
En política hay frases demoledoras que se quedan para la historia y una de ellas la acuñó en 2006 Felipe Calderón, siendo candidato panista a la Presidencia, cuando acusó, sin pruebas, al Peje de ser “un peligro para México”.
Cinco años después, Calderón es víctima de una frase “incómoda” y demoledora creada por el diputado pejista, Gerardo Fernández Noroña: ¿dejarías que un borracho conduzca tu auto? ¿Verdad que no? ¿Entonces por qué lo dejas que conduzca el país?
La lona, con la fotografía de Calderón en medio de unas copas, desplegada en la Cámara de Diputados, no tendría mayor trascendencia si la Presidencia no hubiese tomado represalias contra la ex conductora de noticias de MVS, Carmen Aristegui, quien sólo pidió le dieran información respecto al cuestionamiento del diputado Federal, Fernández Noroña.
La presunta reacción de la Presidencia a la pregunta de Aristegui ha provocado tal tsunami político que los mercadólogos de Calderón salieron a hacer un desmentido que nadie creyó y que, por el contrario, el malestar y las mofas contra el Presidente van en ascenso.
Las primeras encuestas solicitadas por Presidencia respecto al caso, no de la provocadora lona de Fernández Noroña, sino sobre el despido de Carmen Aristegui, supuestamente ordenado por Los Pinos, ponen a Calderón de cabeza y contra la pared.
En todas las encuestas y opiniones Calderón sale perdiendo. Como diría el propio Calderón, “haiga sido como haiga sido”, la incómoda frase de Fernández Noroña ha sido demoledora para la Presidencia.
Hay quienes defienden el respeto a la llamada investidura presidencial argumentando juego sucio, pero en el fondo Carmen Aristegui tiene razón, los mexicanos queremos saber cuál es el estado de salud del Presidente.
Los mexicanos tenemos derecho a saber si realmente Felipe Calderón tiene o no problemas con su manera de beber, porque las decisiones que puede estar tomando podrían afectar la estabilidad social y la economía misma.
Ya no es simplemente un cuestionamiento de una periodista y no la simple defensa de la libertad de expresión para preguntar, se tata de un reclamo de millones de mexicanos que se están manifestando en las redes sociales como twitter y facebook.
Es como si no quisiéramos ver que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en su vida privada se divierte con bellas chicas y algunas menores de edad.
Efectivamente es su vida privada, pero su comportamiento es el reprobable, razón por la cual los italianos exigen castigo a sus actos indebidos y posiblemente inmorales.
Si Calderón tomó la decisión, me supongo que molesto, de pedir la cabeza de Carmen Aristegui o aceptó la sugerencia de alguno de sus colaboradores para deshacerse de la periodista, existe un indicativo que sus disposiciones o medidas las está tomando acaloradamente.
El torbellino en que se metió la Presidencia podría provocarle una verdadera crisis social a Calderón en un año electoralmente difícil, porque tendrá que decidir con quién se jugará la Presidencia de la República en el 2012.
Eso no es mero cuento, pero los más perjudicados serían el PAN y sus candidatos a los distintos puestos de elección popular. Calderón no tiene unidad en su partido y eso lo saben sus adversarios dentro de su instituto, mismos que querrán aprovechar la ocasión para llevar agua a su molino y dejar que el Presidente se siga hundiendo en los niveles de popularidad, al fin que ya casi estamos en el quinto año de gobierno. v