
Presionado por propios y extraños, el ex gobernador y ex senador Fernando Elizondo Barragán ha tenido que sortear un titipuchal de reclamos y exigencias y definir su participación en esta atípica contienda electoral de Nuevo León, en donde los pronósticos reservados, las consultas a la ouija, las brujas de La Petaca y hasta los análisis de café y diván de psiquiatra se han quedado cortos.
La decisión de quien una vez fuera tesorero estatal y secretario federal de Energía de permanecer en la contienda electoral en pos de la gubernatura abanderado por el partido Movimiento Ciudadano, contrario a las especulaciones y rumores, chismes y diretes de que aventaría la toalla y se uniría a la causa de Jaime Rodríguez “El Bronco” Calderón, es sin duda una muestra de congruencia y madurez política, y no un acto de cobardía o falta de vocación democrática como los “broncofans” han querido endosarle.
Elizondo es sin duda el político y candidato mejor preparado y capacitado, y sin sonar apologistas de su causa, el más centrado y maduro de quienes aspiran a suceder a Rodrigo Medina de la Cruz en la gubernatura, sin embargo, por azares de la cochina política se postuló en un partido pequeño con escasas o nulas posibilidades de ganar.
Continuar en la contienda pese a las condiciones adversas a su causa, sólo reafirman la vocación de servicio y la solidez de los principios de Elizondo Barragán, quien en el improbable caso de haber cedido a las notas de la flauta de Hamlin y avalar con su declinación un proyecto de gobierno independiente ajeno a su visión de lo que quiere y busca para su Estado, sería una traición a sí mismo y a los miles que ven en él a la mejor opción.
Pero hay otros ojos que no verían mal que declinara a favor de “El Bronco” para encabezar, en caso de ganar el independiente, una cartera importante en el tema energético si no quiere sacarse la rifa del tigre asumiendo la tesorería estatal tan endeudada.
Porque con su experiencia como secretario de Energía, daría mucha confianza a los inversionistas nacionales y extranjeros en cuando Nuevo León empiece a recibir capitales privados con las reformas impulsadas por la presidencia de la República y aprobadas por el Congreso de la Unión.
Así que solamente Elizondo Barragán sabrá cuál será su destino para seguir ayudando a un Estado tan vorazmente saqueado por la familia Medina, como lo han demostrado artículos periodísticos.
GOBIERNO MUEVE SUS PIEZAS
PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE
Si en la zona metropolitana de Monterrey que comprende a casi el 90 por ciento de la población la definición de las alcaldías apunta a la permanencia de los bastiones panistas en San Pedro, Santa Catarina y San Nicolás; la inminente pérdida de Monterrey, y la consolidación del PRI en Guadalupe, Escobedo, Apodaca, los resultados son de pronóstico reservado en García y Juárez donde pueden dar el campanazo aspirantes a alcaldes independientes.
Pero para las dirigencias panista y priista, y la sociedad civil en general, hay otros frentes de batalla que quizá son más reñidos y complicados, donde la correlación de fuerzas políticas y electorales serán también decisivos.
La zona citrícola que comprende a Linares, Hualahuises, Montemorelos, General Terán y Allende, en donde priistas y panistas se han alternado en las alcaldías desde 1991 cuando se rompió la hegemonía del tricolor, es una caldera a punto de estallar.
Más aún son complicados los municipios rurales del norte y sur de Nuevo León, en donde el factor “Bronco” podría ayudar a arrebatarle al priismo algunas alcaldías. Ahí la confrontación será cerrada en los municipios de Galeana, Mier y Noriega, Doctor Arroyo, Lampazos, General Treviño, General Zaragoza, Anáhuac, Lampazos, y la cuna de la familia presidencial Salinas: Agualeguas.
De hecho, a diferencia de los municipios conurbados a Monterrey en donde la votación más alta alcanzaría hasta el 65 por ciento del padrón de electores, es en estas comunidades donde se han llegado a récords históricos de votación de hasta el 80 por ciento, convirtiéndose la elección de alcaldes y cabildos verdaderas fiestas cívicas de la población. O bien un posible infierno en caso de haber alteraciones a la voluntad popular.
