
Para hablar del Nuevo León de hoy, hay que hablar del Nuevo León de ayer.
Para entender a los personajes de hoy, y por quién votaremos dentro de 7 semanas para que sea nuestro próximo gobernador, es necesario analizar a los personajes que han ocupado el cargo más alto del Palacio de Cantera. Quiénes fueron, qué hicieron y por qué.
Eduardo Elizondo, con un Monterrey convulsionado por las manifestaciones estudiantiles de los 60, particularmente por la autonomía de la Universidad (hoy UANL), cedió ante Echeverría Álvarez y renunció al cargo, siendo el primer gobernador nuevoleonés en renunciar por presiones desde Los Pinos.
Luis M. Farías terminó el sexenio y fue durante el mandato de Pedro Zorrilla Martínez cuando asesinan al empresario Eugenio Garza Sada, un sinónimo de crecimiento industrial y empresarial sin precedente en todo México.
Con José López Portillo encabezando Los Pinos, el ex regente capitalino, Alfonso Martínez Domínguez, acusado de la Matanza del Jueves de Corpus (Halconazo) donde murieron decenas de estudiantes, fue nombrado candidato a la gubernatura, asumiendo este cargo de 1979 a 1985.
Durante su sexenio, AMD fue represivo, autoritario, intolerante y antidemocrático. Persiguió a sus opositores, como Alberto Anaya, hoy dirigente nacional del PT, a quien encarceló en los años 80 hasta en cuatro ocasiones por más de 30 procesos en su contra y quien finalmente de todo fue exonerado. La historia da sus reverses, y en los 90 Anaya y Martínez Domínguez compartieron vecindad de escaño en el Senado de la República.
El gobierno de Jorge Treviño fue una continuidad de la obra pública de AMD, muy administrativo y tibio, comparado con su antecesor.
Llegó entonces el primer tecnócrata al Palacio de Cantera, Sócrates Rizzo García, quien por ser del más cercano círculo de Salinas de Gortari y por presunta corrupción, renunció a la gubernatura por presión desde Los Pinos y para satisfacción de Ernesto Zedillo.
Benjamín Clariond Reyes-Retana, el gobernador menos serio que he conocido en toda mi vida, concluye el sexenio y su primo Fernando Canales Clariond toma protesta como el primer gobernador panista del estado.
Los grandes errores del empresario fueron basados en su pésimo equipo de trabajo y su enorme -con mayúsculas- insensibilidad social. “No soy bombero”, contestó cuando le preguntamos cómo enfrentaría el incendio forestal de la Sierra Madre en aquellos años 90. También dijo “que vendan elotes”, cuando le preguntamos sobre el desempleo en la entidad.
Pero fue su frase “los narcos nos hacen los mandados” la que finalmente nos estaba abriendo la puerta de lo que Nuevo León se estaba convirtiendo y hacia dónde nos dirigíamos social y políticamente. No imaginábamos la dimensión detrás de esta frase y lo que el crimen organizado le haría al estado y al país, gobernado entonces por Vicente Fox.
Fernando Elizondo Barragán llegó a concluir este sexenio y aunque renunció al PAN, hoy es candidato a la gubernatura por Movimiento Ciudadano. Se le considera un buen hombre y quizá, comparado con los otros candidatos, podría ser el hombre más serio y ecuánime que Nuevo León necesita.
¿Pero qué necesita Nuevo León, seriedad o pantalones? Veamos.
“El Bronco” Jaime Rodríguez viene a todo galope como Independiente, pero tengo mis dudas y mis reservas por dos motivos: no le he escuchado hablar de su equipo, de sus propuestas y de su visión de Nuevo León, sin que eche madres de todo y de todos.
Y dos, tiene un antecedente priista que debe dejar en claro para quién va a gobernar: para el pueblo, para Abel Guerra, o para los que quedan, como él, del equipo de Martínez Domínguez y sucesores.
En el caso de la dama que disputa la gubernatura, debo decir que no puedo confiar en alguien que firmó ante un notario una promesa y no la cumplió.
Ya probamos con empresarios, priistas y panistas. No me convencen los pupulistas ni una izquierda que hace lo mismo que los otros colores cuando asume el poder.
Natividad le cambió el rostro al estado. ¿Lo bueno? Santa Lucía. ¿Lo malo? Depredó las montañas y favoreció a amigos y constructores aumentando la deuda que Rodrigo Medina ha incrementado aún más, y dejará a Nuevo León con la deuda más grande de su historia.
Haga un recuento de los años y de los daños, ponga el pasado y el presente en sus manos y mire hacia el futuro.
No crea en mentiras.
Crea en los hechos.