El llamado primer debate presidencial efectuado este domingo 6 de mayo fue eclipsado por la edecán del IFE de origen argentino, Julia Orayen.
Más allá de que en este debate no hubo un virtual triunfador entre los candidatos presidenciales, Enrique Peña Nieto no ganó el debate, ganó con el debate porque desde el punto de vista electoral sus competidores no le quitaron ni un pelo a ese copete, es decir no le quitaron votos.
Los aspirantes del PAN y del PRD por más que se esmeraron en irse a la yuglar del priista no pudieron provocar al mexiquense y menos pudieron hacer que tropezara para vender la misma imagen que han venido difundiendo en las redes. No pudieron, descubrieron que Peña Nieto no está tan hueco como los panistas y perredistas lo han venido difundiendo en internet.
La panista Josefina Vázquez Mota fue la más insistente en el golpeteo al líder de las encuestas cada que hacía uso de la palabra. Como que se le olvidó que ella es la candidata del Gobierno, desafortunadamente para su causa fueron más sus desaciertos, que en opinión de los analistas no pudo vender la idea a los televidentes de que tiene tamaños para ser Presidenta.
Andrés Manuel López Obrador, por su parte, demostró que en realidad su discurso amoroso es sólo parte de una pantalla. Sus ataques a la cúpula empresarial fueron constantes y tanto que había batallado para enamorar a la iniciativa privada, que durante el debate perdió a muchos de sus nuevos seguidores.
El Sr. López acusó a los empresarios una y otra vez de ser los promotores de Peña Nieto, de cobijar un sistema de corrupción y pobreza conjuntamente con los gobernantes del PRI y el PAN.
Si en estas semanas algo había ganado “El Peje” entre los empresarios, con estas acusaciones seguramente muchos ahora le han de estar pensando para apoyarlo, dirán sí que es un peligro para nuestras finanzas.
Gabriel Quadri, aspirante del PANAL, vendió una imagen “ciudadana” preocupada por los problemas de la sociedad, pero que en realidad en los hechos su partido, el de Elba Esther Gordillo, hace todo lo contrario a sus señalamientos: corrupción, mafia, acarreo, venta de plazas, dádiva de comisiones y muchos otros vicios del sistema gubernamental que han permitido el encumbramiento de la eterna líder magisterial.
Peña Nieto, si bien no fue contundente con sus adversarios, sobre todo con la candidata oficialista del Gobierno, tampoco desmereció su presentación en este debate de propuestas. Llegó muy peinado y se fue sin despeinarse.
Las encuestas nos darán la razón, pero sobre todo al momento que se cuestione qué fue lo más trascendente de este debate, los electores dirán: la edecán del IFE Julia Orayen y no porque sea muy atractiva, sino porque en las redes se comenzaron a mofar cuando al tal Quadri se le fueron los ojos al ver tan escultural fémina.
La Orayen se llevó los reflectores de la noche eclipzando el encuentro entre los presidenciales, así que el debate tendrá que esperar.