
Los mismos priistas de Nuevo León están desconcertaos con la designación del procurador de Justicia Adrián de la Garza como secretario ejecutivo del gabinete de Seguridad, ya que viene a meter más ruido, como si no fuera suficiente tanta especulación y suspenso de quién será el o la candidata a la gubernatura para las elecciones de 2015.
Hay militantes de peso del Partido Revolucionario Institucional quienes aseguran que el gobernador, Rodrigo Medina de la Cruz, para contrarrestar al Partido Acción Nacional, apostaría a recomendarle al presidente Enrique Peña Nieto a su nuevo juguete preelectoral: De la Garza.
Basta recordar que semanas atrás Medina de la Cruz filtró entre sus funcionarios que el secretario de Desarrollo Social, Federico Vargas Rodríguez, podría estar tocado con la mano de Dios, ante la posibilidad -improbable- que el nombre del aspirante a sucederlo salga de su propio gabinete.
El procurador, quien de inmediato restó exposición mediática al polichambista vocero Jorge Domene Zambrano, tomó al toro por los cuernos en su nuevo puesto informando sobre temas de resultados y combate a la delincuencia.
Sobre ello el martes 18 de marzo, en entrevista con Luis Padua de Info 7 de mediodía, De la Garza, no descartó participar como candidato en las elecciones del próximo año.
“Llevamos una labor de servicio público de más de 20 años. Estaremos en alguna trinchera realizando nuestra labor”, respondió el funcionario.
Ante la percepción que en 2015 se puede repetir el gran fracaso del PRI en las urnas como pasó en 1997 al perder la gubernatura con Fernando Canales Clariond, además de las principales ciudades metropolitanas como Monterrey y Guadalupe, el ejecuto estatal no descarta nada.
Y en este escenario de colapso tricolor, De la Garza no estaría descartado para la gubernatura o la alcaldía de Monterrey, como pasó en el Distrito Federal en 2012 cuando el PRD mandó a una guerra casi ganada al actual jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa.
Basta recordar que Mancera Espinosa era procurador de Justicia de la capital del país, y su partido apostó en un funcionario que estaba dando resultados positivos en el combate a la inseguridad.
Por décadas, los partidos políticos en México no volteaban a ver a los procuradores para que fueran candidatos, pero este país se tornó muy violento en los últimos cinco años y en tiempos de Mancera Espinosa parecía que el Distrito Federa estaba blindado, como si fuera el paraíso.
El Partido de la Revolución Democrática lo hizo su aspirante y ganó por una votación histórica al obtener 63.5 por ciento de los votos, es decir, con 40 puntos de ventaja frente a Beatriz Paredes, la candidata del PRI, enviada al exilio como embajadora en Brasil.
Con 13.9 por ciento de los escrutinios terminó Isabel Miranda de Wallace, del PAN y uno de los más grandes errores del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, al preferir a una activista que no era militante de su partido.
Volviendo a la actualidad y a Nuevo León y sobre la plática con Padua, el procurador De la Garza dijo no descartarse si el PRI lo contempla para contender por un cargo de elección popular.
Porque si Mancera Espinosa pudo, por qué no repetir la fórmula exitosa tres años más tarde, aunque hay una realidad: en el Estado el PAN gobierna a la mayoría de los electores, además los alcaldes de extracción albiazul y sus dirigentes se frotan las palmas de las manos para que llegue el primer domingo de junio de 2015.
Por su parte Medina de la Cruz hace todos los experimentos que tiene a su alcance, como mandar a De la Garza a los medios de comunicación provocando ruido y confusión dentro de su partido, que para muchos militantes, alcaldes, líderes y funcionarios es un error monumental.
Cuando el gobernador fue nombrado candidato en 2009, Nuevo León era otro. Para empezar, el PAN estaba en la presidencia de la República y su antecesor, Natividad González Parás, impuso como el abanderado de su partido a quien él quiso, en un proceso bien planchado, sin causas sismos.
Pero esta vez el nombre del o la candidata vendrá bendecido desde la capital del país, y será Peña Nieto quien decidirá, nadie más.
Y si el mandatario quisiera destapar a su gallo en estas fechas, no hay dudas de que hay solamente de dos sopas: o la senadora Cristina Díaz Salazar, o su secretario de Economía Ildefonso Guajardo.
Pero ante lo que viene, sobre todo en la segunda mitad de su sexenio, con las reformas aprobadas por el Congreso de la Unión, Peña Nieto no puede equivocarse y poner en riesgo a que el PAN gane los comicios.
Por eso permitió que Medina de la Cruz juegue su ajedrez, donde otra pieza del tablero dentro del gabinete es la secretaria de Educación, Juana Aurora Cavazos.
Tampoco hay que descartar en este ejercicio a los tres alcaldes metropolitanos que tiene el tricolor: César Garza, de Guadalupe; Raymundo Flores, de Apodaca, y César Cavazos, de Escobedo, que sin duda aparecen más expuestos a los electores en los medios locales que el trío de senadoras y el secretario de Economía.
Un candidato a gobernador extraído de alguna de las presidencias municipales sería un plan C o D de Peña Nieto, aunque en otras entidades del país así el PRI ha resuelto sus dudas.
Una vez sacado el conejo del sombrero, habrá de sobra aspirantes a las principales alcaldías, pero la más codiciada será Monterrey.
Improbable que alguna de las senadoras tenga interés, salvo Marcela Guerra quizá, entonces De la Garza, el diputado federal Héctor Gutiérrez de la Garza, y hasta Aldo Fasci Zuazua, dirigente tricolor regio, estarían bien apuntados de emprender una batalla casi imposible de ganar.
El también legislador federal, Pedro Pablo Treviño, también trae cosquilleo por contender y tratar de recuperar la capital de Nuevo León, consciente que no está considerado para la grande.
En otro tema el alcalde de Guadalupe, César Garza Villarreal, deberá actuar para que en el rubro de reembolsos a funcionarios no se repita lo que pasó en administraciones pasadas.
Porque Ivonne Álvarez, aparte de dejarle una deuda gigantesca, también dejó muchas dudas sobre millones y millones de pesos sospechosamente entregados a manera de reembolsos con cheques a nombre de algunos funcionarios de primero, segundo, tercer y cuarto nivel.
Un ejemplo es Ovidio Campos Tamez, de extracción cetemista y padre de la diputada local María de la Luz Campos Alemán.
Garza Villarreal ya cerró el chorro que escurría a Campos Tamez, pero el problema es mayor porque Álvarez abrió no llaves, sino las compuertas en su gestión como alcaldesa.