
Estaba un día El Apuntador haciendo cuentas sobre el número de reporteros que andan sueltos, es decir sin empleo, a causa de la crisis en los medios tradicionales, cuando contó las semanas que faltan para que decenas de fotógrafos, boletineros, camarógrafos y redactores de redes sociales sean contratados por aspirantes o candidatos.
Pues hay exdirectores de comunicación de dependencias de gobierno y de municipios que están en la banca -o recientemente fueron desocupados-, como es el caso del exreportero del viejo Diario de Monterrey y Televisa, Clemente Almaraz, listos para reaparecer.
Con un colmillo que hace zanja cuando camina, Almaraz duró poco tiempo como asesor de la diputada local Karina Barrón, electa por el PAN y ahora independiente, quien busca ser candidata a la alcaldía de Monterrey con el aval del inquilino del Palacio de Gobierno, Jaime Rodríguez Calderón.
Sin embargo, el exjefe de prensa en Guadalupe con Cristina Díaz e Ivonne Álvarez, está por el momento refugiado en la CTM sirviendo a Ismael Flores, tras ser despedido porque las dos cachuchas obviamente no eran compatibles y fueron mal vistas por “El Bronco”.
Otro que hace ejercicios de calentamiento con el bate es Rafael Heredia, exreportero de El Porvenir y El Norte en los años noventa, exjefe de prensa en San Nicolás y en el Congreso del Estado, que podría reaparecer pronto. Se sabe que asesora a un aspirante a alcalde y también su currículum es bien visto en Tamaulipas y Coahuila.
Tere Durán, exreportera de Televisa Monterrey y quien en 2012 estuvo cerca de ser la directora de Comunicación Social en la administración de Margarita Arellanes en Monterrey, también está en la línea de salida. Ella es cercana a Alfonso Robledo, excandidato a alcalde del PAN en Guadalupe, quien buscará su revancha en 2018.
Convertido en asesor externo en medios de comunicación, por ejemplo de el periódico Luces del Siglo de Cancún, y en temas políticos donde tiene más kilómetros recorridos, José Luis Carrillo tiene el ojo puesto en Nuevo León el próximo año para servir a alguien que requiera su servicios y su experiencia.
Amigo -¿o ya no?- de Abel Guerra Garza, con quien trabajó en las dos gestiones como alcalde en Escobedo, el lagunero de nacimiento quiere la revancha en tierras regias.
Carrillo fue jefe de prensa en la actual alcaldía panista de Saltillo y estuvo con encomiendas específicas en la campaña de Memo Anaya, candidato albiazul a la gubernatura, y va y viene de la Sultana del Norte a las paradisiacas playas color turquesa del Caribe mexicano.
Ante tanto charlatán que ofrece espejitos a los políticos y otros que buscan lo más barato, aunque pueda salir muy caro, hay una generación de gente experimentada que despachó en las direcciones de Comunicación Social de Natividad González Parás y Rodrigo Medina de la Cruz.
Aunque a decir verdad varios o muchos de ellos prefieren no sacar la cabeza ante las órdenes de presentación giradas por la Subprocuraduría Anticorrupción de “El Bronco”, dadas las corruptelas descaradas que se cometieron con el presupuesto de prensa en las pasadas dos administraciones del PRI.
Por cierto, luciendo un sombrero Panamá en un día nublado y lluvioso, Raymundo Pérez Lancón, “capo dei tutti capi” (el mero mero) asesor de González Parás en temas de imagen, paseaba un día por la zona nueva de restaurantes de Plaza Fiesta San Agustín (Main Entrance) en San Pedro Garza García.
Pérez Lancón también anduvo manejando los hilos y los presupuestos de comunicación e imagen en la elección de 2012 cuando Felipe Enríquez, del PRI, buscó la alcaldía de Monterrey y fue feamente zarandeado por Arellanes.
Porque ahora tiene una nueva encomienda como delegado especial del Partido Encuentro Social (PES) en Nuevo León, Juan Manuel Alvarado buscará una diputación local o federal plurinominal, dejando en sus hermanos la tarea de asesorar y planear campañas de candidatos que contraten su despacho.
Antes de la designación de Ivonne Álvarez como candidata a gobernador en 2015, Alvarado era parte del equipo de la actual senadora y fuerte aspirante en ese entonces, Cristina Díaz Salazar. Y también se le mencionó para despachar en el décimo piso de rectoría de la UANL.
De los dos sexenios pasados hay muchos en el desempleo o, peor, en el olvido. Y otros que nunca quisieron actualizarse, hablar un nuevo lenguaje y generar estrategias con las nuevas tecnologías, refugiándose en crear una página de Facebook para intentar tener ingresos del erario.
Hay otros que viven del pasado. Que se les hace fácil llegar con una absurda propuesta con un director de comunicación social para facturar 300 mil pesos mensuales, obvio, ofreciendo retornar 250 mil, por un servicio que no vale ni un peso partido a la mitad.
