Se viene una edición más del Clásico Regiomontano, para ser exactos la número 87, la cual lejos de esperarla con expectación por todo lo que se juega, la realidad es que de acuerdo a los últimos resultados de Tigres y Rayados se preve un derby regio más que devaluado.
Y es que tanto felinos como albiazules vienen arrastrando “la cobija” en las últimas jornadas. De hecho en el mes de septiembre ninguno pudo festejar un triunfo y, para colmo de males, ambos se han convertido en un cheque al portador en sus propias casas.
El equipo de Manuel Lapuente no gana desde el 31 de agosto, cuando en la jornada 7 fue al Estadio Azteca y venció 3-1 al América, para colocarse como sublíder general en ese entonces.
Sin embargo, ya han ligado cuatro partidos sin ganar, de los cuales tres han sido derrota y apenas un empate. Al momento de escribir esta columna, y antes de enfrentar a los Tecos del “Piojo” Herrera, los auriazules venían en franco declive.
La mayor preocupación para el estratega de la boina es que su equipo no genera opciones de gol suficientes para aspirar a ganar, por ahí basa sus aspiraciones en los balones parados o en aprovechar los errores del rival, pues no ha encontrado en la cancha al jugador que tome la batuta.
Lucas Lobos parecía ser ese jugador desequilibrante, pero poco a poco se ha ido apagando. El panameño Blas Pérez falla de una forma impresionante frente al arco rival, además de su irresponsable expulsión ante Ciudad Juárez. Mientras que Francisco Fonseca no es más que muchas ganas y sacrificio.
La mejor arma de los Tigres sigue siendo su aparato defensivo. Ahí donde el paraguayo Pedro Benítez y el regio Hugo Sánchez se han acoplado muy bien para liderar la zaga, además de que Oscar “Conejo” Pérez ha mostrado que todavía le quedan reflejos y mucha personalidad bajo el arco.
El caso de los Rayados luce más complicado y alarmante. Ricardo Lavolpe se ha encargado de echar a perder el buen arranque de torneo con sus desafortunadas declaraciones, el mal trato a sus propios jugadores y su mala relación con la prensa.
Además el “Bigotón” se ha vuelto loco al declarar contra su misma directiva, dejando ver que si los malos resultados han llegado es más por la falta de refuerzos de calidad, por no haber “abierto la chequera”, que por su falta de calidad en el banquillo.
Lavolpe viene de dos fracasos consecutivos en Argentina, con Boca Juniors y Vélez Sarsfield, donde no pudo sostener con resultados todo lo que habló y terminó por irse.
Si Tigres se ha visto mal desde finales de agosto, el Monterrey lo ha hecho peor. Los albiazules no ganan desde el 27 de agosto, cuando vencieron al Necaxa como visitantes por la mínima diferencia. Desde entonces, y antes de visitar al Atlas, han ligado ya cinco fechas sin ganar, de las cuales las últimas tres han sido derrotas.
Lavolpe tiene serios problemas con jugadores como Gonzalo Choy, Mauro Cejas, ambos refuerzos para este torneo a los que se ha encargado de humillar cada que puede en los entrenamientos, pero también se ha venido deteriorando su relación con un referente del equipo, un histórico y un emblema para la afición: Jesús Arellano.
Dicen los que están cerca del equipo que el “Cabrito” ya no aguanta las formas de entrenar de Lavolpe, su manera de dirigirse a los jugadores y las constantes agresiones verbales de las que son objeto, lo cual ya se lo externó en una ocasión y eso fue suficiente para que saliera de la alineación titular, pues al argentino no le gusta que le lleven la contraria en sus decisiones.
A pocos días del Clásico 87 la moneda está en el aire, no hay un claro favorito, pues más que pensar en que ambos llegan con igualdad de circunstancias y que tienen paridad de fuerzas, la verdad es que es muy complicado apostar a cuál de los dos es más malo.
[email protected]