Víctor Fuentes, Alfonso Robledo y Coco Coindreau, entre otros, se reunieron hace unos días con otros 15 panistas para formar un frente que, al parecer, le dará la batalla al alcalde Fernando Larrazabal en eso de ser el mandón del PAN en Nuevo León.
Los que juegan en el equipo de “Larry” le han prendido los focos ámbar y le dicen que ponga más atención porque las aguas comienzan a enturbiarse entre los albiazules.
Al parecer la harta chamba que tiene Larrazabal en Monterrey le ha impedido mantener el control del partido y “los enanos comienzan a crecer”.
Muchos de esos “enanos” se olvidan que fue Larrazabal quien los recomendó para ocupar los puestos que hoy tienen.
Y es que, dicen los que saben, hay quienes quieren inflar a Mauricio Fernández para ponerlo al nivel político de Larrazabal y que a la hora de escoger al próximo “gallo” para candidato a gobernador, se peleen y un tercero en discordia salga beneficiado.
Por lo pronto Mauricio sigue apareciendo en los medios de comunicación con sus retos y declaraciones desparpajadas que “venden” periódico y dan rating a las televisoras.
La última que se aventó el “Príncipe de San Pedro” fue que había que legalizar el uso de la mariguana.
¡Qué puntadas!
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A mediados de febrero, si no es que antes, el gobernador Rodrigo Medina dará a conocer en paquete a una serie de funcionarios que irán a ocupar los cargos más solicitados en el Gobierno de Nuevo León.
En Agua y Drenaje casi es un hecho que será Raymundo Flores Elizondo, diputado local y ex alcalde de Apodaca. Margarita Martínez, ex alcaldesa de Escobedo, podría estar en Desarrollo Social con Juana Aurora Cavazos.
En la red estatal de autopistas César Serna, en lugar de Nora Livas, que se va al Conalep.
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Ranulfo Martínez, ex diputado panista, estrenó cargo como asesor de Alfredo Rodríguez Dávila, diputado federal albiazul. Ambos compartieron el pan y la sal en la legislatura pasada y de esa amistad nace esta alianza.
Ranulfo se distinguió por ser entrón y valiente, incluso a costa de futuras chambas. Le dijo sus verdades a quien se lo merecía y por eso no fue tan popular a la hora de formar los grupos en las nuevas administraciones.
Felicidades, ¡Tigre!
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Cuentan que aunque ya pasó el día de brujas, en el Palacio Municipal de Monterrey se sigue apareciendo por las tardes casi noche, un personaje que dio mucho de que hablar en la administración pasada, cuando era el mero chipocludo, después de haber sido simplemente el chofer de Adalberto Madero.
La presencia vespertina de Guillermo Blanco llama la atención, porque además de que no ha hecho a un lado sus gustos por los vehículos “premium”, como los BMW, Mercedes Benz, Audi, Porsche y uno que otro VW, al seguir dejándose ver en ellos.
Dicen que llega con las mismas ínfulas que en el pasado. Lo que no queda claro es si su presencia en el palacio regio obedece a que está compareciendo en la Contraloría o de plano ya le fueron contratados sus servicios del Rey Midas.
P.D. También vieron a “Maderito” rondando su antigua madriguera.
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Es cuestión de protocolo para que Carlos Garza sea confirmado como director general de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Garza fue el encargado de las relaciones públicas durante el período de José Antonio González, pero ahora que llegó Jesús Ancer las cosas cambiaron favorablemente para él.
Quien se queda en su puesto como jefe de prensa es Daniel Tovar, un joven que ha prosperado durante su estancia en la UANL.
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Eduardo Mendieta, quien fuera jefe de prensa del Congreso del Estado en la pasada legislatura, tiene posibilidades de volver a los medios de comunicación por lo que está estudiando algunas ofertas.
De esto tendrían que tomar nota varios jefes de prensa ya que hay que recordar que cuando el “Tablitas” estuvo en Milenio le dio muchos dolores de cabeza a más de un funcionario con sus reportajes especiales… ¡aguas!
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El diputado panista Alfonso Robledo aprovechó que decenas de periodistas estaban en el décimo piso del Congreso para improvisar una rueda de prensa y hablar sobre el tema del estadio de los Rayados.
El problema es que Robledo no estaba invitado “al partido” y se brincó a otros compañeros, como Arturo Benavides, que sí ha estado machacando al respecto.
A Robledo lo traicionaron sus ansias de novillero.