Estaba un día El Apuntador leyéndole a su sobrino unos cuentos infantiles cuando, al toparse con la fábula del Traje Nuevo de El Rey, se botó de la risa por las similitudes que tiene con el escandalazo que se armó con María Julia “Sinfuente”, conductora del Telediario del mediodía.
El columnista está seguro de que a estas alturas del partido no es necesario recordar la historia del rey que le vieron la cara de menso cuando se mandó hacer un traje nuevo y anduvo por la calle desnudo y mucho menos hay que sacar antecedentes de la polémica en la que se metió la señora cuando llamó naca a una mujer.
De hecho el columnista se encontró con la disyuntiva de qué más se puede agregar a todo este asunto cuando existen análisis tan buenos como el que hizo Susana Valdés Levy en una reciente columna, cuyo extracto recogemos a continuación y en donde habla del remedo de disculpa de María Julia:
“La conductora está más herida por los memes y burlas que la llaman “lady manos prietas” de las que ha sido objeto desde que habló de más “al calor de la charla”, que lo que pudiera estar la persona a la que dice haber ofendido. Así es el narcisismo que producen tantos años en los medios: despersonalizan, intoxican, embrutecen. María Julia no dañó a la mujer “a la que no conoce”… se dañó a sí misma.
“Las máscaras se caen tarde o temprano, las personas surgen cuando los personajes se descuidan… La disculpa de María Julia sonó a regaño y se percibe forzada, de autorescate… Sonó como la voz del ego más que como la voz del alma. Y las disculpas deben salir del alma. Esta “disculpa” no mostró arrepentimiento. Tampoco nobleza. Mostró obligatoriedad. El ego es traidor y obnubila la inteligencia”.
El columnista podría agarrar a carrilla a la conductora, sin embargo eso ya lo hicieron cientos, quizás miles, de usuarios de Twitter y más recientemente Eduardo Videgaray y José Ramón San Cristóbal, conductores del programa “¡Qué Importa!”, quienes en un minuto hicieron papilla a la autollamada “comadre”.
Quizá lo más sobresaliente de todo este escándalo es el efecto tan duro que tuvo no solo en María Julia, sino el resto de sus compañeros en Multimedios, quienes de pronto estaban super sensibles a cualquier crítica y respondían de manera violenta a cualquier señalamiento de un error.
Hay que decir que este asunto aparte de desnudar a María Julia “Sinfuente” y dibujarla de cuerpo completo con sus desplantes, prepotencia y groseros modos que son leyenda entre los medios de comunicación, también mostró la verdadera cara de muchos de los que trabajan en los Telediarios.
Se indignan por las burlas porque están cegados por el ego que se infló a niveles insospechados al saberse líderes de la audiencia.
Es cierto, son los número uno y nadie de las otras televisoras les hace sombra en el rating, pero eso no los vuelve perfectos, infalibles, impolutos.
Estar en la cima los ha vuelto soberbios, al grado que sólo saben escuchar halagos, porras, felicitaciones.
Cualquier otra manifestación es un ataque que viene de la envidia que seguramente todo mundo les tiene porque son los número uno de la tele.
Un poco de humildad no les haría daño.
LA NETA DE ‘EXCLUSIVAS’
DE EL NORTE
En otro tema, algo pasó en el periódico El Norte en la década de los noventa, cuando a la mayoría de los reporteros les hicieron un lavado de cerebro (coco wash para los que mastican el inglés), haciéndoles creer que eran la última cerveza del estadio, al sentirse divinidades omnipotentes. Vaya, como tejidos a mano.
Sobre todo de la sección Local, con una nueva camada que incluía a Hugo Gutiérrez, José Antonio Chávez y José Antonio López, entre otros, en tiempos cuando el periodicote todavía era dirigido por Ramón Alberto Garza y tenía de subdirectores editoriales a egresados de otras carreras, menos de comunicación. Una plaga.
Los reporteros que se sentían matadores y no llegaban ni a novilleros en el periodismo, se empezaron a malacostumbrar, recibiendo información que no a cualquier medio un anónimo podía confiar. Cierto, por el prestigio que venía arrastrando El Norte desde dos décadas antes.
De esa manera Gutiérrez, Chávez y López, así como otros más rucos y divos como Zenón Escamilla, equivocadamente se sintieron superiores al resto de sus compañeros de otras secciones. Quienes vivieron esa época recordarán que en la vieja redacción parecía que chocaban aureolas de los iluminados.
No había veinte que les cayera en la chompa a esos aprendices de Sherlock Holmes, para aterrizarlos de que no se creyeran lo que no eran. Cuando en otros periódicos de la competencia como El Diario de Monterrey y El Porvenir en su agonía generando investigaciones que trascendían, había mejores reporteros que ellos.