¿Nombres, nombres, nombres? Quienes están en este ambiente los y las conocen por la bonanza injustificable que vivieron, acompañada del descomunal aumento de su nivel de vida (peor de injustificable), sobre todo en el sexenio de Medina de la Cruz, en complicidad con varios de los anteriores funcionarios de prensa.
El que sigue lejos de los reflectores en Nuevo León, pero con chamba en Tamaulipas, es Fabián Adame, exdirector de Comunicación Social en San Nicolás y Monterey, como jefe de logística en el actual gobierno estatal.
Está tan a gusto allá en Ciudad Victoria que ya ni miedo tiene de la inseguridad que azota ese territorio. Y si la tuviera pues se aguanta, ya que por el momento los espacios donde cabría en Nuevo León están ocupados.
Cambiando de tema, el viernes 21 de junio se llevó a cabo el partido de la ancianidad con el reencuentro del equipo denominado Los Picateclas, mismo que en sus inicios fue conformado por reporteros y editores de las secciones deportivas de los medios locales.
A la cancha de pasto sintético asistieron, de los originales Picateclas: Luciano Campos, Epifanio Vázquez, Rafael Heredia, Sotero Monsiváis, Agustín Lozano, Del Duarte, Dionisio Herrera, Jaime Luna, Roberto Molina y Gustavo Pérez “El Cabo”, entre otros.
Hubo un par que demostraron que todavía traen “algo en el morral” como futbolistas y jugaron medio tiempo: Santiago González y Héctor Hugo Jiménez.
Mención aparte merece el árbitro Antonio Mireles, quien con sus siete décadas demostró que tiene mejor ojo para marcar faltas y fueras de lugar que los discípulos de Edgardo Codesal en la Liga MX, además de Miguel Ángel Chávez, el fotógrafo oficial de reencuentro.
El saldo final del partido: no hubo infartados, tampoco ninguno salió en muletas ni necesitó tanque de oxígeno. Solamente Jiménez terminó con un tirón que se resolvió yendo al médico.
Felicidades a todos los que asistieron a la convocatoria nostálgica, deportiva y familiar pues en las gradas hubo esposas, hijos e hijas. Y los que faltaron se perdieron una sana convivencia.
COMO EN BOTICA…
“Dejemos tanta obstinación por la violencia que sólo puede ser ejemplo de violencia; dejemos de conferir a la violencia tantos acentos que parecen querer exaltarla y alentarla”, es parte del mensaje que el presidente de la República dijo durante la clausura de la Semana Nacional de la Radio y la Televisión, misma que reunió a concesionarios y directivos de medios electrónicos públicos y privados del país.
El discurso, hecho por Ernesto Zedillo en octubre de 1997, hace ya casi 20 años, tenía una intencionalidad y destinarios directos; Televisa y TV Azteca, las amigastras que durante los dos últimos años batieron récords de audiencia con sus programas Ciudad Desnuda y Fuera de la Ley, respectivamente.
Esos programas de corte policiaco, y en los que además de casos del crimen organizado y de la delincuencia común incrustaban peleas familiares, chismes de vecindad y temas paranormales, aderezados con operativos falsos o truqueados, llegaron a levantar tanta ámpula y malestar de organizaciones civiles, empresariales y religiosas, que obligaron a las televisoras, tácitamente, a la autocensura hasta sacarlos del aire.
Se trató de una decisión correcta, señalaron algunos observadores, para quienes los noticieros pecaron de sensacionalistas, mientras otros calificaron la medida como un atentado contra el derecho a la información y un intento por ocultar parte de la realidad.
Televisa explicó en esa ocasión en un comunicado que retiraba de su programación a Fuera de la ley, pues su contenido se apartó “del propósito informativo que le dio vida” y de la política general de noticieros de la empresa.
TV Azteca dijo por su parte que Ciudad Desnuda salía del aire tras haber cumplido “el objetivo de realizar labor social” y en atención de las inquietudes expresadas por “algunos comentaristas, intelectuales y actores políticos”.
A 20 años de esa polémica decisión, TV Azteca, en su afán de ganar más audiencia y ahora sí barrer a Televisa, presenta su programa México en Alerta, con notas y reportajes sobre la violencia en distintos puntos del país, y para ello reclutó a reporteros de diversos estados. TV Azteca Noreste les mandó a Lucerito, perdón, Lucero Rodríguez.
Pues qué les puede decir este su sencillo Apuntador, que México en Alerta no es más que pan con lo mismo: es como si sacaran todas las notas policiales del día, o de la semana, o del mes pasado y las metieran con calzador en una emisión de 60 minutos tres veces a la semana. No hay nada nuevo que aporte a lo que presentan los noticieros diarios, incluso, los temas más polémicos se les pasan.
