Aunque durante su campaña el entonces candidato al gobierno del Estado Jaime Rodríguez Calderón prometió una y otra vez mandar a la cárcel al, en ese entonces todavía, gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, desde la transición y más ahora que es gobernador constitucional el amague se va diluyendo al grado de que hoy casi nadie recuerda o reclame aquella acción.
Desde aquella reunión entre el gobernador casi saliente Rodrigo Medina y el entrante Rodríguez Calderón tuvieron en Palacio de Cantera, al cabo de la cual “El Bronco2 corrigió, y dijo que se investigaría al gobierno en general y no a personas, la promesa perdió fuerza, y quizás apelando al tiempo, y al fácil olvido colectivo regio, el representante del ejecutivo estatal aplaza y aplaza lo que muchos que votaron por él dieron como un hecho.
Es cierto que tres meses son muy pocos para integrar una averiguación previa penal del tamaño que amerita el ex gobernador Rodrigo Medina, su parentela y sus compadres, pero también es obvio, que por el momento, el actual mandatario no da visos de que en realidad vaya en serio contra el clan Medina.
Algunos observadores advertían, y siguen advirtiendo, que si Rodríguez Calderón metía a Medina a la cárcel (aunque luego por obra y magia de las deficientes investigaciones o por la protección de la justicia federal saliera luego), eso sería su principal aval para seguir buscando, como ya lo hace, la Presidencia de la República.
El movimiento empresarial y grupal atrás de “El Bronco” sabe que esto es un capital, como diría Vicente Fox, cuando decía que iba a desenmascarar las corrupción de Pemex, “lingotes de oro” dignos de exhibirse en vitrinas de triunfo.
Pero eso, repito, cada vez se diluye o se pierde en la mar de palabras que emitió y sigue emitiendo el gobernador independiente.
De hecho, la tan anunciada revelación que el gobernador hizo sobre los casos de corrupción de la pasada administración deja un sabor insípido de boca que deja más dudas que datos concretos y dan la sensación que se trata de un espectáculo morboso que se dará a cuentagotas, como si se tratara de una estrategia de campaña electoral y de posicionamiento en medios de comunicación, aunque, según adelanta, en la corrupción que investigan y castigarán están embarrados también algunas empresas periodísticas.
¿Amague, revancha o búsqueda de justicia?
De entrada “El Bronco” dice tener ya 100 casos concretos de corrupción de la anterior gestión medinista. ¿Por qué 100?, seguramente porque es un número redondo o porque se oye bien. No 101 ni 116; no, 100.
El mandatario había anunciado días antes que darían datos de los asuntos documentados, pero no reveló nada. Eso sí, presentó a su fiscal anticorrupción, una figura que no existe, que no está en el organigrama.
Entonces, primero tendrá que concretarse una reestructuración en la Procuraduría de Justicia y posteriormente podrá ser designado “El Zar Anticorrupción” Ernesto Canales, quien estaría al nivel de subprocurador.
Sin ser aves de mal agüero, hay que recordar que los “zares anticorrupción” han servido en la entidad y a nivel federal al igual que las llamadas fiscalías especializadas, o las comisiones especiales de nuestro honorable Congreso, es decir, para nada.
Pero bueno, al menos se ve que hay intención de buscar culpables.
De momento, lo que el gobierno ha adelantado, es que donde hay podredumbre, corrupción, robadero, es en la empresa estatal Agua y Drenaje, en el acuerdo de inversión entre la administración y la empresa automotriz sorcoreana Kia, en el Isssteleón y en acciones ilegales con daño patrimonial al estado por mal uso de recursos públicos en otorgamiento de obras en asignaciones directas, suplantación de licitaciones y desvío de recursos.
No cabe duda que a muchos no nos sorprende que se diga todo esto, de hecho, a estas alturas, cabe la pregunta, ¿quién no incurrió en todas esas irregularidades y hasta más groseras?… el punto sería, si por primera vez se actuará conforme a derecho.
No cabe duda que “El Zar Anticorrupción” tiene ante sí un paquete muy importante, el compromiso de su vida, porque la raza que en junio pasado voto por “El Bronco”, algo así como 942 mil regios, y los restantes 889 mil que votaron por el PRI y el PAN, sin dejar de lado las otras minorías, esperan que ahora sí, los que robaron vayan a prisión, desde Rodrigo Medina, su papá y su familia –en caso de resultar culpables- hasta los últimos eslabones de la cadena de corrupción, que, se sabe, campeó en la pasada gestión.
De resultar esto un ardid con tufo publicitario con ínfimos resultados, el desencanto para con “El Bronco” será mayor, y eso, el equipo que está atrás del gobernador presidenciable, lo saben, y los periodistas… lo saben, lo saben…