
Para estar al día en cuanto a resultados, noticias, trascendidos y todo lo que rodea al mundo del béisbol, es preciso revisar todos los días las fuentes de información. Para nuestro beneficio, ahora contamos con los medios tradicionales de hace 20 años, pero también con internet y otras redes sociales que hacen que el mundo sea más pequeño.
Una página esencial para mantenernos al tanto de lo que pasa en la Liga Mexicana del Pacífico es purobeisbol.com.mx. Este portal es dirigido por el periodista sinaloense Fernando Ballesteros, quien no solamente se concreta a publicar los resultados, sino que además comenta lo que los periódicos no dicen.
Esta vez voy a tomar una parte de su más reciente editorial porque se atreve a platicar de un tema toral en el béisbol mexicano que todos conocemos, pero pocas veces vemos plasmado en letras.
Acompáñenme:
“Hablando de managers, es lamentable cómo han perdido respeto y en algunos casos hasta su dignidad la mayoría de los timoneles en el béisbol mexicano. (Mario) Mendoza es de los pocos que se salva de la quema y por eso ahora mismo no tiene trabajo.
“El manager mexicano o extranjero que viene a esta pelota, lejos de ser la máxima autoridad de su equipo en el terreno de juego, se ha convertido en un títere del Gerente en turno (deportivo y general), amén de que tienen que tratar con ‘pincitas’ a ciertos peloteros ‘estrellas’ so pena de que los boten a las primeras de cambio.
“La fuerza del manager en México ha minado porque los gerentes les arman las alineaciones, en muchos casos contratan peloteros sin consultárselos y, eso sí, al momento de rendir cuentas les exigen buenos resultados.
“¡Ah! y cuando se presenta una diferencia entre manager y pelotero, los gerentes suelen ponerse del lado del jugador. Ya son muchos casos los que nos ha tocado vivir en el cual el estratega queda como un cero a la izquierda, así como cualquiera de sus coachs.
“El año pasado sucedió en Hermosillo. Vicente Palacios, con una carrera de 8 años en las Grandes Ligas y siendo coach de pitcheo de los Naranjeros de Hermosillo, fue despedido porque un lanzador influyente del equipo tuvo fuertes diferencias con él y le hizo ‘grilla’ hasta que desde arriba dieron la orden de correr al buen Vicente.
“¿Qué si el manager Homar Rojas lo protegió? olvídese de eso. Capaz y al regiomontano también lo hubiesen despedido.
“A Mario Mendoza le pasó algo parecido en enero de 2009, pero fue más penoso porque Dio Murillo tuvo la ocurrencia de despedirlo en plena postemporada ante Los Mochis.
“Resulta que uno de los jugadores ‘estelares’ no acató las señales en los juegos uno y cuatro en jugadas importantes. Mario le reclamó la situación y prácticamente se lo echó de enemigo. Luego, en el quinto encuentro, entró a lanzar desde el bullpen un lanzador que Mario no había autorizado. Le hicieron cuatro carreras y los Águilas quedaron al borde de la eliminación por el ‘run averague’.
“Al día siguiente, Mendoza recibió una llamada del gerente deportivo, Donald Cañedo. ´Estás despedido´, le dijo el directivo, tercero en el organigrama en importancia del Club Águilas (es decir ni Alejandro Lizárraga ni Dio Murillo le dieron la cara).
“Así se las gastan la mayoría de los directivos del beisbol mexicano y hay managers que se dejan humillar porque tienen una enorme necesidad económica.
“No es el caso de Mario Mendoza ni tampoco el de Vicente Romo (actual coach de Cañeros), quienes tienen respetables pensiones de las Grandes Ligas y por eso cuando se requiere reprender a un jugador estelar lo hacen sin el miedo a que vayan a ‘botarlos’.
“Vaya, Romo hasta se da el lujo de elegir donde quiere trabajar”.
Este es parte del editorial de Ballesteros que pone el dedo en la herida y que habla sin tapujos sobre uno de los grandes males del béisbol mexicano.
¿Usted qué opina?