
Sergio Canales rompió un vidrio y la ciudad a través de los reportes de medios se vuelve loca, dependiendo que o a quien leíste o escuchaste, Sergio debería ser deportado o se le debería poner una estatua por básicamente correr a Demichelis, todo esto en la mente de la gente.
Si escuchas la radio, sucedió una mezcla de algo similar a una lucha de la Arena Coliseo y una telenovela de los 90’s en la que había una relación de amor odio y básicamente hay muchos interesados en despedir al técnico argentino.
Si ves la televisión, es todavía peor, con una imitación burda del “El Chiringuito” español, ponen música dramática y hacen como discuten, como que analizan y como que hacen periodismo.
El problema, si es que usted lector ve uno, que yo sí, es que la gente se lo cree, así como a los cientos de influencers en redes sociales que claman tener información interna de los equipos. La experiencia de ver futbol en el estadio, divertirte y comer algo rico en compañía de buenos amigos o familia ya no es suficiente, ahora queremos enterarnos de todo, saber que dicen y piensan en cada momento los protagonistas, y si no es lo que nos gusta, de imbéciles no los bajamos.
Lo que pasó en la semana en el Club de Futbol Monterrey es algo más que normal, pero alguien tenía la intención de generar una turbulencia, normalmente hay algún interés detrás, en este caso parece quieren poner a algún técnico, ante la incapacidad del actual de hacer que sus jugadores jueguen a algo y metan goles que cualquier jugador amateur pondría dentro de las redes.
Terminando el partido de Chivas el sábado, el gran “Micho” aventó varias joyitas en su conferencia de prensa, en general comentó que no pasó nada fuera de lo común, que necesitaban a Sergio en la cancha, que a él lo trajeron para exigir y que su papel de técnico era el de detectar errores y corregirlos.
Tal vez el continente no está listo para su disciplina, tal vez le falta labor de educador corrigiendo lo que alguna vez Américo Gallego señaló como defectos de fábrica, tal vez Canales ocupa un baño de agua fría, de esos que tanto presume en sus redes, tal vez este equipo necesita menos rotación de técnicos y más disciplina en sus jugadores, y sobre todo elegirlos mejor para no tener algunas estrellas con compañeros que a veces no sabe como moverse o tocar el balón.
La directiva tiene otros datos y Demichelis sigue, los jugadores o directivos filtrando situaciones de vestidor, la gente consumiendo basura que debiera tener sellos de advertencia como la comida chatarra, personajes de medios mexicanos y extranjeros que aderezan con toxicidad el ambiente en la ciudad, y una afición con tendencia al extremismo y egocentrismo que no caben ni en sus cabezas, por lo que Monterrey es el combo perfecto para el desastre, con una capacidad autodestructiva que en la ciudad se ve con mas frecuencia, sin dejar de olvidar los recientes despidos felinos, hasta los brotes de violencia rayados, el deportes se ha convertido en un programa de Laura en América que comienza a dar flojera.
Con que cristal miras tú, querido lector, a quien escuchas, a las redes o medios tradicionales, te comes cualquier porquería que te dan o has dejado de consumir; al final Rayados ganó y todo se calmó, los abucheados de siempre seguirán siendo los sospechosos comunes, mientras que una derrota genera temblores catastróficos, los triunfos son placebo para descansar una semana y seguir consumiendo el fentanilo mediático que al principio da placer, pero al final te mata las neuronas.
Quedan pocas jornadas de la liga, veremos que pasa en la cancha, que es un cristal distinto a lo que pasa afuera de la misma. Canales y Demichelis sabrán como hacen las pases, pero los resultados hablan fuerte y claro, por ahora, todos están reprobados, y lo veremos desde distintas ópticas, pero todas se juntan en un desenlace final, la liguilla por el campeonato.
¡Saludos desde el sillón!