El fin del reinado del petróleo está cerca. Tan cerca que las potencias internacionales tienen en la mira al sucesor del petróleo: el litio, “un elemento químico de símbolo Li y número atómico 3. En la tabla periódica, se encuentra en el grupo 1, entre los elementos alcalinos”.
El litio es totalmente reciclable así que no es una materia prima no renovable como el petróleo. Esto significa que el reciclaje abre un campo más en el ciclo productivo del mineral.
¿Y para qué sirve el Litio? Tiene un uso médico para el tratamiento de afectaciones psicológicas como la depresión bipolar pero, además y ante el grave problema del calentamiento global, se ha vuelto necesario generar energías limpias ante la escasez y agotamiento de las reservas petroleras.
El principal uso del litio en la actualidad es para la fabricación de baterías eléctricas (como las de tu teléfono celular, por ejemplo), sin embargo en el porvenir del Litio se encuentra la fabricación de baterías con gran capacidad de almacenamiento energético para la propulsión de automóviles como el Tesla, y otras marcas; luego seguirán otros medios de transporte, como aviones, trenes ultra-rápidos, barcos, y hasta naves especiales.
Pero el tema es mucho más complejo. Así como durante años vimos todo tipo de conflictos armados por el petróleo, el Litio podría ser ahora, la nueva “manzana de la discordia”, o el elemento que despierte la más voraces y ambiciosas contiendas en el escenario internacional.
Pero ¿Dónde está la mayor reserva de litio en el mundo? ¿Adivinen? Sí, en Latinoamérica…en una zona compuesta por Bolivia, Chile y Argentina y que se podría llamarse “el triángulo del Litio”. Estos tres países latinoamericanos concentran más de la mitad de las reservas de litio comprobables en el mundo. El resto está en México y otro tanto en Australia.
“En el 2015, las mineras situadas en Sonora, México, Bacanora Minerals y Rare Earth Minerals, firmaron un contrato de proveeduría de litio con la fábrica de baterías de Tesla. Sonora cuenta con reservas probadas de ese mineral de 3.5 millones de toneladas”, (Martínez, L. 2017. El Economista).
Así que ya se imaginarán dónde van a estar los camotazos y las rebatingas que, de hecho, ya empezaron. Lo que antes era el Medio Oriente en relación al petróleo, ahora lo será América Latina en relación al Litio….Algo así como la Nueva OPEP, o la “nueva Arabia Saudita del petróleo Blanco” (Forbes).
Ahora queda más claro por qué los países con yacimientos de Litio están enfrentando tremendas crisis políticas, violencia y campañas de desprestigio político internacional y lo mismo sucede con los otrora productores de petróleo que ya no serán tan importantes en un futuro próximo. Es decir, unos están en crisis por lo viene y otros por lo que se va. v