Rodillazos, empujones, camisetas rotas, groserías y alaridos; no, no estoy hablando de la lucha libre, sino de un partido del América vs León el sábado pasado. El futbol puro, de calidad, ya no es suficiente para entretenernos, se necesita esa dosis de show, de algo que nos haga hervir la sangre para sacar las frustraciones de la semana.
Los goles, por mas “caviar” que sean, ya no equiparan a las portadas, minutos y mensajes en redes que genera una agresión arbitral a un jugador. El deporte como tal siempre ha pretendido impulsar valores que impacten en la sociedad, empezando por la niñez hasta los adultos, pero desde que los tiempos antiguos, siempre ha tenido como prioridad el que haya “algo” llámese dinero que impulse los deseos de cualquier integrante de este mundo llamado deporte.
Desde hace tiempo en Monterrey se ha impulsado en los medios el “debate”, la confrontación, se han propagado las columnas de “chismes” deportivos y han pululado “insiders” que tiene información según de primera mano de los equipos deportivos, todo el que pretender una tajada de este mundo sabe lo que tiene que generar, reacciones de los espectadores para mantenerlos prendidos de los medios que analizan y publicitan el deporte.
Si bien un buen partido siempre tendrá publicidad, una situación como la vivida el sábado anterior en el Azteca llenará cada rincón de discusión, el morbo, la violencia moverá el mundo de cualquier medio para tener la atención de todos.
El buen futbol se sabe que está en Europa, el mas pasional en Sudamérica, y el intento de buen show está en México. Ya pasó lo que faltaba, que un árbitro golpeara a un futbolista, y la verdad creo que se habían tardado, si bien hace tiempo lograron mejoras salariales, no se pueden comparar con las de los futbolistas si bien los árbitros reciben su buena dosis de atención, mentadas y presión.
El debate sobre la técnica, táctica y jugadas no es lo mas popular para el grueso de la afición, el deporte se ha convertido en espectáculo, para lo cual todos hay que entender que hay que hacer todo mas novelesco, desde las transmisiones, los programas de opinión, y ahora las interacciones con los “fans” que por medio de redes sociales van adquiriendo mayor poder de opinión ante los todavía poderosos medios de comunicación.
De toda la jornada del fin de semana, lo que puedo recordar es el rodillazo de ahora más famoso “Curro” Hernández, los golazos en Monterrey, Guadalajara y CDMX pasaron a segundo término, ahora espero la crítica mordaz, las burlas, el sarcasmo y hasta los bailes en las mesas de transmisión, el saber el chisme en las columnas y programas de radio, ver la cara del comentarista u opinólogo que me cae mal cuando su equipo pierde, las teorías de conspiración.
El morbo vende, el “chicharrón”, la burla…atrás quedaron los tiempos del buen toque, los análisis tácticos, las pizarras interactivas, ahora leen tweets y posteos de redes sociales, hemos llegado al punto de consumir un medio a través de otro medio y al final los consumidos somos los espectadores y nuestras carteras.
De deporte a espectáculo a novela, el fútbol y el deporte en general van cambiando, no por una evolución natural del mismo sino porque así lo exige el consumidor, que pasó de ser aficionado genuino a comprador exigente que espera cierto drama por mas artificial que sea, lo que importa es llenar el vacío por el cual se consume.
En un años podemos leernos de nuevo y ver la siguiente generación de deportistas, consumidores y analistas, el como los medios habrán mutado, pero hoy…me quedó con el rodillazo del árbitro, el resultado al menos este fin de semana, quedó en el olvido.
¡Saludos desde el Sillón!