Antes de arrancarnos de lleno con el tremendo escándalo que se vive hacia el interior de Multimedios con el tema tan escabroso de los camarógrafos corridos y los que están en capilla por andar cobrando horas extras que no trabajaron, vámonos con una “nota de sociedad” como dice la canción, pues este fin de semana hubo boda.
Fue en San Nicolás en donde los reporteros deportivos Daniel Martínez, alias “Chitiva”, y Rocío Cepeda, ex reportera de Récord y actual encargada de la sección deportiva del periódico Índigo, unieron sus vidas en el altar.
Ambos fueron flechados por cupido mientras realizaban la cobertura para su respectivo medio en un partido de Fuerza Regia, allá por el año 2005.
Desde entonces decidieron ser felices para siempre por lo que sellaron la unión ante las leyes de Dios y las terrenales (que son las que nos desgracian).
En el bodorrio estuvieron presentes algunos reporteros de la sección deportiva de diferentes medios como Yéssica Méndez, Aldo Rodríguez, Jorge Martínez, Omar Hernández, Mario Vallejo, Rebeca Ruiz, Heliodoro Hinojosa y la tremenda Fátima Olvera.
Enhorabuena para la joven pareja.
Ahora sí vámonos de lleno con la historia aún inconclusa de los que está pasando en la empresa de mi amigo Francisco “Pancho” González (señor González para los que viajan en Metro), en donde quedó al descubierto una mafia donde el fuego ha alcanzado a empleados de todos los niveles.
Hablamos del descubrimiento de pagos de horas extras no trabajadas pero sí cobradas por parte del staf de camarógrafos de Multimedios y de las unidades móviles.
Al parecer, quien encabezaba esta temible banda de empleados que cobraban sin trabajar era Hugo Ramos, un ex camarógrafo venido a más desde que se graduó en la carrera de Comunicación en el ICAM.
Hugo, ampliamente conocido por su cargo en la empresa y por ser pareja sentimental de la reportera Zyntia Vanegas, salió disparado cual hombre bala al quedar al descubierto sus triquiñuelas.
Hay que destacar que para muchos camarógrafos, Ramos era como Robin Hood, que le quitaba a los ricos para darle a los pobres, ahora verán por qué.
Resulta que Hugo era el encargado de autorizar tiempo extra a los “cámaras” y para supuestamente “apoyarlos” les permitía checar su tarjeta de entrada y que otro compañero que salía más tarde les checara la salida.
Así, mientras su amigos estaban en su casa rascándose la panza, las horas transcurrían y la empresa tenía que apolingar las supuestas horas trabajadas.
Pero ahí no para la cosa, en la empresa existe un bono extra para quienes cubren la nota policiaca de 2 mil pesos mensuales, como una especie de aliciente. Bueno, resulta que también se autorizaba dicho bono para algunos camarógrafos que no cubrían los balazos y la empresa también tenía que brincarle.
Pero como no a todo mundo favoreció, hubo uno que se sabía esas maromas y lo denunció, cual señora del comercial de la FEPADE en tiempos electorales.
Recursos humanos y auditores externos se echaron un clavado en las nóminas, tarjetas, coberturas, videos y hasta en la mesa de asignaciones, poniendo así al descubierto la cloaca en lo que estaba convertida el área de camarógrafos.
Aunque han tratado de mantener el caso con hermetismo, muchos camarógrafos sienten que el agua le está llegando a los aparejos y aunque haya aire acondicionado sudan como pavos navideños.
El que mejor dijo “ahí nos vemos” fue uno de nombre Enrique y de apellido Banda, quien emigró a TV Azteca antes de que tronara el cohete, según nos dicen.
Bien dice el refrán que de buenas intenciones está hecho el camino al infierno, pues Hugo Ramos, al querer ayudar a la raza, se quedó sin jale y con la quemada que ni con pomada de la campana se va a poder quitar.
Así que muchos camarógrafos ya pusieron sus barbas a remojar, otros esperaran a que pare de llover y varios siguen tranquilos al saberse libres de pecado, aunque de estos hay muy pocos, pues nos dicen que todos estaban en “el ajo”. Cierto es que Multimedios no puede correr a todo su personal.
Seguiremos informando.
Y otro que fue premiado sin merecerlo, según cuentan dentro de esa empresa, es José Plata, quien ahora con la salida de Mónica Sepúlveda lo hicieron productor.
Parece que a Plata, quien no baja de ineptos a varios de sus compañeros, ya se le olvidó cuando José “Pepe” de la Luz, su jefe, le dijo que no quería verlo jamás en su vida por malo.
