Un “estáte quieto” les ordenó Rodrigo Medina a sus colaboradores que empezaron a “conspirar” que el gobernador dejaría su cargo, que se iría Javier Treviño a buscar la senaduría y otros “borregos” más.
El gobernador ya dejó en claro quién manda en el Estado y a quien no le guste ¡que se vaya! Fue el mensaje final de la reunión que sostuvo con su gabinete y otros colaboradores de menor rango, pero que también andaban de acelerados.
Lo primero que hará Rodrigo Medina será ordenar el Partido, se habrá de poner de acuerdo con la dirigencia nacional del PRI para la elección del candidato presidencial y después palomear a los candidatos al senado, a diputados federales y a los aspirantes a las principales alcaldías del área metropolitana.
Debe demostrar quién tiene el poder. Monterrey será clave para mantener la mayoría en el Congreso del Estado, sabe que necesita de un candidato que jale muchos votos, por lo pronto ya se apuntaron Felipe Enríquez, Héctor Gutiérrez de la Garza, Marcela Guerra y el popular Pepe Maiz, de los Sultanes, aunque no hay que descartar la decisión del CEN del PRI para favorecer a Cristina Díaz Salazar.
Los consejeros de Medina deben hablarle bien que en estas elecciones intermedias para Nuevo León hay que saber sumar si quiere conservar la mayoría legislativa en el Congreso. Para obtener el respaldo de las centrales obreras como la CTM y la CROC, necesita salir bien librado del tema de la concesión de placas para taxis.
El gobernador debe tomar en cuenta unas sabías palabras que algún día dijo Ismael Flores, el dirigente estatal de la CTM: “somos equipo, no equipaje” y si saben contar, en Gobierno, es el momento de aplicar las sumas en política.
Monterrey no la tiene fácil ni el PRI ni el PAN, pero todo se definirá de acuerdo con el partido que mejor salga librado de las divisiones.
Larrazábal se la está jugando a vencer, pero no a ganar ganar, para poner como candidato a su alfil, Miguel Ángel Domínguez. No le apuesta a sumar y espera que el CEN panista no se meta en la elección para Monterrey, pero no ha contado qué hará en caso que venga una designación que favorezca a otro que no sea su candidato.
En el PRI, las formas son otras y habrá disciplina con premio de consolación para los que no sean el candidato a Monterrey, eso les asegura ir con candidato de unidad y salir menos raspados e ir con mayor seguridad a enfrentar a sus acérrimos rivales del PAN en la capital regia.
No crean que es Puro Cuento, pero el PAN debería poner especial interés en Santa Catarina, porque de ser Héctor Morales el candidato del PRI, seguramente los panistas se lamentarán haber sido advertidos de que perderán esta municipalidad, donde el alcalde, Gabriel Navarro pide a gritos el relevo.