
Por Jaime Garza
Como todo lo que empieza termina, afortunadamente terminó el sexenio de Rodrigo Medina y terminó dentro de los peores escándalos.
Pero así como terminó el sexenio de Rodrigo Medina dentro de los peores escándalos, también empieza el sexenio de Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco” con muchas dudas y temores, pero también con grandes esperanzas de cambio que tanto necesita Nuevo León.
Los cambios siempre son así, llenos de incertidumbre, pero acompañados de esperanza que el tiempo se encarga de poner a las incertidumbres y esperanzas en su lugar. Por el bien de Nuevo León y de todos nosotros, esperemos que las esperanzas triunfen por encima de las incertidumbres.
Este cambio es debido al hartazgo en que nos tienen los partidos políticos; este cambio es de esa gente que votó el pasado 7 de junio a favor del cambio; este cambio no se lo debemos a “El Bronco” ni a Guillermo Rentería ni a las redes sociales; este cambio se lo debemos a ese millón de personas que votó por ese cambio esperanzador.
Ese cambio que queremos es para decir que es posible un gobierno sin corrupción, que la corrupción no es algo cultural como un personaje de nuestra política lo llegó a sugerir; la corrupción no está en nuestra cultura, nuestra cultura viene desde tiempos prehispánicos y no viene acompañada de corrupción.
La corrupción su definición lo dice: “corrompe”, y eso no lo podemos permitir, ojalá el nuevo gobierno trate de acabar con la corrupción que tanto daño nos ha hecho; esperemos que una de las principales metas que se trace el nuevo gobierno sea acabar con la corrupción que tanto daño nos ha hecho.
Jaime Rodríguez Calderón no ocupa de paleros. No sigamos el mismo camino, el mismo camino nos llevará al mismo destino.
“El Bronco” necesita de gente que le diga sus verdades, no de alguien que lo trate como rey; se necesita que el gabinete del gobierno de Nuevo León no se transforme en la Corte de “El Bronco”; se necesita de gente pensante y con opinión propia.
Hoy muchos de sus seguidores se han convertido en sus incondicionales y ya ven a dónde nos llevó esa incondicionalidad. Si esos “Bronco Fans” perduran, pueden estar seguros que dentro de seis años no vamos a estar donde mismo. VAMOS A ESTAR PEOR.
Por el bien de Nuevo León ojalá y sea verdaderamente un gobierno ciudadano y que se dedique a administrar, no a robar.
Felicidades a “El Bronco”, pero más felicidades al pueblo que se decidió a cambiar a aquellos que tanto daño le han hecho al Estado. Ojalá y lo mejor esté por venir.
Empresario y catedrático de FIME en la Universiad Autónoma de Nuevo León.