Resultado previsible tras la derrota sufrida por el Partido Revolucionario Institucional en las elecciones del domingo 5 de junio conllevarán sin duda a una recomposición interna del otrora partidazo, y que implicará, sin duda, la salida de Manlio Fabio Beltrones de la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional.
¿Para cuándo? Esa es la incógnita a resolver junto con quien o quienes ocuparán no sólo la dirigencia nacional tricolor y la secretaría general del CEN, puestos de vital importancia, junto con la secretaría de Acción Electoral, para definir el rumbo, el tono y la forma en que deberá de replantearse la estrategia priista rumbo al 2018.
Se antoja que, conforme los días avancen, sea para después del cuarto informe presidencial del 1 de septiembre, se dé la salida de Beltrones, a quien se le mandaría a una embajada o se le incluiría en el gabinete en un puesto de consolación, con la intención de que mire los toros desde la barrera, pero no meta mano en la corrida.
Aunque pareciera que el gran perdedor es el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al ser cuestionado y denostado por los electores de la mitad del país su pésimo desempeño en lo económico y la seguridad pública, lo educativo, la salud y el empleo, lo cual es cierto, el mandatario puede ser apreciado como un impulsor de la democracia y la alternancia política, como se le llegó a considerar a Ernesto Zedillo Ponce de León cuando entregó Los Pinos al PAN.
Es decir, perdiendo gana.
Al no meter las manos y usar el aparato gubernamental para apoyar al PRI, como ocurría en procesos anteriores, le da un mayor margen de maniobra sobre la definición de las candidaturas a senadores, diputados federales y al mismo aspirante presidencial. Acotados o muertos los virreyes regionales, los gobernadores, el grupo Atlacomulco que él representa se fortalece sobre otras corrientes políticas. Su contrapeso era Manlio Fabio Beltrones, bocabajeado, casi muerto viviente y león desdentado, todo a la vez.
El actual inquilino del Palacio Nacional deberá de jugarse el todo por el todo, pero con mayor facilidad y soltura, si pretende impulsar a uno de sus tres caballos para contender en las boletas de la elección del 2016: Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda; Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación y Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación.
A REMOJAR LAS BARBAS
La amarga experiencia electoral de Tamaulipas, ya vivida por los priistas de Nuevo León en junio del 2015, obligará sin duda a buscar fortalecer las estructuras de un edificio que se niega a caer, y que pese a los intentos por cimentarlo, vuelve a resquebrajarse de tanto en tanto.
Una gran camada de priistas avezados en procesos electorales viajó desde Monterrey y sus alrededores a distintas regiones tamaulipecas, para apoyar y en su caso ejercer acciones directas a favor de los candidatos priistas el mero día de la elección. De nada sirvieron ni recursos materiales y humanos, para evitar la derrota casi total en el vecino estado.
Los enviados que regresaron con la derrota de sus pares a cuestas, deberán de usar las experiencias aprendidas allá para evitar aquí fallas y yerros como las que vieron en tierras tamaulipecas. La elección para alcaldes, quienes podrían reelegirse para un nuevo periodo de tres años, y legisladores locales, está más próxima de lo que aparenta.
SÚPER SECRETARIO
Fernando Turner Dávila se perfila para ser un súper secretario en el gabinete del gobernador Jaime Rodríguez Calderón, tras de que el mandatario independiente dio a conocer que ocupara la Secretaría de Desarrollo y Trabajo.
Esta fusión que se prevé empiece en los próximos días implicará un despido significativo de empleados de ambas dependencias de hasta un 30 por ciento de la nómina.
Turner fue uno de los principales impulsores de la candidatura independiente de “El Bronco” y es uno de sus más cercanos colaboradores en el gobierno, y a quien sus simpatizantes pretenden ver como candidato a una senaduría o la alcaldía regiomontana… ¿Será?
VIVITOS Y GORREANDO
¡Qué cosas tiene la vida, Mariana!… nadie es profeta en su tierra y menos los panistas. Resulta que un grupo fuerte de albiazules viajó a Tamaulipas para apoyar e impulsar campañas electorales de los candidatos de ese partido.
Dos grupos antagónicos, el de la ex alcaldesa Margarita Arellanes por un lado y el grupo San Nicolás, encabezado por Raúl Gracia y Zeferino Salgado, por el otro, tuvieron que unir fuerzas y recursos para poder lograr las metas propuestas.
Ahora ya fortalecidos sin duda con apoyo logístico procedente de Tamaulipas, dizque se aprestan para dar desde ya la batalla por Nuevo León.
Operación Tornado
Luego del anuncio realizado por la Subprocuraduría y la Fiscalía Anticorrupción en relación a las investigaciones donde se encuentran implicados una serie de ex funcionarios y el ex gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, las ansias de los nuevoleoneses, sedientos de justicia se calmaron un poco.
Ya algunos funcionarios han desfilado ante un juez penal para informar lo que saben en relación a varios desvíos de recursos, uso de información privilegiada, concesiones de obras a modo para ciertos personajes y amigos del papá del gobernador Humberto Medina Ainsle, entre otras minucias.
El ex gobernador Medina de la Cruz tendrá que comparecer en estos días para rendir su versión luego de que algunas de sus propiedades, entre ellas un rancho de 35 hectáreas, le fueron embargadas.
Ya pasaron algunos meses luego de que en su toma de posesión el gobernador habría dicho que “se acabó la fiesta de los bandidos” y hay quien piensa que muchos de ellos seguían de fiesta y gozando en libertad de los arreglos, prebendas y canonjías obtenidas a costillas del erario estatal.
Sin embargo, al anuncio que hicieron al alimón Ernesto Canales y Aldo Fasci, hubo quienes lo interpretaron como un “¡Paren esa música!” en la fiesta de la que habló “El Bronco”.
Las investigaciones van muy avanzadas y las demandas de información por parte del Poder Judicial determinarán los pasos a seguir para saber cuál responsabilidad le corresponde a quién e ir así desenredando la madeja para fincar culpas y entonces sí procesar y llevar tras las rejas a quien tenga que pagar por ello.
Y aunque la mayoría del respetable se frota las manos, por supuesto que algunos escépticos aún tienen sus dudas de que entre las declaraciones de los presuntos implicados y el hecho de alguien pise las celdas de Topo Chico, hay todavía un largo trecho.
Antes que eso suceda, apuntan, queda todavía mucha agua qué correr debajo del puente.
Esperamos pues, a ver en qué termina esta Operación Tornado, que promete arrasar con unos cuantos bandidos.