
A 13 meses de las elecciones en Nuevo León, nombres van y nombres vienen de políticos que podrían contender para las diferentes posiciones que estarán en disputa el primer domingo de junio de 2015, sobre todo al gobierno y a las alcaldías metropolitanas de los dos principales partidos: PRI y PAN.
Si las contiendas internas para la elección de candidatos, o bien por ungimiento de unidad fueran en mayo, seguramente por el gobernante Partido Revolucionario Institucional estarían en la vitrina, para la sucesión de Rodrigo Medina de la Cruz, los siguientes nombres:
Las inamovibles tres senadoras: Cristina Díaz, Ivonne Álvarez y Marcela Guerra; el secretario federal de Economía patrocinado por el presidente de la República, Ildefonso Guajardo, y el procurador estatal de Justicia, Adrian de la Garza, promovido las últimas semanas por el gobernador.
En zona de sol irían el ex alcalde de García que se iría por la libre, Jaime “El Bronco” Rodríguez, y el alcalde de Apodaca, Raymundo Flores.
Aunque parezca muy muy muy remoto que el PRI tome en cuenta a Flores, que como premio de consolación tendría una diputación federal o local, no se puede dejar a un lado que también César Garza y César Cavazos, de Guadalupe y Escobedo, respectivamente, tienen aspiraciones. Y como mejor argumento es haber ganado sus respectivas elecciones en 2012.
Que el Comité Ejecutivo Nacional tricolor considere a un munícipe para contender para la silla grande de Nuevo León es 99.9 por ciento improbable, no está alejado de la realidad que Flores, Cavazos y Garza lleguen a ocupar una curul en la próxima Legislatura del Congreso de la Unión, aunque el alcalde de Guadalupe dijo hace poco que terminaría su gestión. ¿Será cierto?
Cualquiera de los tres, en caso de mantenerse en el puesto los tres años y no ser seducido por el “chapulieno”, tendría el camino alfombrado para ocupar un cargo estatal de primer nivel si su partido llega a ganar las elecciones a gobernador. Pero esa es otra historia cuya primera página está todavía lejos de escribirse.
A poco más de un año de las elecciones, en Acción Nacional poco ha cambiado el panorama: los dos con mayores posibilidades siguen siendo la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, y Mauricio Fernández, el siempre polémico ex alcalde de San Pedro.
Si bien Arellanes no ha tenido el desgaste que tuvieron sus antecesores Fernando Larrazábal y Adalberto Madero, al grado tal que terminaron casi odiados por los misma membresía panistas, los peores meses estarían por venir cuando el PRI trate de desinflarla al acercarse la fecha para que el PAN elija al candidato o candidata al gobierno.
En las últimas semanas se vio más ríspida la relación y el distanciamiento entre Arellanes y Medina de la Cruz; primero el ejecutivo estatal no requirió la presencia de ella en el acto de inauguración de la obra peatonal que conecta la Plaza Zaragoza y la colonia Independencia, y en respuesta el municipio de Monterrey canceló los anuncios sobre obras estatales en avenida Constitución.
Estos desencuentros son solamente una probadita de la madre de todas las batallas que pondrán arriba del cuadrilátero a panistas y priistas antes, durante y posterior a las elecciones, porque ahora más que en 2003 y 2009 -y como pasó en 1997-, el PAN se siente con reales posibilidades de volver a ganar los comicios para gobernador.
Y no solamente eso: de tener la mayoría absoluta en el Congreso local, no como en esta Legislatura donde la mazorca se fue desgranando.
Como comparsa, buscando caer en blandito, por los albiazules también buscarían llegar al Palacio de Cantera Felipe de Jesús Cantú y Fernando Margáin Berlanga. Nadie más invitado a la fiesta.
Si en las cartas de los gitanos está que Arellanes no será la elegida, entonces quedaría como única opción el ex alcalde sampetrino, quien es muy vulnerable cuando sale a competir fuera de su cómodo municipio.
