Apenas llevamos poco más de tres meses del regreso del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de México y pareciera que tiene urgencia en recuperar los espacios políticos y sociales dejados durante 12 años.
Y con un nuevo esquema en política comunicacional que privilegia los logros federales en los temas y metas sociales y políticas al minimizar la aún latente crisis de seguridad pública, el Presidente Enrique Peña Nieto busca pasar a la historia no sólo como un mero administrador; sino como un transformador de México.
Aún en la fiesta de inicio de Gobierno; un periodo que durará casi 2 mil 200 días, pareciera que en escasos 100 días suena prematuro lanzar las campanas al vuelo, ya que la historia siempre confirma lo inevitable…
Al igual que la vida misma; un Gobierno inicia su fin paradójicamente al iniciarlo.
Vaya… ¿por qué no asumir un triunfo real político y en la percepción ciudadana? Y vaya que tienen motivos para festejarlo:
Tienen sentados en la misma mesa llamada Pacto por México a los representantes de los partidos políticos más importantes, a los representantes de los grupos empresariales, grupos académicos y demás actores principales nacionales.
La economía nacional pasa por un buen momento, y todo indica que los niveles de crecimiento sostenido seguirán rondando el cuatro por ciento, con una inflación contenida y una inversión extranjera en ascenso.
Además, los partidos políticos que conforman el Congreso de la Unión dan señales de privilegiar los consensos sobre los disensos al discutir y aprobar los temas estructurales nacionales.
Todo esto debido a que, con el 38 por ciento de la votación obtenida, el PRI no logró conseguir la mayoría absoluta en el Congreso, por lo que nadie duda que el Pacto sea la herramienta política implementada para enfrentar estas circunstancias.
Y por si fuera poco tienen en la figura del dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, a un secretario de Gobernación y vocero “Peñista honorífico”, más que a un líder opositor real como acontecía tradicionalmente, aun y cuando el Presidente de la República fuera del mismo partido.
Si no recuerden el paso al frente del PAN de Germán Martínez.
Todo hace suponer que los golpes “político-mediáticos” dados en los primeros 100 días bastaran para que todos los mexicanos reconozcan a un nuevo gobierno, urgido de resultados tangibles más que en la legitimación social.
¡Antes de iniciar la verdadera Transformación de México!
Salvo algunos desaciertos en la forma de presentar su declaración patrimonial; los aciertos del Equipo Presidencial por orden de relevancia han sido:
El Pacto por México sin duda fue el primer gol del equipo peñista, seguido por la detención y encarcelamiento de la otrora “enemiga pública número Uno de México” Elba Esther Gordillo, para seguir marcando a favor con la aprobación de la Reforma Educativa, con un mínimo de oposición magisterial real.
Luego siguió la puesta en marcha del Programa Nacional para Prevenir Delitos para continuar con la Cruzada Nacional contra el Hambre, aclarando que no tiene nada que ver con las elecciones locales en unos meses, ¡a otro perro con ese hueso!
La Ley de Víctimas en un tema tan sensible por la muerte de miles de mexicanos inocentes junto a la figura del activista, Javier Sicilia, más el hecho de percibir al Presidente de la República cercano a la gente durante la respuesta inmediata en la explosión del edificio de Pemex, son otros de los goles anotados.
El mandar al cesto de la basura histórica el tema de la “sana distancia” puesta de moda por el ex Presidente Ernesto Zedillo, para regresar a una “conveniente cercanía”, al ser cobijado y “apapachado” por su partido y recibir un “cheque en blanco” para su Gobierno, definitivamente que es otro acierto al confirmar la capacidad de negociación política con los “de casa” y con los “de enfrente”.
Hasta el momento el Presidente Peña ha recorrido la mitad de México y solamente le han bastado 2 mil 400 horas para poner un estilo propio de un gobierno ejecutivo, más que el de un gobierno populista y demagogo.
Ha demostrado ser eficaz… falta demostrar que también es eficiente; ha demostrado ser inteligente… falta demostrar que también es astuto; ha demostrado ser dirigente… falta demostrar que también es un líder.
Pareciera que el equipo presidencial prefiere enfrentar los poderes fácticos antes de poner en riesgo el crédito social logrado hasta el momento y mucho menos la cohesión del Pacto por México, al buscar la estabilidad y el orden como base en la gobernabilidad durante su sexenio.
Hasta el momento el semáforo luce en verde; pero la historia nos confirma que en la política los amigos son falsos y los enemigos son verdaderos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, el próximo 7 de julio el PRI de Peña Nieto pasará por su primera aduana en las elecciones estatales a realizarse en 14 estados, en muchos de ellos en los que hace apenas unos meses ese mismo partido perdió la elección presidencial.
Si a nivel estatal el PRI le da la voltereta, mantiene o recupera las principales ciudades en los 14 estados; más la Gubernatura de Baja California Norte…
Nadie tendrá duda:
¡EL PRI DE PEÑA NIETO ESTÁ DE REGRESO!
Muchas gracias.
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