A menos que Eduardo Bailey piense cambiar la historia política de Nuevo León y del país, no sé cómo va a hacerle para que un Presidente de México (priista) y el mismo gobernador de Nuevo León (priista también) no metan mano en la designación del candidato por su partido para contender por la gubernatura del estado para las elecciones del 2015.
Eduardo Bailey, dirigente del tricolor en Nuevo León, afirma -contundente, rotundo y categórico- que el Presidente Enrique Peña Nieto no va a involucrarse en la decisión de la elección del candidato y que tampoco lo hará Rodrigo Medina, pero, dice cauteloso: seremos muy respetuosos con el gobierno.
En la historia política de Nuevo León, desde hace 120 años el Presidente de México en turno ha metido mano para la política interna en la entidad y ha sido la última palabra, la del Presidente de México, en definir quién será el candidato a la gubernatura de Nuevo León.
Desconozco sobre qué bases asienta Eduardo Bailey una declaración tan a la ligera, como diciendo “aquí mandamos los nuevoleoneses, y la opinión del Presidente no es la más importante para el PRI de Nuevo León”.
¿Está bromeando, verdad?
Porque a menos que sea una broma, de esas domingueras, desconozco por completo cómo le va a hacer Bailey para que Enrique Peña Nieto se quede calladito y bien bonito, desde Los Pinos, y lo deje a él y a los priistas en la entidad, ‘tomar las decisiones correctas’.
Eso, por un lado.
Y por otro lado, Bailey dice también que no habrá dedazos, que no hay dados cargados hacia y para ningún candidato o candidata y que las mejores cartas que el PRI propondrá, serán lo que la ciudadanía elija. Sí, leyó usted bien, dice Bailey que usted elegirá a su candidato para que sea alcalde del municipio.
¡Se lo juro, no es broma!
Bueno, el señor Bailey cree, piensa, supone, que ante cualquier declaración, los ciudadanos debemos otorgarle nuestra credibilidad.
El escepticismo acendrado hacia los políticos no es una exclusividad otorgada únicamente hacia los priistas, estamos hablando de que en época de elecciones a la gente le da por declarar lo que sea porque precisamente andan en campaña.
Los aspirantes del tricolor y los albiazules se han adelantado con tanta anticipación a los tiempos electorales como no recuerdo. Y en estas tan anticipadas precampañas a todo el mundo le vale una llave Wilson las leyes y el mismo Bailey anda con camisa de campaña, con el logotipo del PRI por un lado y con su nombre por el otro.
Unos por omisión, como el comisionado Presidente de la CEE, Luis Daniel López, quien no ejerce sanciones hacia los adelantados, y otros, como Cristina Díaz, Ivonne Álvarez, Mauricio Fernández, Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón y Felipe Cantú, porque siempre tienen una excusa para explicar por qué están en panorámicos, en películas, en la televisión o en los periódicos. El mismo Rodrigo Medina viola la Ley de Servidores Públicos, porque andan abanderando a sus gallos en eventos públicos y con recursos públicos.
El PRI, desde su historia, ha designado a sus candidatos a elección popular por dedazo, por amiguismo, por compadrazgo y porque lo manda y ordena el Presidente de México. Tal como sucedió en Nuevo León con Luis M. Farías, Eduardo Elizondo Lozano, Pedro Zorrilla, Alfonso Martínez Domínguez, Sócrates Rizzo, Benjamín Clariond y Jorge Treviño.
La historia política de Nuevo León está marcada por la intervención de la federación y porque hay acuerdos y negociaciones que no se negocian con Los Pinos, son órdenes y punto.
Digo, ya no está Fidel Velázquez para que el Presidente priista en turno le pida su visto bueno a la hora de los destapes de los candidatos a la presidencia de México, pero el candidato del PRI para la gubernatura de Nuevo León, tiene más de 50 años en ser designado desde Los Pinos, excepto en los dos periodos, calderonista y foxista, en que el propio gobernador de Nuevo León designó a su sucesor. ¿Para muestra? Nati y Rodrigo Medina.
“Vamos a poner a los candidatos y candidatas que tengan mayor aceptación (…) estamos seguros que el Presidente dejará que el candidato sea el que tiene mayores posibilidades de ganar”, asegura el dirigente del tricolor en la entidad.
Bailey anda muy optimista, asegura que él cambiará la historia de Nuevo León y que el Presidente de México calladito se ve más bonito.