Dicen que hasta el segmento de unos jóvenes que se hacen llamar “Los visitantes” lo quiere omitir del noti de fin de semana que produce, pero sabemos que se trata de actitudes revanchistas por parte de él, así que con esa actitud seguramente no durará mucho tiempo.
Al que traen en jabón en Multimedios es a Jorge Lugo, porque se ha vivido una guerra de reportes entre los departamentos de noticias, diseño e ingeniería. Todos se echan la culpa de los errores que salen al aire en los noticieros.
Se dice que recursos humanos hizo una encuesta entre el personal para saber el “ambiente laboral” de Milenio TV y al parece Lugo no salió muy bien librado.
El sondeo no paró en algo anónimo, sino que también hubo reuniones “cara a cara” donde trascendió que hasta los “protegidos” de Lugo le cayeron encima dando a entender que con él o sin él las cosas de todos modos salían.
Están molestos porque a veces los dejan trabajando horas extras y no se las pagan, aunque a la jefa de redacción, Rossy Ramírez, y al jefe de edición, Juan Carlos Muñoz, sí les concede esta prestación.
La raza se queja de que a los preferidos los trata muy bien y hasta café del Starbucks les compra, mientras los otros tienen que comer en el OXXO cuando el tiempo les alcanza.
Otro que cree que ya ninguna nota es de su nivel es el reportero de Televisa y ganador del premio de periodismo “Juan el de los Camotes”, Vicente Valdez, quien estuvo con su cara hasta el piso durante un evento del Tecnológico, donde sin entrevistar a nadie agarró sus chivas y se fue. Dicen que considera que esas notas no están a su “nivel”. ¿Qué tal?
Y hablando de enloquecidos, nos platican que la morena Ceani Mariño, recién llegada a Televisa Monterrey, asegura que gracias a ella el canal de Las Noticias está “levantando”.
Otro que cada vez está que ni lo calienta el sol y que sus compañeros le retiraron hasta el saludo es Anuar Revueltas, jefe de la mesa de asignaciones de Televisión Azteca, pues no ha podido superar estar detrás de cámaras y su frustración la desahoga con los compañeros. Quéeeeeeeee mal.
Y hablando de mesas de asignaciones, está la de Multimedios, donde hay dos chicas que parecen guardianes de hierro que son Aracely Carrillo y Avelina Rositas, pues ambas tienen estricto control de los reporteros y no hay quien les tosa fuerte. Bien por ambas.
Y en Televisa está Elia Estrada, quien ama tanto su trabajo contestando los teléfonos de Las Noticias que rechazó la propuesta de una dirección de comunicación social de un municipio. ¿Cómo se le llama a esto? ¿Lealtad a la empresa?
El puesto que dejó ir la aspirante a “Miss Televisa” será ocupado por Rosy Bolado, una joven que siguió de cerca a Emeterio Arizpe, alcalde electo de Cadereyta. Bien dicen: las oportunidades no se desperdician, llega otro y las aprovecha.
La que estrenó look que la rejuveneció y que la hace verse muy guapa es la experimentada Angélica Valle, jefa de información en el cruce de Espinoza y Privada Pipo, pues ahora anda de güera y la verdad le sentó muy bien el cambio.
Respecto a cambios de look, está Yadith Valdez, la reportera de TV Azteca, quien anda feliz estrenando figura pues se sometió a tratamientos y operaciones que la dejaron justo como ella siempre ha deseado verse.
En la política el que fue retirado de su cargo fue Alejandro Martínez, ex policiaco que estaba en el Congreso de Estado y que al llegar la nueva legislatura le dieron las gracias. Cierto es que Héctor Gutiérrez y Olivia Martel no lo desampararon y ahora anda trabajando con ellos en las actividades del diputado federal. Chamba no le faltó al Álex.
La que ya prepara sus maletas es Erika Ruiz, la jefa de prensa de la Comisión de Transparencia, pues dicen que agarró partido con uno de los comisionados y empezó a operar a favor de él y no de su jefe Sergio Moncayo.
Ya por fin entendió las indirectas y al notar que ya no la volteaban a ver ha decidido emprender el vuelo.
Y ya por último recordemos el día en que el alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández, hizo ver mal a María Julia “La comadre” La Fuente, quien se quedó con la cara escurrida por la vergüenza de no poder sacarle una entrevista al edil.
Acuérdese licenciada, no todos son del mismo tamaño. Hay peces a los cuales es mejor no revolverles el agua y hay que dejarlos en el fondo del estanque.
