De nueva cuenta el fantasma del “dedazo” ronda en Los Pinos y en el edificio del comité central del PAN.
Bien dice el dicho que todo lo que detestas en casa lo has de tener y así le está ocurriendo a los panistas, principalmente al presi, Lipe, que insiste en sostener su estrategia del “dedazo”, a pesar de que hasta en el PRI ya se olvidaron de ese método.
Los pregoneros del “dedazo azul” encabezados por Felipe Calderón, andan promoviendo al diputado local electo, César Nava, para dirigir al blanquiazul, luego de la estrepitosa derrota que sufrió el PAN en las pasadas elecciones del 5 de julio, que le costó, al nada memorable, Germán Martínez, salir como tapón de sidra por la puerta trasera de Acción nacional.
Los enemigos de Calderón, que son muchos, sobre todo dentro del PAN, ya se le echaron encima, entre ellos, Santiago Creel y Manuel Espino, y están decididos a ir tras la dirigencia nacional del panismo.
Calderón no quiere ceder ni un milímetro ante sus adversarios partidistas, aunque sabe que está en riesgo su liderazgo de perder las riendas del partido que lo encumbró.
Los panistas de cepa saben que no pueden equivocarse dos veces al poner a un inexperto político en la dirigencia del PAN como ya pasó con Germán Martínez.
Saben que César Nava es más de lo mismo que Calderón les recetó con Germán y las pruebas están a la vista, perdieron una buena cantidad de diputados federales y no pudieron ganar en importantes gubernaturas como la de Nuevo León.
Los panistas necesitan a un político de carrera en la dirigencia del PAN y no a un advenedizo salido de las oficinas de la presidencia, como es el caso de César Nava.
La disyintiva es si ¿César Nava será garantía para relanzar al PAN a primera fuerza electoral? o de plano se van hasta la tercera división, abajo del PRD.
Ya veremos…