Una vez pasada la histórica jornada del 7 de junio en Nuevo León, el futuro gobernador Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” entrará en una etapa para convencer a quienes no votaron por él, para que el tránsito hacia la gobernabilidad vaya sobre una superficie bien pavimentada y con los menos obstáculos posibles.
Porque si bien en ese domingo 990 mil votaron por el candidato independiente y en contra del bipartidismo, otros 942 mil electores siguieron fieles al PRI y al PAN, aunque éstos juntos no alcanzaron al ex alcalde de García que un día se montó en su caballo y empezó a galopar para escribir un nuevo capítulo en el libro de la democracia de México.
Y hay que ser claros: en esta victoria los únicos protagonistas, además del gobernador electo que será ratificado por la Comisión Estatal Electoral (CEE) y su equipo de campañas y estrategas, también fueron los ciudadanos libres de Nuevo León que repudiaron a los partidos políticos.
Y no solamente a las siglas PAN y PRI, sino a un sistema y un sexenio corrupto que encabezó el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, su padre y sus hermanos, exhibidos por El Norte y cuyos reportajes fueron multiplicados por las redes sociales.
Va otro dato que no hay que olvidar, que dio esperanzas a una causa independiente que no estaba perdida. Apenas empezaba la campaña de “El Bronco”, la mayoría de las empresas encuestadoras, entre ellas El Norte, lo ponían a 19 puntos, muy lejano de Ivonne Álvarez García.
En su primer ejercicio de investigación electoral, el periódico de Alejandro Junco de la Vega publicó el 6 de marzo que la candidata del PRI tenía 34 por ciento de simpatías; Felipe de Jesús Cantú, del Acción Nacional, 26 por ciento y en tercero el aspirante sin partido con un magro 15 por ciento.
Al contrario, la primera encuesta de Hora Cero con fecha 26 de febrero retrataba la verdad: Álvarez García 31.5 por ciento, “El Bronco” 28.5 por ciento y en tercero Cantú con 22 por ciento. Fernando Elizondo Barragán, de Movimiento Ciudadano, muy rezagado con 6.9 por ciento de preferencias.
En el triunfo de Rodríguez Calderón nada tuvieron que ver quienes se sienten dueños del PAN estatal como son Seferino Salgado y Raúl Gracia, por aquello de que en el voto cruzado el albiazul tendrá más diputados en el Congreso que el Revolucionario Institucional.
Salgado y Gracia no se atreverían a andar divulgando que ellos dieron línea a los simpatizantes para hacer ganar a “El Bronco”, porque además de ser una monumental mentira correrían el riesgo de ser llevados ante la santa inquisición del PAN para ser expulsados por alta traición.
Porque la única verdad es que la sociedad libre de Nuevo León, casi 990 mil electores, dieron la espalda a los partidos por los cuales votaban para gobernador en elecciones pasadas, y dieron la confianza a la oferta independiente que conforme pasaban las semanas de campaña crecía en preferencias.
Reflejando en sus encuestas sólo verdades, Hora Cero publicó a finales de marzo que la competencia seguía bien cerrada: Álvarez García tenía 32.8 por ciento y “El Bronco” 29.0 por ciento, mientras el panista Cantú se estancaba en tercero.
Para El Norte, en cambio, en su siguiente encuesta del 7 de abril la candidata del PRI estaba firme en primera posición con 33 por ciento, Cantú en segundo con 24 por ciento y de nuevo el independiente en tercera posición con 22 por ciento.
Al tiempo que Hora Cero retrataba un empate técnico con menos de cuatro puntos de diferencia, en El Norte la senadora le llevaba 11 puntos de distancia al próximo gobernador de Nuevo León.
Otra falsedad del periódico El Norte era mantener por segundo mes consecutivo al aspirante de Acción Nacional en segundo lugar, cuando Cantú había comenzado bien muerto -electoralmente hablando- su lucha por lo imposible, que ni un milagro guadalupano podía hacerlo gana el 7 de junio.
