Esta colaboración se escribe horas antes de que Tigres se enfrente al Puebla en esa bizarra eliminatoria llamada repechaje.
Decidí hacerlo así porque antes de que el equipo se cubra por la sábana del resultado creo que hay que reflexionar con distancia del que, para mí, es el mayor fracaso en los universitarios: su directiva.
Despojado de filias o fobias con esta y la anterior directiva de Tigres, los números son fríos y dan cuenta de que la transformación del proyecto en Sinergia Deportiva y CEMEX no ha funcionado. De ganar mucho, a quedarse con nada.
Cuando se tomó la decisión de transformar el proyecto con una nueva directiva y un nuevo entrenador, Sinergia deportiva perdió de vista lo que ya había avanzado con la contratación de André-Pierre Gignac. La apuesta de buscar fuera de Latinoamérica, apoyados con una cartera repleta, le dio a Tigres y a la liga mexicana una leyenda.
Sí, hubo otros intentos europeos que fracasaron: Andy Delort, Timothée Kolodziejczak y Florian Thauvin, pero sería incorrecto medirlos a todos con la misma vara por la sencilla razón de que jugar en los climas, altitudes y canchas de México nunca será lo mismo que jugar en Europa. Desde afuera, creo que Delort se quedó chiquito junto a Gignac, a Kolodziejczak no se le dio la oportunidad, y a Florian no le dio el cuerpo.
Sinergia perdió lo avanzado en la consolidación de Tigres cuando reciclaron directivos, quienes reciclaron técnicos y reciclaron jugadores que hasta ahora no han dado el ancho en el proyecto felino. La cereza en el pastel fue la picada de ojos que les dio la Femexfut y el grupo Orlegui con Diego Cocca. Del estadio nuevo, mejor ni hablar.
Mientras tanto, Chivas si se decidió por romper con lo tradicional y se fueron a España para traerse a Fernando Hierro como director deportivo y a Veljko Paunovich como entrenador. Hasta ahora, la apuesta les ha dado resultado, con la limitante de que solo juegan con mexicanos, y que su presupuesto es más bajo que el de los felinos. Aún y quedando fuera en la liguilla, creo que el plan de Guadalajara no termina en esta temporada.
Hay muchas versiones de que la base veterana del equipo se ha adueñado del vestidor y se niegan a ceder el poder en su capricho de seguir jugado -y haciendo dinero por bonos que posiblemente habrá por desempeño-.
En el mundo del futbol todo es posible, pero también para eso habría que voltear hacia arriba y preguntarle a Sinergia quien tiene (o tienen) la última palabra de cómo se maneja el equipo de Tigres. Así como existe el llamado “perfil Tigre” también debería de hablarse del “valor felino”, que es: coraje para entrenar, inteligencia para jugar, y humildad para colaborar, sea dentro o sea fuera de la cancha.
El progreso, la evolución y la excelencia fundados en el trabajo duro y con visión de futuro son valores de la cultura regiomontana, y por diez años fueron bien implementados en las ligas donde participaron los Tigres. Bien harían CEMEX y Sinergia en volver a ellos.