(The Wrestler, 2008)
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El maestro Mickey Rourke, en uno de sus incontables regresos estelares a la pantalla grande, interpreta a Randy en ,el que es el papel de su vida. Este tipo es un ex estrella de la lucha libre. Una seguidilla de malas decisiones y un cúmulo de problemas personales hacen que se convierta prácticamente en un mendigo. Es una luminaria apagada, que ocasionalmente obtiene algunos dólares a través de fans que todavía lo recuerdan.
Hasta que se da cuenta de que su más grande lucha debe ser al interior de sí mismo, tratando de recuperar el afecto de su hija a la que ha maltratado, con abandono, a lo largo de los años. Todo esto, mientras mantiene una relación tirante con una bella stripper (Marisa Tomei) que en realidad lo ama.
La cinta vale por la entrañable actuación de Rourke, un tipo derrotado por la vida que, ya envejecido, siente de nuevo el llamado del ring, y está dispuesto a darlo todo, incluso la vida, cuando siente que lo único que le queda de su pasado en ruinas es solamente una última actuación gloriosa, que podría hacerle dejar un gran recuerdo de lo que fue.
Darren Aronofski contempla con severidad la fama que se va pero, al mismo tiempo, siente compasión por este tipo que tiene un mal sido y quien, dentro de su actividad dura y su actitud agresiva, en un tipo noble, que implora un poco de cariño.
Es una gran cinta, con grandes actuaciones.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
@LucianoCamposG