Al que traían como perilla de boxeador era a Juan Manuel Alvarado, asesor en temas de comunicación del secretario general de Gobierno, Álvaro Ibarra, dizque por controlar varias dependencias y municipios a través de familiares.
Cierto o no, esta ofensiva de una publicación tuvo su origen en que su dueño tuvo la osadía de pedirle un apoyo de 250 mil pesos mensuales al jefe de Alvarado y le fue negado. Y, bueno, de alguna forma había que desahogarse.
Esta no es la primera ocasión que Alvarado es centro de estos cuestionamientos y, por lo pronto, Daniel Alvarado, su hermano, despacha ya como nuevo jefe de Comunicación del Congreso del Estado.
¿Se acuerdan cuando el reportero de Milenio México, Raymundo Pérez Arellano, tuvo una mala experiencia en Reynosa cuando fue enviado por su jefe, Ciro Gómez Leyva, a cubrir la violencia en esa frontera?
Pues resulta que la relación laboral terminó entre ambos hace como dos meses cuando Raymundo fue despedido por su director en la Ciudad de México.
Cómo olvidar aquel editorial solidario que Gómez Leyva dedicó a Pérez Arellano tras ser secuestrado varias horas, y después liberado junto a su camarógrafo, cuando cometieron la imprudencia de grabar camionetas con vidrios polarizados circulando por las calles de Reynosa.
Por otro lado la jovencita sobrina de Josué Becerra, quien llegó a la mesa de asignaciones de Multimedios para hacer su servicio social, deberá ser menos soberbia -si quiere llevarse la fiesta en paz-, siguiendo el ejemplo de su tío, el conductor de Telediario matutino.
A otra cosa, mariposa.
Justo el día que celebraba 27 años de haber comenzado en esto de la conducción de programas, Mario Gámez se llevó una gran exclusiva al entrevistar al empresario Edelmiro Sánchez, la persona que estaba hablando con Hernán Belden en el momento en que lo privaron de la libertad.
Como dato histórico -y contado por él mismo- Gámez hizo sus pininos la mañana del 19 de septiembre de 1985, momentos después del sismo que azotó la capital de la República.
En ese tiempo, el comunicador era director de Radio Nuevo León, pero no tenía a su cargo un programa en sí. Para su sorpresa, lo llamaron a Canal 28 y le dijeron: “ahí está el micrófono, platíquele a la gente lo que se ve en el monitor”.
Esa pantalla era la única señal que había y la producía Imevisión (lo que ahora es TV Azteca). Sólo eran imágenes porque no tenía sonido. Televisa perdió sus torres con el temblor y estaba fuera del aire.
Pues bueno, ahora en su empresa llamada Dominio FM, Gámez le ganó a todos la entrevista con Edelmiro Sánchez, quien narró los momentos de esa llamada telefónica con el ex diputado Hernán Belden.
Explicó que ambos tenían una cita con el alcalde electo Ugo Ruiz y que Belden Elizondo le llamó para decirle que ya iba en camino. Desgraciadamente, en ese preciso momento lo abordaron unos desconocidos y sólo se escuchó por la bocina algo así como: “no por favor, por mi familia”, “me están secuestrando”.
Esas mismas palabras fueron el encabezado de El Sol la tarde del miércoles 19 de septiembre y al día siguiente en la sección Locales de El Norte le dieron crédito a la entrevista que hizo Gámez. Eso no le pasa todos los días al periodicote de Washington y Zaragoza, porque primero prefieren negar las cosas que valorar el trabajo de otros.
Y para muestra, luego de “morderse un … dedo” con esa nota, le cambiaron el sesgo a la investigación y le sacaron sus trapillos al sol a Edelmiro, poniendo a tragar saliva a muchos políticos panistas que habían tenidos negocios con él.
Recordaron que en 2004 fue detenido junto con otra persona por conducir un auto que contenía 87 kilos de marihuana. De esa salió libre en cuatro días. Pero luego le publicaron que era “gestor” de recursos en el Senado de la República y en el Congreso.
Cuando El Norte comenzó a publicar eso, Mario Gámez prefirió cambiar de tema. Por una parte ya había metido el gol; por la otra, mejor se mantuvo al margen, no vaya a ser que lo llamaran a declarar por haber sido el primero en contactar al tal Edelmiro.
Ahora, música de vals para la siguiente historia.
Estaba un día este humilde Apuntador hojeando una reciente edición de la revista Proceso cuando casi me fui de espaldas. El motivo de la sorpresa es que un medio del nivel de la revista fundada por el legendario Julio Scherer García, haya cometido una pifia tan grande.
