
A la pregunta de si alguien se atreverá a votar por el ahora ‘Pato’ Zambrano naranja en las elecciones de 2027 en Nuevo León, les anticipo que desgraciadamente sí. Y Dios nos libre si a Samuel García se le ocurre verle tamaños para ser candidato a gobernador de su partido, aunque nunca ganaría.
Con estadísticas confiables en mano puedo asegurar que, de nuevo, la contienda por la sucesión en Nuevo León será entre MORENA y sus partidos rémoras, contra el abanderado que saldrá de la alianza PRI/PAN que, con toda seguridad, será el alcalde de Monterrey Adrián de la Garza.
Más pirotécnico de aquel Samuel que ganó en 2022 -no tengo dudas y me remonto a las encuestas de Hora Cero-, el plumífero personaje reclutado por MC en días pasados se convertirá en una peligrosa opción del voto.
Cierto es que la candidatura a gobernador pudiera quedarle demasiado grande, pero el ex Big Brother y ex galán de Irma Serrano será perfilado para la capital del Estado cuando Adrián abandere la causa buscando suceder a Samuel.
En 2022 todo indicaba que la gubernatura sería para Clara Luz Flores, de MORENA, o para Adrián, cuya popularidad y preferencias electorales de éste último cayeron cuando hizo públicos dos videos contra sus contendientes. Y Samuel pasó entre ambos como cuchillo en mantequilla… y ganó.
No tengo dudas de que la política mexicana ya se convirtió en un circo donde cualquier payaso, influencer, conductor de televisión o personaje público puede ser candidato a cualquier puesto de elección popular. Los peores, sin haber terminado la primaria.
Basta recordar en 2015 cuando la actriz cómica Carmen Salinas llegó a la Cámara de Diputados por el PRI, por citar solo un ejemplo. Y peor el insulto de un casi analfabeta como el ex futbolista, Cuauhtémoc Blanco, que fue gobernador de Morelos y actualmente legislador de MORENA, envuelto en escándalos de acoso sexual sin comprobar.
Vaya, ni los más preparados como pudo ser Ana María Lomelí, conductora de Hechos de TV Azteca que se lanzó a la aventura de llegar a San Lázaro por el Partido Verde, garantizan que una figura pública será un decoroso representante popular.
Electa el año pasado, la señora Lomelí admitió que la única vez que subió a tribuna fue una pesadilla por no estar preparada, le temblaba la voz y las piernas, y por ello debió pedir licencia a los pocos días y fue nombrada jefa de comunicación social del gobierno de la Ciudad de México.
Ahora bien, volviendo al chapulín naranja con plumas de pato, imagínense que -en el ‘mejor’ de los casos llegue a ser diputado local o federal en 2006, y en el peor alcalde o gobernador-, será la confirmación de la frase: “Los pueblos (Nuevo León o Monterrey) tendrán los gobernantes que merecen”. Seremos el hazmerreír y tendencia nacional los 365 días.
Espero que Samuel no se equivoque. Que se peleen y rompan el contrato. Aunque, a cómo se dieron las cosas, nadie le quitará de la cabeza al gobernador que el chapulín naranja puede ser el salvavidas de Movimiento Ciudadano.
No digo quién fue por ética, pero un ilustre que todavía comulga con MC me mandó un breve mensaje cuando compartí la noticia del pato naranja en un HORA CERO FLASH: “Qué reverenda mamada”.v
twitter: @hhjimenez