El Buen Fin pretende convertirse en un movimiento esperanzador para los consumidores en México, pero sus principales promotores, los fabricantes y los comerciantes, no lo permiten porque las ofertas son engañosas según denuncian cibernautas en la red.
¿Qué no hay alguien en México vigile los precios? ¿PROFECO? ¿Para qué sirve? Recientemente pude ver en diversas redes sociales como Facebook y Google Plus denuncias de consumidores que le habían dado seguimiento a un artículo y resulta que con el Buen Fin ¡están más caros!
Un ejemplo, una cámara fotográfica Cannon en un centro comercial de Cancún se ofrecía en septiembre pasado en menos de 11 mil pesos, a finales de octubre el mismo establecimiento la ofrecía a 13 mil 500 pesos, pero con el Buen Fin ¡ofertón! Llévala a 11 mil 250 pesos.
Lo mismo les ocurre a consumidores regios que buscan muebles, ropa, salas, comedores, refrigeradores, televisores y etcétera.
Un Buen Fin debe tener un Buen vigilante, un Buen gobierno que garantice que las ofertas no sean espejismo engañoso, como ocurre en muchos casos.
Confiamos en los buenos empresarios, en los buenos comerciantes y distribuidores para que ofrezcan un Buen Fin que beneficie a los trabajadores, clases medias y consumidores que esperan la fecha para hacerse de una compra necesaria en el hogar.
Pero, con el robo y el engaño, ¿cómo podemos creer en el Buen Fin?
Seguramente, Felipe Calderón cuando se lo propusieron los comerciantes pensó que sería algo bueno para la población, pero desde el primer Buen Fin allá, por 2011, los consumidores hicieron sus propias denuncias.
Los consumidores estamos indefensos porque la Profeco parece ser de aparador, un adorno en el gabinete presidencial.
Apelamos al Presidente, Enrique Peña Nieto, a someter al comercio voraz y devastador de la economía de miles y millones de hogares.
No más comerciantes que engañen, abusen o roben al consumidor bajo el disfraz del Buen Fin. Los medios de comunicación, estoy seguro, apoyaremos para que los mexicanos consuman lo que México produce y evitemos irnos al “otro lado” de compras.
Pero, en las actuales circunstancias, ¿cómo podemos fomentar el consumo en el Buen Fin? Sólo quejas y abusos recibimos, Profeco ahí te hablan, muchos preferimos ir de compras a Mc Allen porque allá las ofertas sí son reales y no es malinchismo, es cuidar nuestro dinero.
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