
Suspender el estallido de una bomba no evita que sus efectos de destrucción desaparezcan, sino sólo aplaza que su onda expansiva y destructiva haga sus efectos.
Este símil viene a colación con la decisión del gobernador saliente de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, de posponer por su voluntad y contraviniendo la aplicación de la Ley Estatal del Transporte del cobro de 7 mil pesos, correspondientes a la garantía de cumplimiento necesaria en el proceso de renovación de concesión de un taxi.
La medida legal obligaba a los propietarios de las más de 30 mil unidades del servicio de transporte de pasajeros a cubrir este monto aplicado cada cinco años, pero las presiones de las centrales sindicales y, sin duda de los dueños de las flotillas de taxis verdes y blancos que operan en la zona metropolitana de Monterrey fueron tantas y tan severas, que hicieron a Medina de la Cruz recular en su aplicación.
Baste recordar la vieja usanza del sistema político mexicano priista, en el que el presidente saliente devaluaba el peso para así recibir las culpas y mentadas de los ciudadanos y empresarios, y evitarle la pena y el escarnio al nuevo mandatario de cargar con las culpas de la pésima política económica.
Es lo mismo pero al revés, ya que será el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón el que enfrente en julio del 2016 a las fieras de la CTM y CROC y los dueños de las megaflotillas el pagar esta garantía. O sea, la bronca sólo se pospuso un año más.
Tarde pero seguro, el proceso de renovación de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León llegó ya a su punto de cocimiento tras varios aplazamientos, relacionados todos con el caldeado ambiente político que vivió el estado durante este 2015.
El doctor Jesús Áncer Rodríguez llega al fin de su ciclo como jerarca de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, tras de estar embebido en la política (la grilla pues) universitaria casi 20 años, desde que fue subdirector del Hospital Universitario “José Eleuterio González”, de donde después de ser su director saltó a la Secretaría General de la UANL y ahí espero para ser rector desde 2009 hasta la fecha.
Ahora toca el turno a la renovación no sólo de la Rectoría sino de la administración central universitaria en gran medida, un relevo generacional en donde la gran y mejor opción para ocupar el puesto es el ingeniero Rogelio Garza Rivera, ex director de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (FIME), y desde hace seis años secretario general.
Además de “El Ranchero”, apodo que con cariño y estima le profesan colegas, amigos y ex alumnos, tres aspirantes más presentaron sus credenciales y talentos, con la finalidad de convencer a la comunidad universitaria y, sobre todo a los integrantes de la Junta de Gobierno, de tener la capacidad, experiencia, pasión y proyecto para dirigir por los próximos tres años una entidad tan grande como la Universidad, con casi 180 mil estudiantes y unos 12 mil empleados entre maestros, personal de apoyo y administrativos.
Ramón Guajardo Quiroga, ex director de la Facultad de Agronomía; Juan Manuel Alcocer, secretario Académico en la actual gestión del rector saliente, y Mario Alberto Garza Castillo, presidente de la Comisión Estatal Electoral, tendrán la oportunidad de presentarse ante la Junta de Gobierno para así perfilar sus candidaturas.
Hay que recordar que Garza Castillo anda encuerdado con el tema de las candidaturas independientes, porque dentro de la UANL no hay grupo que patrocine a quien alguna vez aspiró a ser director de la grilla Facultad de Derecho, pero fue bajado de la nube en que andaba por Manuel Salvador Acuña Zepeda.
Acuña Zepeda, por su parte, fue obligado a renunciar el 14 de junio pasado cuando abiertamente apoyó a la candidata del PRI al gobierno, Ivonne Álvarez García, la cual de haber ganado lo haría rector de la UANL con el apoyo de gallos espolonados, casi compadres, que tiene en el gobierno federal. Pero no hubo de piña.
Entonces si no hay sorpresas, “El Ranchero”, originario de Reynosa y con una historia donde se abrió camino al quedar huérfano siendo adolescente, tendría que ser ungido este 20 de agosto.