De las encuestas pagadas por Medina de la Cruz y por el PRI en un intento de desalentar al electorado, quien desde que comenzó la campaña metió en su corazón a “El Bronco”, es mejor no abordar ese penoso capítulo en este espacio tan valioso.
Y para agotar el tema comparativo de los trabajos de opinión pública, el sábado 30 de mayo Hora Cero subió sus estadísticas que daban 42 por ciento al candidato independiente y 27por ciento a Álvarez García. El Norte, cinco días después, repitió el 42 por ciento de preferencias a él y un 29 por ciento a ella.
Con esas cifras, tanto candidatos y sus estrategas, como partidos y el propio Medina de la Cruz ya tienen sus conclusiones.
Cambiando de asuntos, la próxima Legislatura tendrá como prioridad darle gobernabilidad al Estado, pues PRI y PAN tendrán el mayor número de diputados y las negociaciones con el ejecutivo estatal serán inéditas.
Y quien tendrá un papel relevante en el próximo gabinete será Fernando Elizondo Barragán quien como tesorero o jefe de Gabinete, tendrá un paquete de los mil demonios para resolver.
Otros seguros que ocuparán puestos relevantes son Rogelio Benavides Pintos, hijo del ex alcalde albiazul de Guadalupe del mismo nombre; Roberto Adame, secretario particular durante toda la campaña del futuro gobernador, así como Diana Adame, su jefa de prensa.
También hay que incluir a Lorenia Canavati, candidata independiente a la alcaldía de San Pedro que obtuvo 17.4 por ciento de los votos, superando a Bernardo Bichara del PRI y Fernando Margáin, del Partido Humanista.
También Yamilett Orduña, candidata perdedora del PES a la alcaldía de Monterrey aunque tuvo 3.3 por ciento de votos; pero más amarrados estarían Luis Fernando Marín, Gabriel Eduardo Almaguer y Efrén García, que con sus 10, 19 y 12 por ciento en Apodaca, Escobedo y Santa Catarina, respectivamente, no ganaron pero tuvieron mejores cifras.
Si bien las aspiraciones de “El Bronco” no fueron bien apalancadas en las alcaldías, otro que cumplió fue Genaro Alanís de la Fuente, en Guadalupe (6.8 por ciento).
Pero seguramente la mayor sorpresa fue en Apodaca, donde el tricolor Oscar Cantú García apenas derrotó con cuatro puntos de diferencia a Braulio Martínez, del PAN, que no hizo campaña y siempre se le vio tomando café en el restaurante Palax de Madero.
Esa noche del 7 de junio Cantú García tuvo que suspender su festejo porque nada estaba seguro. Se dice que los mismos grupos tricolores del PRI en Apodaca lo traicionaron. Y por las cifras esa posibilidad flotará mínimo tres años dentro de su oficina en palacio municipal.
En Monterrey Adrián de la Garza resistió al voto de castigo contra su ex jefe Medina de la Cruz; en Guadalupe Francisco Cienfuegos fue jalado hacia abajo por Álvarez García y la alcaldía se definirá voto por voto, casilla por casilla. Como también en Juárez, entre el aspirante del PES, el empresario tamalero Américo Garza, y el priista Heriberto Treviño.
En San Pedro, Escobedo y Santa Catarina no hubo novedades con los triunfos de Mauricio Fernández, Clara Luz Flores y Héctor Castillo.
Pero en García seguro otra de las sorpresas fue la derrota de Carlos Barona, del PRI, ante el independiente César Valdés por más de 4 mil votos.
Para diputados federales Acción Nacional ganaba 8 de las 12 curules, siendo para el PRI una de las derrotas más sonadas -y hasta festejadas en su interior por su relación con el gobernador-, la debacle de Patricia Aguirre en el distrito VI por más de 22 mil sufragios.
Hay dos refranes que caen como anillo al dedo a Aguirre: “Quien obra mal, mal le va” y “uno cosecha lo que siembra”.