El único que reza a las mil vírgenes para que no haya alianza de partidos rumbo a las elecciones del 6 de junio de 2021 es el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza Santos, fuerte aspirante del PRI para enarbolar una causa que no estará del todo perdida cuando el huracán Lozoya azote Nuevo León.
La bandera del actual edil será “divide y vencerás” al Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano de aquí a finales de año, tras el cambio en el calendario, cuando se concreten las coaliciones ante la Comisión Estatal Electoral.
Previo a que el TRIFE metiera freno al arranque de las precampañas que empezarán el 10 de enero, se tenía confirmado que antes del 22 de octubre PAN y MC anunciarían si iban o no aliados en busca de la gubernatura que dejará Jaime Rodríguez Calderón.
Ante la batalla campal que se avecina el próximo año, los dirigentes nacionales y los dueños de los partidos en Nuevo León, saben bien que ninguno que corra solo (PAN, PRI, MORENA, MC e independiente, por citar los de mayores posibilidades), tiene posibilidades de ganar.
Ya no será como en 2015 con “El Bronco” que salió desbocado para barrer en las urnas desde el inicio de las campañas, aunque al final se unió MC y otros. O como en 2018 cuando Samuel García Sepúlveda encabezó la oferta naranja y ganó sin ningún otro partido como rémora.
Y porque el PRI gobierna cinco de las nueve alcaldías metropolitanas, Guadalupe y Monterrey “haiga sido como haiga sido”, De la Garza pudiera vencer siempre y cuando no se concrete el matrimonio PAN-MC con cualquiera de los dos senadores como candidato: García Sepúlveda o Víctor Fuentes Solís.
Esa coalición sería un hueso difícil de roer por una sencilla razón: porque cualquiera de los dos iría apuntalado por el actual diputado naranja en el Congreso local, Luis Donaldo Colosio Riojas, seguro abanderado a la alcaldía de Monterrey quien sería factor para firmar esa coalición.
Sin minimizar al resto de los posibles contrincantes del primogénito del malogrado candidato del PRI a la presidencia de México, sobre todo al encarrerado tricolor Francisco Cienfuegos, pocos dudan que el joven político tiene a su favor un apellido de mucho peso que robaría el voto entre simpatizantes del PRI: Colosio.
En dos últimos trabajos estadísticos de la compañía Hora Cero Encuestas, realizados en días diferentes en agosto pasado, se comprobó que Colosio Riojas será el fiel de la balanza no solamente en la elección de Monterrey, sino que influirá en la gubernatura.
El PAN necesitaría a Colosio para ir con el senador Fuentes Solís, no Martín López que sería enviado a una diputación federal. Y con menos probabilidades Acción Nacional, en una eventual alianza azul y naranja, permitiría darle entrada a García Sepúlveda como candidato.
Pero nada estará seguro y “hasta no ver no creer”. Los estira y afloja estarán duros entre los dos senadores, los dueños del albiazul Raúl Gracia, Zeferino Salgado y con menos acciones Víctor Pérez Díaz. Y por el lado de MC Agustín Basave Alanís, el mismo Colosio y Dante Delgado Rannauro, líder moral del partido.
Por eso Adrián de la Garza, Francisco Cienfuegos y Heriberto Treviño, dirigente estatal del tricolor, estarán muy atentos en esas negociaciones de sus rivales haciendo hasta lo imposible (no piensen mal, no con dinero), para evitar ese noviazgo.
Sobre esa sospecha de que se compran voluntades, no crean que Karina Barrón del PAN se fue a MC; posteriormente se hizo legisladora independiente, y acabó en el PRI, porque le llegaron al precio. ¡Por favor, no sean mal pensados!
Y hablando de diputados, el que estuvo cerca de presidir el Congreso de la Unión, aunque sea de rebote fue Santiago González Soto, del PT, cuando su compañero Gerardo González Noroña se quedó silbado en la loma al ser vomitado por el bloque MORENA, PRI y PAN.
Cuando el legislador de estilo pandillero, González Noroña perdió la primera votación, el Partido del Trabajo propuso a González Soto como la segunda opción, pero no pasó otros filtros. Sin embargo, el regiomontano no bajará la guardia y buscará reelegirse en su distrito.
Volviendo a la contienda de 2021 por la gubernatura, la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores Carrales, sabe bien que tiene pocas o nada de posibilidades de ser postulada por MORENA y el PAN. Pero abanderar una causa independiente deberá ser vista con preocupación por sus rivales.
Pues la señora arrancará con dos dígitos de preferencia, cerca del 20 por ciento, incluso superando a la morenista Tatiana Clouthier, con chance de crecer una vez que venda bien ante el electorado las firmas que recabará, como en 2015 lo hizo “El Bronco”.
Es lógico que en la remota opción de ser abanderada del PAN habría una fuga de votos albiazules ¡de proporciones incalculables! en perjuicio de esas siglas. Basta recordar cuando en 2018 un buen número de panistas traicionaron a Fuentes Solís en su carrera por la senaduría.
¿Y si eso le hicieron a un militante que había sido alcalde de San Nicolás y diputado federal, no hay que ser adivino si el PAN cobija a la esposa de Abel Guerra Garza? Quien como alcaldesa ha hecho un papel reconocido a nivel nacional e internacional en el tema de combate a la inseguridad.
LA CONAGO ¿POR QUÉ SE ACABÓ?
Dependiendo a quién se le pregunte, es como se pueden analizar los alcances de la renuncia de los diez integrantes de la llamada Alianza Federalista a la vetusta Confederación Nacional de Gobernadores (Conago).
Aún así, la realidad es que, más allá del claro motivo político que movió a esta división entre los mandatarios estatales, la Conago era un organismo que ya vivía sus últimos momentos, pues ninguno de sus integrantes tenía interés en mantenerla viva.
Es más, ni siquiera el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador le encontraba beneficio a participar en las reuniones del grupo, considerando que, para sus ojos, la confederación está llena de personajes que son sus abiertos enemigos.
Es por ello que la salida de los mandatarios de este grupo tiene que tomarse como un movimiento mediático, encaminado a ensanchar la división que existe entre un grupo de gobernadores y el presidente de la República y que tiene motivos muy distintos, considerando a cada personaje.
Resulta interesante leer entre líneas para comprender por qué cada uno de los mandatarios está enfrentando a López Obrador.
Hay quienes como el de Tamaulipas, quiere mostrar músculo para ver si aminoran los catorrazos que le han llovido desde hace un par de meses debido a sus negros antecedentes y más negras relaciones.
Aquí la pregunta es ¿qué busca Jaime Rodríguez Calderón?
La respuesta más sencilla es conseguir una especie de acuerdo con López Obrador que le permita disfrutar su futuro más tranquilamente, eliminando de su horizonte todos los nubarrones generados por acusaciones y denuncias de sus contrincantes políticos.
La base de la política es la negociación y todos los pleitos buscan llegar a un acuerdo. Habrá que ver si el fin de la Conago ayuda a sus protagonistas a alcanzar lo que andan buscando.