
Un clásico más, un clásico de liga, un clásico que despierta una pasión regional en una metrópoli que respira fútbol. El partido, más allá del resultado, el cuál ya no es como antaño que incidía en el ánimo del perdedor/ganador para buscar la liguilla o campeonato, ahora es más un partido por el honor, por ver quien aguanta la carrilla de las siguientes semanas.
La trascendencia de este partido va más allá de los 3 puntos, a nivel nacional ambos clubes se han esforzado por entrar a la conversación sobre los clubes que aparecen en los resúmenes deportivos, los programas de análisis y discusión, pero sobre todo por generar impacto cuando juegan, por lo que el partido de hoy no es para la ciudad, es para las demás plazas.
Cada que se intenta posicionar a los clubes regiomontanos como mandones en la liga, llega un clásico y tumba las expectativas de espectáculo en el rectángulo verde, todo por el miedo de perder, por el miedo de ser el segundo de la ciudad unas semanas, por lo que el clásico de hoy, con lo jugadores que estarán en la cancha, debería ser un clásico para jugar sin miedo, como dicen coloquialmente…sin miedo al éxito.
El clásico nacional acaparó portadas, análisis, horas de pantalla por que ambos conjuntos salieron sin miedo; si bien el resultado denotó una superioridad de un conjunto, ambos equipos agradaron con el intento de espectáculo brindado, salieron sin temor al gol en contra demostrando que estos juegos son para el deleite de la grada, para brindar un espectáculo que no se puede ver más que una vez por semestre.
Desde los tiempos de Miguel Herrera no se ha presentado un Rayados atrevido, Vucetich inspiraba miedo y respeto hacia el rival y ahora Fernando Ortiz es lo más parecido a el “Piojo” en cuanto a estilo de los últimos técnicos.
El mensaje que se mande en la cancha permeará hacia la tribuna, sobre todo en la hinchada albiazul cuya dirigencia y cuerpo técnico están intentado implantar una mentalidad ganadora, dejando un sabor agradable en el gusto de la afición actual en México, USA y de las nuevas generaciones que todavía no eligen a quien apoyar en el fútbol.
Tigres tiene una posición más cómoda como campeón y al haber eliminado en su casa al Monterrey en las semifinales pasadas, por lo que no espero que sean los que busquen alocadamente el gol todo el partido, por lo que será Ortiz como técnico de estirpe ofensivo quién mandará el mensaje desde el minuto 1, si van solo por el resultado o justificará su contratación al atacar al acérrimo rival en su casa y con su gente.
La trascendencia del resultado estará sujeta a como se logre y al nivel de espectáculo brindado en la cancha del Volcán; ya sea Tigres refrendando el campeonato o Rayados mandando un mensaje de la nueva “mentalidad” de juego, esperemos un partido que se quede en nuestra memoria más allá del resultado.
¡Saludos desde el Sillón!