Quienes no lo conocen, como estudiante de FIME Garza Rivera se destacó en los deportes en la especialidad de basquetbol donde fue un deportista brillante y llegó a representar a la UANL a nivel nacional, y como director construyó modernas instalaciones.
No es mal visto por el futuro gobernador “El Bronco”, al contrario, tiene la bendición del ex rector y ex director de FIME, José Antonio González, quien abiertamente apoyó la campaña victoriosa del candidato independiente.
A como pintan las cosas, en el gobierno de Nuevo León despachará “El Bronco” y en la Rectoría de la UANL “El Ranchero”. Hasta parece el nombre de un dueto de música norteña.
En otro tema, el sonorense Manlio Fabio Beltrones será ungido como el nuevo presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional, lo cual coloca al diputado federal con licencia en la lista de los potenciales aspirantes a la candidatura presidencial en el 2018.
Sin duda, los tiempos sucesorios ya corren con prisa y van más rápido de lo que se pueda asimilar. Baste una ojeada a lo acontecido en este 2015.
Joaquín “El Chapo” Guzmán prácticamente hundió las aspiraciones del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al cavar el túnel por el cual se fugó del penal del Altiplano el pasado mes de julio.
Será casi imposible que el ex gobernador de Hidalgo se levante de este descalabro: sólo le quedará, después del tercer informe del presidente Enrique Peña Nieto, el camino de una embajada.
El otro alfil del actual mandatario, su amigo y ex coordinador de su campaña presidencial y actual secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, cada vez que el dólar sube de precio frente al bocabajeado peso, ve caer sus dividendos políticos rumbo a la sucesión presidencial.
Y párenle de contar, prácticamente Peña Nieto se quedó sin bateadores para seguirle en la jugada, salvo quizás el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila y, tentativamente, el gobernador chiapaneco Manuel Velasco Coello, quien llegó al cargo vía el vilipendiado y desacreditado Partido Verde Ecologista de México.
Este nuevo “Niño Verde” prácticamente es una calca de Peña Nieto por su publicitado romance y matrimonio con la cantante juvenil Anahí, y su intensa campaña de promoción que realiza en todos los medios, sobre todo Televisa y TV Azteca. Pero hasta ahí, párenle de contar.
Por eso, ante las escasas opciones del presidente para el juego sucesorio, Beltrones se apuntalará bien y fuerte en el PRI y con ello, como en el caso de Roberto Madrazo, y mucho antes su paisano y malogrado candidato presidencial, el sonorense Luis Donaldo Colosio, se posicionará en la lista de aspirantes a la candidatura priista para la elección de 2018.
Pero del plato a la boca,
se cae la sopa…
En donde ya empezó la transición es en las alcaldías de la zona metropolitana, llamando la atención que en el equipo de Adrián de la Garza, en Monterrey, está incrustado un hijo del arquitecto Héctor Benavides que fue regidor: Juan Carlos Benavides.
Hay que recordar que este personaje estuvo involucrado en un accidente, hecho que en su momento confrontó a diversos medios de comunicación, ya que Multimedios pidió que la noticia fuera silenciada pues el ex regidor iba en estado de ebriedad.
En fin, esta puede ser un adelanto de que miembros del equipo de Medina de la Cruz y recomendados de la televisora privada, van a tener un gran peso en la futura administración regia de un político con fuertes aspiraciones para querer ser gobernador en el lejano 2021.
Mientras tanto en Juárez el próximo alcalde Américo Garza Salinas estaba por destapar la cloaca de la gestión del panista-cetemista Rodolfo Ambriz, quien dejará una deuda que será una pesadilla para el empresario de la industria del tamal.
Por cierto, en un dilema estará Garza Salinas al empezar su administración el 1 de noviembre ya que nunca ha escondido que ha sido proveedor de ayuntamientos anteriores, debiéndole alrededor de 9 millones de pesos.