Resulta que en la edición que tiene como portada un trabajo denominado “La Venganza de Calderón” y que salió a la venta hace algunas semanas, Proceso presenta un reportaje titulado “La Travesía acabó en San Fernando”, firmado por La Redacción y que recuerda el caso de los 72 migrantes que fueron asesinados hace dos años en un rancho cercano a la ciudad de San Fernando, Tamaulipas.
La citada entrega no tendría nada de especial si no fuera porque utiliza como sus personajes centrales a Yedmi Victoria Castro, de 15 años de edad, y Francisco Antonio Blanco, de 30, quienes eran dos de las víctimas que cayeron muertas en ese funesto día.
Si a ustedes los nombres se les hacen conocidos ¡a nosotros más!, pues estos dos personajes son los protagonistas de tanto el reportaje como el documental “Una ruta nada santa” que fue publicado el año pasado en Hora Cero.
Como ya les habíamos comentado, este trabajo fue galardonado con el Premio a la Excelencia Periodística 2012, otorgado por la prestigiada Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), algo que nos tiene harto contentos a todos por acá por el territorio horaceriano.
Al explicar los motivos por lo que premió “Una ruta nada santa”, la Sociedad Interamericana de Prensa indica: “(el reportaje) describe con pasión y una magnífica utilización del lenguaje periodístico la tragedia de dos ciudadanos salvadoreños que deciden emigrar clandestinamente a Estados Unidos a través de México. Una pieza periodística de altísima calidad, que nos mantiene en tensión y permanente angustia; una cruda denuncia de la situación de los emigrantes ilegales”.
Sobra decir que esta presea es la más importante que se otorga a un medio de comunicación impreso a nivel continente americano en castellano y portugués. De hecho en este año, 650 trabajos fueron presentados para consideración de los jueces.
Hasta aquí las cosas van bastante bien, sin embargo, como dicen las abuelitas: “nunca falta un prieto en el arroz”, y ese prieto tiene como nombre Juan y apellido Cedillo quien, para el que no lo recuerde, solía enviar notas a El Universal desde Monterrey y recientemente ha intentado colarse en la plantilla de reporteros de Proceso como free lance.
Resulta a que falta de ideas originales y los recursos para viajar a El Salvador y entrevistar personalmente a los protagonistas de esta triste historia, Cedillo decidió ir con Erick Muñiz y le pidió colaborar con su ópera prima periodística.
De esta forma Cedillo escribió “La Travesía terminó en San Fernando”, mismo que se envió a Proceso asegurando que todo era material original y de su propiedad.
Lo malo es que de no ser por algunos datos (seguramente sacados de internet), el reportaje es una copia de “Una ruta nada santa” de Hora Cero y eso, aquí y en China, tiene un nombre y apellido y es vil plagio.
Y antes de que hordas de facebuqueros se paren en la puerta de Hora Cero con trinches y antorchas buscando linchar a alguien, vamos poniendo las cosas en claro. Todos los que estamos en esta hermosa profesión sabemos que una entrega periodística aunque sea elaborada por un reportero, pasa a ser propiedad del medio que la publica y para eso existen los derechos de autor o Copyright, como le llaman los gringos.
Por ello quien utilice un trabajo y no le dé su debido crédito al verdadero autor de la obra, está cayendo en un vil robo que, desgraciadamente, es un mal que siempre ha existido en el periodismo y le ha costado la chamba a más de dos personas.
En este infame espacio hemos dado cuenta de la maldita costumbre que se está haciendo muy común en los medios de comunicación, de utilizar el copy/paste para conseguir datos extras en las notas o, lo que es peor, para robarse piezas completas.
Esta práctica se ha vuelto muy común en los medios digitales, quienes ya no digamos que tienen la decencia de citar la fuente del dato que están tomando, sino de perdido darle una “revolcadita” a la nota que se están fusilando.
Puede ser que alguien alegue que Cedillo le picó los ojos a Proceso, que los editores de la revista confiaron en que la pieza que les estaba entregando era de su autoría y por ello no verificaron los datos que ahí venían.
Sin embargo, estamos hablando de un reportaje premiado internacionalmente, que ha sido reproducido por medios importantes como El Mañana de Nuevo Laredo quienes, por cierto, sí le pidieron permiso a Hora Cero para publicar “Una ruta nada santa”, en lugar de andar de gandallas como Cedillo.
La pregunta del día:
¿Reportero de Televisa que perdió su segmento humorístico porque ventaneaba a sus compañeros?
Chismes, reclamos y recomendaciones de sitios para irnos a descansar enviarlos a:
[email protected]