es un peligro para Nuevo León”, esperan las próximas encuestas para, ahora sí, darle el trato como si comprara espacios al estilo PRI y PAN.
Y aunque por dentro Jaime siga siendo un priista renegado –el ADN, es ADN- muchos le están comprando su bandera de independiente. La raza, como él mismo la llama, ya no puede aguantar más; esperaba un líder más o menos como se vende él.
Los nuevoleoneses, que están casados del bipartidismo ya saben que lo mismo roban los priistas que los panistas; que son deficientes para gobernar, que se endeudan, que la corrupción es parte de ellos y que juntos, protagonizan una mafia política digna de ser guacareada en las urnas.
Los errores de Margarita Arellanes y de su PAN dividido que a última hora la cambiaron por Felipe de Jesús Cantú, y los de Rodrigo y su séquito, es más, hasta la mala reputación del Presidente Enrique Peña Nieto, su esposa y sus familias, y todo lo que el PRI nacional sigue encarnando, le sirven mucho al ex priista.
El gobernador Rodrigo Medina, el PRI y su rebeldía catapultaron a Jaime.
Los nuevoleoneses experimentan un hartazgo, y ya no son presa de las televisoras locales.
La Foxmanía, en el 2000, y la Broncomanía del 2015, tienen algunas similitudes.
El viento sopla a favor de “El Bronco”. Hasta en el Tec de Monterrey fue el más ovacionado.
Claro está, Jaime Rodríguez Calderón no es garantía de cambio en el gobierno. Honestamente, tengo mis dudas.
Lo que sí reconozco, es que “El Bronco” –como lo he dicho en anteriores artículos- tiene la oportunidad de tumbar al bipartidismo, de romper inercias incluso entre el empresariado de los medios de comunicación, que por hoy, la mayoría, siguen jugándosela con la candidata oficial y con el panista.
Tiene la oportunidad de cambiar la historia. Allá él si la desaprovecha y si el “yo” priista interno domina al “yo” independiente libre.
El viento sopla a su favor, y si mejora su narrativa, si evita actitudes foxistas de decirle al público sólo lo que quiere oír, si abandona poses populistas tipo AMLO y si corta y se aleja de sus mentores Martínez-dominguistas, de constructores y empresarios amafiados, puede que llegue.