Cuando alguien decide atacar intereses tan altos y tan poderosos como los de la industria de la alimentación chatarra, que representan ingresos multimillonarios, la respuesta siempre será salvaje.
Y no es de extrañarse, cuando se intenta derrocar a un negocio multimillonario como el de la venta de bebidas ultra azucaradas, “papitas” con altos contenidos de sodio y pastelitos con sabrá Dios cuántas sustancias químicas altamente adictivas, de inmediato se va a poner en marcha una maquinaria mediática encaminada a descalificar y destruir al rival.
Esta lucha no es nueva, desde hace décadas expertos médicos y de la educación nos habían advertido de los peligros del consumo desmedido de productos chatarra y los efectos que tendría en nuestra sociedad.
Tristemente las advertencias fueron ignoradas, los gobiernos cedieron al poder económico de esta industria y ahora estamos viviendo los efectos del abuso y la promoción de estos “alimentos”.
Pero las señales ahí estaban y como en México tenemos la memoria de un mosquito, vale la pena recordar un hermoso proyecto que se lanzó hace 41 años y que se llamó la Enciclopedia Infantil Colibrí.
Como seguramente todos los que no son de mi generación no saben de qué diablos estoy hablando, les explicó que Colibrí fue un proyecto lanzado por la Dirección General de Publicaciones y Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública en colaboración con Salvat Mexicana.
La primera edición de esta enciclopedia infantil, que consta de 10 números, fue lanzada en 1979 y contó con el apoyo de instituciones, educadores, artistas y literatos quienes elaboraron una de las más bellas colecciones de cuentos, historia y enseñanzas que se hayan lanzado en este país.
Pues bien, en la página 105 del Volumen 1 de Colibrí, podemos encontrar una divertida historia llamada “Tu Salud”, escrita por María Margarita La Belle e ilustrada por Perla Broid donde detallan los resultados de los “Primeros Juegos Deportivos del Pueblo Sano”, donde los alimentos saludables derrotan ampliamente a la comida chatarra.
En estas historias los niños podrán encontrar la reseña de cómo “el bolillo noquea en 5 al ganso” gracias a que: “El Ganso Guerra quien subió al cuadrilátero con sólo 40 gramos, no contiene ni la mitad de las proteínas del Bolillo.
“Aunque se mostró un boxeador hábil, el pastelillo careció del vigor necesario porque está elaborado con grasas saturadas y diversos aditivos que en nada benefician a la salud”, cita la reseña.
Incluso, se informa: “el famoso ‘relleno cremoso’ de su héroe no está hecho con leche, sino con aceite de coco hidrogenado. Y su cubierta ‘de chocolate’ en realidad está compuesta por un mínimo de cocoa para darle color a chocolate. Y además que su sabor se obtiene con ingredientes químicos sintéticos”.
Unas páginas más adelante se puede leer cómo el agua de limón se convirtió en el monarca del maratón de las bebidas, derrotando a “refrescos embotellados, bebidas preparadas y aguas frescas”.
Al explicar la derrota de los refrescos, la reseña explica que “no son más que combinaciones de agua, azúcar y aditivos artificiales. Además, sus acidulantes y el gas que contienen irritan el estómago y fomentan trastornos gastrointestinales.
“La Copa Cola manifestó que poco después de haber cubierto la mitad del recorrido, se dio cuenta que no tenía posibilidad de ganar. Pero su prestigio internacional y su tremenda ambición la motivaron para llegar a la meta a pesar de los fuertes problemas que propicia en el organismo. Al igual que cualquier refresco de cola, produce nerviosismo e irritabilidad. Y como cualquier refresco de sabor, produce caries.
“Las bebidas preparadas con una variedad de polvos y jarabes misteriosos, si acaso quitan la sed, al hacerlo no ofrecen ningún otro beneficio al cuerpo”.
41 años después, la Enciclopedia Infantil Colibrí y sus enseñanzas se convirtieron en un recuerdo en los libreros de algunas familias mexicanas, quienes sucumbieron al poder de la publicidad y las laxas políticas públicas generadas por el embrujo de los dólares de la industria de la comida chatarra, quienes hoy, por fin, ven con terror cómo una parte de la sociedad ha decidido enfrentarlos.