
Los escándalos por supuesta corrupción denunciados en el IMSS echan por tierra muchas campañas en las que el PAN ha fincado sus estrategias de posicionamiento para vencer al PRI.
Se trata de una denuncia telefónica difundida en Televisa, donde evidencia que un alto funcionario panista del Seguro Social está negociando su 5 por ciento con un proveedor de un prestigioso laboratorio.
Hablan de una licitación de 80 millones de los cuales 4 millones, es decir el 5 por ciento, sería para el deshonesto funcionario del IMSS, quien dice contar con información privilegiada para favorecer a su proveedor favorito.
Estamos hablando de una sóla entidad de las 32 que hay en la República ¿cuánto dinero no ejercen estas delegaciones a discreción? ¿Cuántos recursos se habrán ido a los bolsillos de estos corruptos funcionarilos del IMSS?
Hoy sabemos que las finanzas del Seguro Social están en riesgo, pero no por las razones que han esgrimido los directivos panistas que “culpan a los trabajadores y al sindicato de la quiebra”, sino por la alta corrupción que impera entre funcionarios del partido gobernante y los proveedores que actuán a capricho de estos “servidores” públicos.
Convendría que el Presidente Felipe Calderón pida la renuncia del director del IMSS, Daniel Karam, antes que la oposición termine por tumbarlo, desgastando la imagen que todavía tiene el PAN, con miras a las elecciones presidenciales del 2012.
Es probable que los colaboradores del inquilino de Los Pinos le aconsejen que deje enfriar la noticia, pero también sería bueno que los estrategas del Gobierno de Calderón analizarán un poco los comentarios que los cibernautas hacen en la red.
Si ya los vieron, los colaboradores de Calderón se darán cuenta que ya no pueden navegar con la bandera de honestos y acusando de corruptos a sus pares del PRI y del PRD, cuando no han limpiado la casa y para muestra ahí tiene el botón del Seguro Social.
Si Calderón toma acciones contra estos actos de corrupción seguramente los ciudadanos se lo agradecerán, de no ser así, estaríamos confirmando que sus discursos son puro cuento y que la lucha contra la deshonestidad gubernamental sólo está en los informes.