En 2018 Jaime Rodríguez Calderón quiso repetir, pero a nivel nacional, la histórica victoria que tres años antes había obtenido al correr para gobernador de Nuevo León y, para ello, confió la estrategia mediática a uno de sus colaboradores de mayor confianza: Guillermo “Memo” Rentería.
Si bien los primeros tres años de su gobierno no iban como lo esperaba, “El Bronco” no se quiso quedar con las ganas de emprender una lucha electoral que, a todas luces, era prácticamente imposible de ganar.
Porque hacer perder a Andrés Manuel López Obrador fue una misión suicida que él mismo y Rentería tuvieron que haber olfateado antes de arrancarse a recopilar las firmas a nivel nacional que le permitieron aparecer en la boleta como candidato presidencial independiente.
“El Bronco” confiaba en que los electores mexicanos iban a comprar su manera singular de dirigirse a ellos y los iba a enamorar como lo hizo con los neoleoneses, mismos que ni con la campaña de guerra sucia que sus contrincantes orquestaron, votaron abrumadoramente por él.
Esas mismas firmas que recabaron sus simpatizantes en Nuevo León son las mismas que han abierto un inédito capítulo en la vida política estatal cuando, antes de la primera quincena de diciembre, el Congreso local debe votar el castigo contra él y su secretario general de Gobierno, Manuel González Flores.
Porque la sala regional del Tribunal Federal Electoral resolvió con anterioridad que hubo desvío de recursos del Estado en esa fase que habilitó a Rodríguez Calderón para ser candidato a la presidencia de la República y que, por lo mismo, el Poder Legislativo decidirá desde darles un manotazo, como a niños mal portados, hasta destituidos del cargo o inhabilitarlos.
La Comisión Anticorrupción del Congreso local que preside el legislador de Movimiento Ciudadano, Arturo Bonifaz de la Garza, resolvió el lunes 23 de septiembre que van por el castigo directo en vez de empezar un juicio político. O sea la cosa se puso bastante chipocluda y seria.
Y el comunicado del Poder Legislativo distribuido a los medios de comunicación no dejó dudas: “En un hecho inédito, la Comisión Anticorrupción presentó ante el pleno las reglas procesales para aplicarse dentro del expediente 11841/LXXIV a fin de sancionar a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón y Manuel Florentino González Flores, en su calidad de servidores públicos, en cumplimiento de la sentencia SRE-PSC-153/2018, emitida por la sala regional especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
“Por tratarse de dos servidores públicos a los que alude el Incidente de Incumplimiento de Sentencia, y al ser las faltas de la misma naturaleza, esto es de naturaleza electoral, en la infracción que fue determinada por la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de Federación, en el procedimiento multicitado, se ordena la acumulación de causas que dan lugar a la imposición de sanciones, en un solo procedimiento, para que la determinación e individualización de la sanción correspondiente se imponga en una sola resolución”.
En el buen español que mastica El Sultán, autor de esta columneja, sólo se contemplan cinco tipos de sanciones: apercibimiento (aviso o advertencia), amonestación, multa económica, destitución del cargo y/o inhabilitación.
En el punto ocho de la resolución de la Comisión Anticorrupción que se refiere a la oportunidad que tendrán el gobernador y el secretario general para defenderse ante los legisladores, es contundente: las pruebas que ofrezcan las partes deberán ser pertinentes e idóneas para poder individualizar la sanción a imponer y deberá emitirse acuerdo que resuelva sobre su admisión.
En caso de no tener relación las probanzas ofrecidas con este fin, la Comisión Anticorrupción podrá fundada y motivadamente desechar las pruebas que se ofrezcan.
Será porque son tiempos de la 4T, por revancha del presidente Andrés Manuel López Obrador por todos los dichos en su contra por “El Bronco” en la campaña, o por melón o por sandía, pero lo que resta de 2019 no habrá espacio para el aburrimiento en la política estatal. Sino todo lo contrario.
El cambio de gobernador más reciente en Nuevo León, por otra razón, se registró en enero de 2003 cuando el entonces mandatario Vicente Fox Quesada sacó a Fernando Canales Clariond y puso a Fernando Elizondo Barragán en un intento de que el PAN repitiera la victoria en 2003, jugada que no funcionó.
Pero no todo está dicho. Y como la política es el arte de la negociación y los diputados tienen mala fama de negociar en lo oscuro, pues no sería ninguna sorpresa que el castigo mantuviera a “El Bronco” en su cargo, pero sostenido con alfileres para lo que resta del sexenio hacia las elecciones de 2021.
En ese sentido, todo indica que el hilo se romperá por lo más delgado: González Flores podría salir del cargo como segundo en el gabinete y ser inhabilitado como funcionario público por un buen de años. Y eso mismo lo sacaría de la jugada como candidato ciudadano a la silla grande.
Aunque una vela sigue encendida para Rodríguez Calderón y González Flores: que la sala superior del TRIFE meta reversa a la resolución de la regional, como pasó precisamente y “borrón y cuenta nueva”.
Y de ser así, habrá que esperar el berrinche del senador de MC, Samuel García Sepúlveda, promotor de las denuncias que tienen a Nuevo León en el ojo del huracán político.
Todo este alboroto vino a opacar la salida de Claudia Tapia como diputada de la fracción de MORENA, tras el agandalle de Marco Antonio González de la presidencia de la Comisión de Presupuesto, tras éste último abandonar al PRI para ser abrazado por las siglas del partido de López Obrador.
Y a nivel Congreso de la Unión hay que reconocer al legislador federal del PT, Santiago González Soto, el haber levantado la voz para que Nuevo León accediera a los fondos por desastres naturales que dejó la tormenta tropical “Fernand” en varios municipios y que ascenderían a mil millones de pesos.
La aparición de Adalberto Madero Quiroga por la sede del Poder Legislativo ha causado una serie de rumores, sobre todo porque el exalcalde de Monterrey, exsenador y exdiputado del PAN quiere ser aspirante a todo en 2021. Vaya, se anda vendiendo bien entre los partidos políticos.