¿Y mejores que Gutiérrez, Chávez y López por qué razón? Porque no estaban sentados en sus cubículos esperando que Ramón Alberto Garza o Martha Treviño, entonces subdirectora y actual directora editorial de El Norte, llamaran a sus extensiones para entregarles información en bandeja de plata.
Así los reporteros no se pasaban horas en las oficinas del Registro Público; no se desvelaban viendo firmas, domicilios y socios de razones sociales. Menos leyendo minuciosamente actas constitutivas de empresas o negocios sospechosos. Tampoco pasaban horas afuera de una casa esperando a un involucrado. Ni se despeinaban.
Sólo alzaban la mano para recibir de sus subdirectores, editores o coeditores, cuando los altos directivos estaban muy ocupados u organizado la apertura del diario Reforma de la CDMX, un montón de documentos para incriminar a algún funcionario. Y sin pena aceptaban que esos reportajes fueran firmados con su nombre.
Lo que enseguida El Apuntador compartirá no se refiere a lo mismo, pero tiene algo de parecido y sucedió 25 años después: el viernes 17 de enero El Norte publicó una foto del senador del PAN, Víctor Fuentes, y el rebelde operador priista Felipe Enríquez, desayunando en el Hotel Ancira a la vista de todo mundo.
Al encuentro que fue un día antes y duró alrededor de hora y media no llegó ningún reportero y tampoco estaba el equipo de prensa del legislador, que acostumbra acompañarlo. Y para esa reunión tampoco se convocó a los medios de comunicación, como suele pasar.
Sólo el director editorial general de Hora Cero estuvo en otra mesa mientras ambos personajes, que sobra decir son como el agua y el aceite en la política de Nuevo León, hablaban y reían sobre temas que seguramente no eran sus gustos en Netflix.
Casi al final de su desayuno, Héctor Hugo Jiménez se acercó a la mesa para pedirles una foto juntos, a la cual amablemente Fuentes y Enríquez accedieron, sabiendo que al hacerse público, el encuentro levantaría polvareda en el ambiente político.
El cinismo de El Norte fue que ese viernes 17 firmó la mini nota y la foto a la reportera Perla Martínez, cuando jamás estuvo ninguno de sus reporteros en ese encuentro.
De esa manera el periodicote de Zaragoza y Washington confirmó lo que se sabe y viene sucediendo unos años atrás: sus mejores tiempos ya pasaron; sus reporteros reciben a la fácil información o fotos, como en este caso, para hacerle creer a sus lectores que tienen exclusivas.
Y no es un pecado que una televisora, periódico, revista o sitio web en los nuevos tiempos se gane la confianza del público y tenga esos privilegios. Sólo hay que ser honesto y no adjudicarse un material que no fue generado por los reporteros de cada medio.
Ese mismo día, luego de que El Norte estuvo en boca de muchos políticos, reporteros y periodistas por agandallarse la foto, Martínez reaccionó y justificó el error que, según ella, cometieron sus jefes al firmarle un material que no era de su autoría.
Esto escribió en el perfil de Facebook del directivo de Hora Cero:
Soy Perla Martínez.
Ayer que me mandaron a cubrir, ambos personajes ya no estaban en el lugar.
Hablé con uno de ellos y le pregunté si habían tomado fotografías y que si podía proporcionarme una.
Más tarde me la envió.
No me dijo que era tuya.
Yo subí la imagen al sistema que tenemos en el periódico y sí, desafortunadamente apareció publicada con mi nombre.
Ya lo he comentado con los editores.
Previo a ese mensaje el afectado del plagio, robo, agandalle o como se le llame escribió una carta a los directivos de El Norte para aclarar la situación, sin recibir respuesta hasta el cierre de esta edición (martes 28). Así el abarrote y la soberbia del periodicote.
RETAZOS
En temas igual de patéticos, sabrá Dios qué bicho le picó a un individuo llamado Enrique Fernández quien, según él, es maestro de periodismo pero en realidad es un biólogo jubilado: se cree experto, hace crónica de futbol americano con su celular por Facebook Live que apenas ven sus familiares, y es comentarista invitado en el Programa Yarda 28 de TVNL.
El asunto es que El Apuntador, este tan amado, tan odiado y polémico columnista, no lo hacía ni en la caja de los cereales, hasta que supo que el susodicho escribió falsedades en sus redes sociales respecto a Hora Cero, palabras que no vale ni la pena replicar.
Lo realmente preocupante es que Fernández, según se sabe, es el encargado de talleres de periodismo en la Prepa 2 de la UANL dirigido a estudiantes. ¡Que queeeeeeeeeeé! Y anda sudando calenturas ajenas y comprando pleitos gratis.
Lo curioso de este opinador de ojito pispireto es que, de acuerdo al currículum que él mismo envió pues, “no tiene nada que esconder”, no menciona ningún empleo formal en los medios de comunicación… porque ir a colaborar sin paga a la tele o escribir una columna lo puede hacer cualquiera (es más, hasta el Chef Herrera tiene un espacio semanal en Milenio ¿a poco eso lo hace periodista?).
