
No hay duda, cuando mas lo necesita Nuevo León adolece en su clase política de dos sencillas pero profundas palabras: liderazgo y compromiso.
Y resulta totalmente paradójico que esas dos variables eran las que distinguían a los nuevoleoneses del resto de los mexicanos… eran, porque ahora la premisa básica de la mayoría de nuestros gobernantes es hacer que hacen, sin hacer nada.
¿Para qué las maratónicas reuniones en los fastuosos salones de los palacios de gobierno para discutir sobre el mentado polarizado en los cristales de los vehículos de los ciudadanos trabajadores?
¿De qué han servido las largas filas y el tiempo perdido por parte de los automovilistas responsables y respetuosos de las leyes que acudieron a que les retiraran el polarizado de sus unidades?
Gran desperdicio vergonzoso en horas-hombre, y como dice la canción: ¿Todo para qué?
El problema es muy simple; el ciudadano sigue dándose cuenta de las vacilaciones y tropiezos de las actuales autoridades, igual que hace meses lo hicieron los mal llamados integrantes del Crimen Organizado.
Simple y sencillamente no se honra la palabra ni el compromiso asumido, ya que si un grupo de alcaldes metropolitanos informan de las sanciones por circular con vidrios polarizados anunciando con bombos y platillos hasta el monto de las sanciones, todos esperamos que se haga valer la nueva disposición legal.
Pero, a la hora de la hora resulta que ¡no pasa nada!, y solamente algunos municipios de manera medio “sordeada” buscan hacerla valer y buscando evitar únicamente las críticas de los medios de comunicación.
Temerosos de los costos políticos, ellos mismos incumplen una medida implementada por sus propios cabildos, ¿entonces qué pueden esperar los ciudadanos?
Seguimos en el caos y la anarquía, ya que parece que solamente esperan pacientemente el paso de los próximos 15 meses para entregar los cargos a los que siguen, con todo y la papa caliente.
Para qué tantas brincos estando el piso tan parejo, todos sabemos que esa “novedosa medida” tiene cualquier objetivo, menos disminuir los índices criminales de inseguridad.
¿Quitar el polarizado para que ahora sí los maleantes sepan cuántas personas y sobre todo si viajan mujeres solas con niños a bordo? Porque desde cuándo a los criminales les interesa esconderse de las autoridades.
Vaya, ya ni siquiera se ponen los tradicionales pasamontañas cuando asaltaban un banco o centro comercial, ahora hasta le sonríen a las cámaras de vigilancia.
¡La impunidad total!
Es hora que los señores gobernantes acepten que se equivocaron feamente, y como los machos se echen para atrás, ya que esta medida solamente servirá para engrosar las alforjas de los “cumplidores” agentes de Tránsito.
Como también es hora que en verdad busquen soluciones nuevas a problemas nuevos y no reciclen únicamente aquellas que en el pasado han confirmado la triste realidad:
¡Que no sirven para nada!
Vale más que digan aquí corrió que aquí quedó, ¿o no?
Muchas gracias.