Basta recordar que en 2003 Natividad González Parás hizo polvo a Mauricio Fernández, quien como en los toros: quedó para el arrastre.
Bueno, ahora vamos por municipio y los que suenan a la fecha. Por el PAN en Monterrey Martín López, Arturo Salinas, Enrique Barrios y Alfredo Rodríguez, mientras la lista del PRI está más larga: Pedro Pablo Treviño, Héctor Gutiérrez de la Garza, Aldo Fasci, Juana Aurora Cavazos, Federico Vargas y Jorge Domene Zambrano.
Por Guadalupe los tricolores son: María de Jesús Aguirre, Francisco Cienfuegos, Héctor García García, Tomás Montoya Díaz y Daniel Torres Cantú. Y en la trinchera blanquiazul están Judith Díaz, Alfonso Robledo, Luis Ángel Benavides, Arturo Benavides, Francisco Bustillos y Pedro Garza.
En San Nicolás, el diputado federal del PAN Víctor Fuentes será el siguiente candidato y casi casi seguro alcalde, al menos que suceda una verdadera catástrofe electoral.
Por el PRI, quien se ganará la rifa es José Antonio González Treviño, ex rector de la UANL, ex secretario de Educación y efímero ex secretario de Desarrollo Económico de la presente administración de Medina de la Cruz.
Si González Treviño quiere volver a sacar la cabeza y la Máxima Casa de Estudios tiene deseos de entrar de nuevo a la cancha electoral a jugar, entonces “El Tigre” es la opción más viable.
Pero si no, están otros en la lista de espera -aunque preferirían otro camino menos cuesta arriba- como Eduardo Bailey, Héctor de la Garza, Carlos Cabello y Eliézer Garza.
En Apodaca el PAN tiene a Braulio Martínez y Sandra Ramones para encabezar una derrota casi anunciada.
Entre los que se frotan las manos están Óscar Cantú, Manuel Cavazos, Gloria Treviño y Rodrigo García. Y por si se ofrece, un quinto en discordia sería Benito Caballero, actual diputado federal, quien se pregunta: ¿si Raymundo Flores ha sido tres veces alcalde, por qué yo no dos veces?
En Escobedo, un territorio priista desde siempre, el candidato a la alcaldía por el PRI saldría entre Clara Luz Flores, su esposo Abel Guerra, Juan Antonio Quiroga y Óscar Alejandro Flores, diputado local e hijo del dirigente estatal de la CTM, Ismael “El Mayelo” Flores.
Como comparsa, los albiazules que entrarían a la jugada son Brenda Velázquez, Adalberto Núñez y Adalberto Madero, estos últimos que gobernaron San Nicolás y Monterrey, respectivamente.
El caso de Santa Catarina se parece mucho a San Nicolás, donde la carta marcada por el alcalde Víctor Pérez es el contralor municipal Héctor Castillo, pero tendría que superar una aduana bastante porosa: al legislador federal Homero Niño de Rivera.
En el equipo contrincante, de colores patrios están Irma Adriana Garza, que en 2012 perdió contra Víctor Pérez, así como Tomás Candia, Héctor Morales, Sonia González y Blanca Nelly Sandoval.
Niño de Rivera tiene más su corazón puesto en ser alcalde de San Pedro, donde se toparía con Mauricio Fernández si quisiera repetir. Y otros dos albiazules en la lista son mujeres: Rebeca Clouthier y Alejandra Sada.
En este municipio pintado de azul y blanco desde hace casi 30 años, pocos militantes del PRI quieren entrar a otra rifa de tigre, pero tampoco rechazarían una invitación: ellos son Benjamín Clariond, Eloy Cantú Segovia y Alejandra Rangel.
La ley electoral de Nuevo León exige a los candidatos, como mínimo, un año de residencia en el municipio que busquen contender, así que algunos arriba mencionados podrían aparecer en otra lista conforme avancen los meses.
Para algunos ex panistas y miembros de la sociedad civil sin partido, Movimiento Ciudadano será una opción en las elecciones de 2015, en este segundo aire del águila anaranjada.