Entonces la duda que asalta es: ¿con qué credenciales puede alguien dar clases de periodismo si nunca ha trabajado de planta en un medio grande? Ahí se las dejamos para que lo discutan entre ustedes.
Otro que empezó el nuevo año queriendo pelear es Ricardo Cortés Camarillo, hermano del conocido Félix (ex Televisa y ex Multimedios), quien firma una columna en un sitio web con el seudónimo de Chava Portillo.
El también empleado del Gobierno del Estado hace funciones de director de asuntos legislativo, trae la daga bien clavada y anda exigiendo sus honorarios exhibiendo, según su afinado olfato, a personas físicas y morales proveedores de comunicación social.
Muy raro es que Cortés Camarillo está asignado a la Secretaría General de Gobierno, y asume actitudes desleales y de pandillero criticando en su columna del sitio digital (que no vale la pena ni mencionar), a altos funcionarios estatales con ese seudónimo.
No cabe duda que 2020 empezó con todo, exhibiendo las frustraciones y complejos de algunos.
Quien aguantó candela en la recta final de 2019 y se mantiene firme en su puesto es el director de Comunicación Social de Apodaca, Edgar Martínez Mercado, el cual aguantó todo tipo de metralla de parte de la diputada de MORENA, Celia Alonso Rodríguez.
En Nuevo León no se recuerda un caso de un funcionario haciéndole montón a una integrante del poder legislativo con la complicidad de una reportera y otro sujeto, acusándolo falsamente de delitos tan absurdos como “acosar a una empleada” que NUNCA trabajó con él.
Por su parte, Martínez Mercado no se quedó con los brazos cruzados y demandó a la diputada por supuestos delitos que no puede sostener, llevando su caso hasta la Fiscalía General del Estado y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, con el respaldo del área jurídica de Apodaca y con el apoyo del alcalde César Garza Villarreal.
En temas rosas del periodismo de Nuevo León, el pasado viernes 19 la conductora de TV Azteca Monterrey, Débora Estrella, publicó en Facebook un texto donde anunciaba la ruptura matrimonial con José Luis García, titular del noticiero matutino de Televisa Monterrey. Que conste que en este espacio no se mencionan asuntos personales, sin embargo, al haber sido los mismos protagonistas los que compartieron el mensaje, pues vale.
“Con mucho cariño y respeto para ustedes hoy les compartimos que historia que juntos empezamos a escribir, hace 10 años, llega a un final.
“Hemos compartido grandes momentos juntos con ustedes y estamos muy agradecidos por ello.
“Siempre seremos amigos, siempre seremos familia y el respeto y cariño que nos une jamás se romperá.
“Esta será la única ocasión que públicamente abordaremos”.
Firma José Luis y Débora.
Como era de esperarse seguidores y amigos reaccionaron lamentando la separación de los dos comunicadores. Suerte a ambos en el nuevo capítulo que escribirán de sus vidas.
Siguiendo con el tema de la telera vale preguntarse por qué diablos el Telediario Matutino no puede mantener una chica que se encargue del reporte vial cada mañana.
Lo anterior viene a colación pues el auditorio del espacio se encontró con la novedad de que Montserrat Contreras, la chica que se estuvo encargando de la sección más recientemente, ya no salió al aire el pasado lunes 27 de enero.
No se trata de decir que la joven ya tiró el arpa, pero considerando que sus antecesoras no duraron ni un año en el segmento, pues la verdad ya da de qué pensar.
¿Será acaso que las desmañanadas están tan infames que no hay quién las aguante?
Por otra parte, damos trámite a ooooootra denuncia ciudadana de la prepotencia con la que se mueven los encargados de los vehículos de las televisoras en Monterrey, quienes saben que no existe tránsito en el mundo que se atreva a decirles algo.
Un indignado lector nos mandó una imagen donde se observa el auto de Info 7 estacionado con toda prepotencia en zona prohibida sobre la calle Doctor Coss, detrás del Casino Monterrey.
¡Ah!, pero que no haya sido el auto de cualquier ciudadano de a pie, porque ahí sí de volada la grúa hubiera llegado.
En otros asuntos, quien necesita bajarle la intensidad en su participación en las redes sociales es Santiago González, quien con tal de lucir vigente en los medios publica y publica y publica cosas, aunque en ocasiones sean cosas bastante intrascendentes.
Porque en serio ¿acaso cree que alguien de la familia del fallecido Kobe Bryant va a agradecer o, de perdido, leer la condolencia que publicó por el lamentable deceso?
Y ahora sí, no nos vamos sin dejarlos con la gustada pregunta de la quincena: ¿a poco tan devaluados están algunos del gremio en Nuevo León, que se tomaron fotos y las presumieron en Facebook junto a reporteros de la fuente presidencial en la visita de AMLO? v
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