Regresando a la campaña por la sucesión de Medina, a menos de tres semanas de la cita a las urnas el 7 de junio no queda duda que es una carrera entre dos: Álvarez García y “El Bronco” independiente.
La guerra sucia no solamente se está dando en las redes sociales, sino que fue lamentable ver cómo las televisoras y medios impresos como El Horizonte y ABC se prestaron a esas acciones, obviamente recibiendo órdenes desde dentro del Palacio de Gobierno a través del titular de comunicación social, Jorge Domene Zambrano.
Está bien que el 7 de junio la prensa tradicional se está jugando mucho, como perder la publicidad de un eventual gobierno encabezado por “El Bronco” en caso de que suceda a Medina de la Cruz, pero como dice Miguel Ángel García Domínguez, ex alcalde panista de San Nicolás: “Hay que ser marrano pero no trompudo”.
O como reza el dicho: “El miedo no anda en burro”, por eso el terror que invade a los dueños de Multimedios, TV Azteca (El Horizonte), Televisa y ABC de que el PRI deje de ser gobierno los próximos seis años con un candidato independiente que ya les mandó el mensaje: “Si gano ni un cinco a las televisoras y a otros medios”.
Los analistas políticos que no están con ningún bando o partido político, quienes pueden ver los toros desde la barrera con toda objetividad como este Sultán, son testigos de una tendencia a la alza de “El Bronco”, contrastando con una serie de pifias de los coordinadores de la campaña de la candidata del PRI.
Como fue el caso del evento del sindicato de trabajadoras del IMSS con motivo del 10 de mayo, organizado por el dirigente José Luis Garza Ibarra, donde Álvarez García pasó un momento amargo cuando coreaban al unísono el apodo de su adversario.
Otro incidente ocurrió con estudiantes de la UANL que fueron llevados con engaños, y en transportes de la institución educativa a un evento de la aspirante de la Alianza por tu Seguridad, situación que desató todo tipo de comentarios en las redes sociales de universitarios que propiamente no comulgan con el tricolor.
Cuando se suponía que por ese negro fin de semana rodarían cabezas en el equipo de campaña de Álvarez García, todo siguió igual. En fin, como quiera ya es cuestión de días cuando se conozca cuál de los dos candidatos punteros será el próximo gobernador, o gobernadora, de un Estado tan lastimado por Medina de la Cruz y su sacrosanto padre.
¿OMAR CERVANTES PANISTA?
Una mentada de madre para muchos panistas leales al Partido Acción Nacional desde décadas, que se desarrollaron en el área de comunicación social, es el enésimo grave error cometido por el candidato Felipe de Jesús Cantú Rodríguez.
En su desesperación para salir del tercer lugar en que se encuentra, el aspirante a gobernador vino a poner el último clavo a su ataúd al designar a Omar Cervantes, uno de los funcionarios más priistas y leales al ex gobernador Natividad González Parás.
Cervantes, publica en su perfil Facebook, llegó con la espada desenvainada acusando a las empresas encuestadoras como Hora Cero, obvio sin decir la razón social, afirmando que “es un hecho que (las encuestas) están hechas a la medida de su cliente”.
Pobre apreciación de Cervantes, quien todavía no saca sus tiliches de las maletas y rápido se puso los guantes al demeritar el trabajo de casas encuestadoras serias, obvio no todas, que ponen a Cantú Rodríguez último entre los tres principales actores.
En su red social se deslinda de pertenecer al PRI, algo que pudiera entenderse con ser mal agradecido y escupir para arriba, pues los seis años que estuvo con González Parás fueron de bonanza.
Ahora bien, de que Medina de la Cruz lo haya exiliado en Puebla pocos tienen la culpa, como para ponerse tan locochón en la recta final cuando el candidato del PAN lo que menos quiere es que se caliente más la plaza en su contra.
Cervantes, sin duda, sabe del menester, pero debe aceptar que su candidato terminará tercero el 7 de junio no por malo, sino por un rosario de errores. ¿Y cuánto va a cobrar por su trabajo?, es la pregunta que se hacen muchos dentro del PAN.