El aniversario luctuoso del Primero de Mayo tiene un profundo significado ideológico e histórico para la sociedad, trabajadores, patrones y gobernantes.
Para los trabajadores, porque fue el momento en que se reconocieron derechos universales del hombre como el trabajo, la vivienda, la salud y la educación, entre otras cosas, mientras que para los patrones, se estableció la garantía del respeto a establecer contratos que avalan un trabajo serio, responsable, profesional, además del crecimiento de la empresa y la paz laboral.
Es en 1906 cuando se inicia en Puebla y Tlaxcala la lucha por los derechos laborales; meses después se desataría la represión en Cananea, Sonora y Río Blanco, Veracruz, cuando el gobierno porfirista aplastó las manifestaciones de protesta de los trabajadores.
Fueron esas demandas de los trabajadores de Cananea: La destitución del mayordomo Luis Nivel; un mínimo de sueldo del obrero de 5 pesos por 8 horas de trabajo; que hubiese hombres de nobles sentimientos al cuidado de las jaulas; que todo mexicano tendrá derecho a ascenso; que existieran los partidos; se lanzó el Plan de San Luis; se pronunciaron por la lucha armada; pedían el fin del Porfiriato; se pronunciaron por el gobierno de Madero y que en todos los trabajos de la mina se ocupara el 75 por ciento de mexicanos.
Este Primero de Mayo de 2013 las condiciones son diferentes. En Nuevo León, la CTM encabezada por Ismael Flores Cantú hizo un pronunciamiento.
Primero, reconociendo avances en las reformas a la Ley Federal del Trabajo y, segundo, la insuficiencia de esos cambios legislativos porque no se tomaron en cuenta muchas demandas de los trabajadores.
Se puso de manifiesto que la lucha por el bienestar de los trabajadores continúa, porque las condiciones sociales siguen pesando sobre el lomo de ellos.
¿Qué tanto ayudan las reformas al 123 Constitucional a los trabajadores? Tal vez ayuden en los casos en que las outsourcing han hecho de las suyas: no hay antigüedad, no hay vacaciones, no hay aguinaldos ni prestación.
Esas son parte de las demandas que la CTM pretende en su lucha, porque muchas de las prestaciones de las que hoy gozan los trabajadores en los contratos colectivos pasen a formar parte de la ley laboral.
Ismael Flores y hasta el propio gobernador, Rodrigo Medina, creen que con la inversión que llegará a Nuevo León se puedan generar muchos empleos, los suficientes para bajar la tasa de desocupados que nos dejaron los años de mala administración gubernamental federal.
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