Harto extraño se percibe en la clase política el silencio que gira en torno al futuro legal y partidista de los exgobernadores que han emprendido la “graciosa huida” quienes, como si fueran chachas, dejaron tirada la casa en pleno jueves sin siquiera despedirse.
¿A poco no llama la atención que temas tan candentes hace semanas como las investigaciones contra Javier Duarte, en Veracruz, o el mismísimo Roberto Borge, en Quintana Roo, de repente pareciera que se fueron a dormir el sueño de los justos?
Y como dicen en el rancho, no hay más que de dos sopas…de fideos o de jodeos; pero resulta que, no estoy yo para contarlo, y menos está usted para saberlo, que la de fideos ya se acabó…
Oséase que este silencio casi sepulcral en torno al futuro de algunos exgobernadores, en especial los mencionados, tiene mucho que ver con el sigilo legal que los gobiernos federal y estatal han acordado, para así evitar que se cometan algunas pifias en los procesos legales que terminen beneficiando a los mencionados.
Si no me creen, vean lo que sucede en Nuevo León con el exgobernador Rodrigo Medina, quien, por más que aparente el actual mandatario Jaime Rodríguez fincarle responsabilidades, resulta que, cual si fuese pescado enjabonado, el “Rorro”, no pierde su frescura ni sonrisa cada vez que se apersona en el Palacio de Justicia, juntito al Penal del Topo Chico.
Rodrigo gana tiempo…al tiempo que El Bronco sufre aceleradamente el descrédito social.
Y por el otro lado, los estrategas del gobierno federal, o sea el PRI, no quieren echarle
más leña a la lumbre, por lo que siguen juntando evidencias en contra de sus excompañeros, al tiempo que esperan con una limitada certeza los resultados del primer domingo de junio, ya que tanto el Estado de México como Coahuila lucen harto complicados para la marca tricolor.
Saben que si los resultados les son adversos, entonces sí le echarán toda la carne al asador, por lo que varios exgobernadores tricolores lucirán el traje naranja, con tal de buscar demostrarle al “respetable” que ahora si la “Renovación Moral” prometida desde Miguel de la Madrid, llegará; todo con tal de evitar a toda costa abandonar las cómodas oficinas de Los Pinos, junto con el consiguiente presupuesto.
Entonces es cuando, de manera inusitada, veremos como se acelerará la máquina de la justicia y entonces si caerá “todo el peso de la Ley” a los responsables… y serán capaces de encontrar hasta al propio Duarte por más cirugías faciales que se haya hecho, emulando al célebre luchador “Mil Caras”.
Ahora, los sabuesos federales y estatales saben que los tiempos actuales ya no están para usar escopetas en la caza de delincuentes, por lo que han optado por adquirir modernos rifles con mira telescópica guiada por láser, para no andar haciendo el oso luego, porque el margen de maniobra que existirá entre el 2017 y 2018 no dará tiempo de errar.
Por eso es que los de la PGR, al frente de la cual cobra Raúl Cervantes, mantienen un
perfil bajo y navegan sigilosamente bajo las aguas turbulentas, emulando a los submarinos modernos, más discretos pero más efectivos que los ostentosos acorazados. Investigaciones como la del decomiso de 25 predios en Cozumel, por citar un caso sonado, son apenas una muestra de todo lo que sucedió en esa bacanal fiesta en que se convirtió el anterior gobierno de Quintana Roo, en la que sus más cercanos colaboradores y hasta familiares directos fueron beneficiados…
Que poca madre la de Borge, al haber metido al baile hasta a su mismísima progenitora…
Por lo mismo, no debe causarnos extrañeza ver a personas con acento “defeño”, vestidos de traje soportando las intensas temperaturas en el Registro Público de la Propiedad de Quintana Roo; hurgan, y hurgan, y no dejar de hurgar… como si fuera villancico navideño.
En el caso de Duarte, nada más faltaría que se digne a aparecer en la fiesta a la que tiene meses de haber sido invitado y en la que todos los mexicanos, en especial los de Veracruz, arden en deseos de verlo de nuevo.
Mientras que Medina en Nuevo León ya es “cliente frecuente” en los taxis aéreos entre Monterrey y la Ciudad de México, al comparecer en diversas ocasiones, siempre con saldo a su favor, salvo aquella noche que fue “huésped” distinguido en el Penal del Topo Chico, a lo que sus abogados, luego, luego, gritaron faul y lanzaron el SOS para que el gobierno tricolor, vía un juez federal, llegara en su auxilio.
Cuando se alinean los intereses no hay amistad que valga…menos en la política.