Por primera vez en casi nueve años lo que haga o deje de hacer el narcosenador Francisco García Cabeza de Vaca, impuesto por su narcopartido como candidato a gobernador de Tamaulipas, me importa un cacahuate. Si Dios así quiere, volver a ser papá merece toda mi atención.
Pero quiero admitir que el anuncio hecho por el PAN, que en otro caso protegió a una diputada local albiazul de Sinaloa amiga de “El Chapo”, no fue el mejor regalo que tuve horas antes de que mi esposa Paola fuera internada para iniciar los trabajos de parto, pero bueno, hasta parece que fue adrede.
Pero aquí, en el hospital, me viene la sospecha de por qué el narcosenador no ha sido requerido por la Procuraduría General de la República (PRG) tras las declaraciones que hizo el informante de la DEA, Antonio Peña Argüelles.
Aún con lo delicado de la situación, ante la posibilidad de que un miembro del PAN que fue financiado por el narcotráfico para ganar las elecciones a alcalde de Reynosa en 2004, éste pudo ser capaz de corromper a su ex compañera en el Senado y hoy titular de la PGR, Arely Gómez González.
Enrique Peña Nieto debe llamar a cuentas a la procuradora para que le dé la razón por la cual el narcosenador no ha sido investigado, no solamente por las declaraciones del testigo protegido de la DEA ante fiscales de la PGR en 2011, sino de movimientos millonarios en dólares de él, sus hermanos y su mamá.
Un editorial de Jorge Fernández Menéndez publicado en Excélsior, refiere a un sospechoso depósito de 16 millones de pesos a favor de María de Lourdes Cabeza de Vaca en un banco de McAllen, Texas.
Para quienes conocen a la familia del narcosenador en Reynosa, no hay razones por las cuales amasen esa fortuna los Cabeza de Vaca, bien metidos en negocios ilícitos con Pemex desde tiempos de Vicente Fox Quesada.
Bastaría que Peña Nieto ordene levantar la tapadera de la cloaca para que salgan los contratos millonarios que recibió el narcosenador en la construcción del Centro Procesador de Gas ubicado en el kilómetro 19 de la carretera Reynosa-Monterrey, usando prestanombres.
Por cierto, el narcopolítico salió bien librado y sin responsabilidad después de la explosión de ese complejo de Pemex en septiembre de 2012, con un saldo de casi 40 muertos, la mayoría trabajadores bajo contrato de empresas externas que dejaron en el desamparo a viudas y huérfanos.
Cuando se realizaban las obras de ampliación de ese complejo de gas, una empresa de Reynosa ligada a los Cabeza de Vaca tenía un anuncio en el exterior con el mensaje: “Construimos esta planta de Pemex”.
Peña Nieto y la titular de la PGR hacen como que la virgen les habla, porque hay delitos suficientes para meter a la cárcel a Cabeza de Vaca, no ahorita, sino desde que el PAN era gobierno federal.
Y como la diputada de Sinaloa, el naracosenador ha evadido la justicia mexicana por la red de corrupción que tejió en el foxismo, en el calderonismo… y todavía en el peñismo.
Nota: Escrito la noche del 26 de enero, horas después del parto del PAN.