Vaya, lo feo de México en Alerta es que retoman noticias viejas y las hacen parecer como nuevas, como ocurrió con la primera intervención de Rodríguez sobre el crimen de varios individuos en Apodaca, y en la que usaron el archivo de video para presentar una declaración de Roberto Flores del mes de abril, cuando era procurador de justicia, en julio. “Hágame el refabrón cabor”, diría Armando Fuentes Aguirre “Catón”.
Lo triste para Rodríguez es que llegó a la CDMX para cubrir reportajes policiales de gran altura, y terminó haciendo las notas de color de relleno que sus compañeros no quieren, como entrevistar a limpiavidrios, diableros en La Merced, pepenadores de basura y boleteros.
Otra que hizo el cambio, al dejar una chamba de varios años en una empresa periodística radiofónica para adentrarse en los caminos de la televisión, es Cynthia Pardo.
Después de casi cinco años en las filas de ABC y Radio Alegría, Pardo llegó a ocupar la vacante que dejó Rodríguez.
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
No es que este su humilde picateclas sea una monedita de oro…, pero de lo que sí está seguro es de que no se echa más salsa y crema de las que merece en sus tacos.
Valga lo anterior para hablar del proyecto en Internet de tres exreporteras y empleadas de áreas de comunicación social estatales y municipales, quienes emprendieron un proyecto periodístico propio que en el papel –y en Facebook, en YouTube y Twitter- cacarearon mucho y bien, pero hasta ahí.
Verificado es la página de Internet con sus redes sociales de igual nombre, en donde se integraron Liliana Eloseguí, Deyra Guerrero y Syndy García.
Previo a su lanzamiento el 24 de julio, en redes se autoelogiaron sobre su vocación de desnudar y desmentir a los políticos, y hasta una entrevista en Radio Fórmula les hizo su amigo Vicente Valdez. Ojalá no les quede grande la yegua.
UNA MÁS
Empleados y colaboradores celebraron el 18 de julio el 59 aniversario de operaciones ininterrumpidas de Televisa Monterrey, con pasteles y convivios diversos tanto en programas en vivo como tras bambalinas.
En diversas redes sociales pueden apreciarse las imágenes de los eventos fraternos que tuvieron directivos y jefazos con sus subordinados, con risas y abrazos como en toda fiesta.
También esas fotos pueden ser apreciadas como el último festejo de cuando menos unos 40 empleados, quienes lamentablemente a partir del 1 de agosto y en lo que resta del 2017 empezarán a ser despedidos por diversas razones, pero la principal de ellas, cuestiones económicas.
Será, según detallan los potenciales afectados, el sexto recorte de personal que se padece en el periodo de dos años, iniciado en el 2015 y que ha dejado sin empleo a más de 150 personas, a las cuales se sumarán 40 más, tanto de confianza como sindicalizados.
¿BUSSINES OR PLEASURE?
Para aquellos quienes hemos viajado por los seis continentes la pregunta se hace tan aburrida al llegar a diversos puertos aéreos o marítimos, por lo que este Apuntador se suma a la exigencia mundial de los viajeros frecuentes de eliminarla junto con las visas o permisos de cada país.
Ya externada la queja, que esperemos sea apoyada por todos los lectores, está la interrogante a los directivos de Multimedios y Milenio sobre el viaje de Víctor Martínez a la tierra del Sol Naciente, conocida por el vulgo como Japón.
¿Fue de trabajo o fue de placer? Porque de la estadía en tierras niponas del director de noticias de Multimedios, los televidentes sólo vieron un par de reportajes (notas largas, así se conocen en el lenguaje de edición televisiva), sobre las costumbres y tradiciones, comida y medios de transporte japoneses. Y paren de contar.
¿Para eso necesitaban mandar a Víctor Martínez y al camarógrafo Jorge Fragoso? Y de paso les llaman “enviados especiales”. National Geographic México bien les pudo prestar sus reportajes, o bajarlos de la página web de la embajada de Japón en México.
Incluso la periodista Silvia Lidia González, quien fue subdirectora editorial de El Diario de Monterrey y ha colaborado en diversas ocasiones con Multimedios, avecindada en Japón desde hace más de 10 años, les pudo enviar mejores reportajes, de mayor calidad y bien documentados.
O bien, si Martínez y compañía fueron a algo más importante y aprovecharon el viaje a Japón para sacar reportajes (obtendrían un 8 de calificación escolar), se justifica. Pero la duda no se aclara y salen más interrogantes.
Eso sí, las colaboraciones editoriales en el Telediario matutino que hace Martínez salieron todos los días de ¿su viaje de trabajo a Japón?, pero su “videonoticia” (así etiquetada) fue pautada en Milenio Televisión México un solo día. ¿Y el impreso Milenio Diario? Para el patito feo no hubo de limón la nieve.
Y ahora la pregunta tan esperada: ¿quién es la reportera “ácida con sus preguntas, que incomoda a los políticos que ya se han quejado de ella (¡jajajajajaja!, hay que bajarle dos rayitas al ego)?”. No hay duda: este oficio enloquece a muchos.
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