Estaba un día El Apuntador de ocioso, con el control remoto en la mano, cuando se detuvo para sintonizar el Canal 12 de Multimedios y ver que don Roberto Hernández Junior sigue dando lata a pesar de cargar un montón de años a cuestas, además de tener una amplia experiencia en el ámbito televisivo del futbol.
Aunque el veterano cronista no es santo de la devoción de todos los apasionados a este deporte, en especial de los seguidores de los Rayados del Monterrey, ahora que su empresa es copropietaria del club de béisbol Sultanes, pues tiene que llevar agua a ese molino donde cobra su sueldo.
Por esa razón, hay días en que su programa Fútbol al Día, que se trasmite de lunes a sábado desde hace unas cuantas décadas -criticado porque ensalza a los Tigres aunque pasen por épocas que dan lástima, como en pasados torneos-, está enteramente dedicado a la causa de los Sultanes.
Y pese a que el equipo tiene todo el apoyo mediático de Multimedios para llenar el parque, resulta que ha tenido entradas apenas superiores a las de un partido de la Liga San Nicolás. Algunos aficionados defensores dan la excusa de que se atravesó la Semana Santa.
Entre ellos, Carlos Ávila, quien escribió en un muro de Facebook: “Históricamente en la Liga Mexicana de Béisbol, que por cierto el soccer le robó el nombre de Liga Mexicana, no esperen ver llenos porque se juega a diario. Entonces de dónde sacan que hay malas entradas”.
“De hecho siempre ha habido buenas entradas en la Semana Santa, y ésta no es la excepción. Ahorita sábado estoy viendo Sultanes vs. León por Sky y se ve buena asistencia, más de 15 mil es buena asistencia. Eso considerando que todos los medios sólo hablan de soccer, empezando por el poco ético periódico El Norte, que debería ser verdaderamente plural como presume, ya que al menos en deportes no lo es”.
Judith Medrano, exreportera de Multimedios quien actualmente labora en MVS radio, también salió a la defensa: “Yo fui a la inauguración y vi mucha gente. Puede ser que la gente ande de vacaciones o se haya decidido ‘guardar’ por ser días Santos”.
Por su parte, el empresario Andrés Bichara, de Núcleo Radio Monterrey (NRM) se fue al ombligo del asunto: “Subieron precios de esquilmos. Los juegos siempre han sido lentos y las asistencias bajas. Ellos (los Sultanes) pensaron que porque Multimedios los agarraba la gente iba a empezar a ir otra vez, pero el beis esta muerto en México. Falta mucha capacidad”.
“Súmale que subiendo precios les iba a pegar, pues doble error. La gente o gasta menos, o mete su comida. Primer síntoma de la idiotez…. subir precios a los mismos consumidores… pensaron q eran los Tigres”.
Hubo un día que en su programa “Don Robert” hasta regañó al cronista titular porque nunca dijo que el compañero de transmisión era hijo de Héctor Espino (QEPD), el histórico pelotero que vistió el uniforme del equipo de casa, entre otros uniformes de la Liga Mexicana, y tuvo el récord de más cuadrangulares conectados.
“Hay que ser humildes. No ser ególatras”, dijo el veterano comentarista del Canal 12 al referirse a que el cronista del partido de los Sultanes se quiso comer solo el pastel en la transmisión del partido, sin darle crédito a nadie en cabina.
Por cierto, para seguir con Multimedios, pues resulta que el director de Deportes y copresidente de los Sultanes, Willy González, cuando narra el fútbol tiene un estilo muy parecido a vendedor de colchas y vasijas de ferias de pueblo.
“Gignac avanza, pasa a Aquino, éste quiere desbordar y la jugada no prospera”. Bueno, para ser más ilustrativo, a esta narración de un encuentro de Tigres imagínesela de la siguiente manera: “Le pongo una cobija. Qué digo una, dos, y le regalo una almohada. No, no una, sino dos y tres. Llévesela”.
Seguramente ese estilo tan de vendedor de edredones y almohadas ha impedido a González emigrar a las grandes ligas de la televisión nacional e internacional, como otros reporteros y conductores deportivos de su propia empresa, de Televisa Monterrey y TV Azteca, que fueron contratados por ESPN y Fox Sports.
Uno de ellos Omar Zerón, quien de empezar en la empresa de mi compadre Guillermo Salinas Pliego, allá en la Colonia México, es uno de los comentaristas de futbol con mayor proyección y viaja con la Selección Mexicana a partidos de carácter internacional, entre otros eventos deportivos.
González, desde que fue “adoptado” por Hernández Junior, con quien posteriormente se distanció, seguramente se siente muy a gusto en su zona de confort como director de Deportes de Multimedios, y deslumbrado solamente alcanzó a ver el huizache y nunca el gran bosque.
Esa es la diferencia entre los chicos, los medianos y los grandes en cualquier profesión. Los arrojados, los que trascienden, los que dejan huella. Porque de uno más del montón está lleno el Reino del Señor.
Cambiando drásticamente de tema, durante Semana Santa anduvo muy activo en las fuentes de la iglesia católica el exreportero de espectáculos de TV Azteca Monterrey, José Armando González.
El egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL, fanático de María Julia “La Comadre” Lafuente en su época de estudiante, está dejando en claro que su paso por el programa Plan B con Sadrach Santos es cosa del pasado, pero que le ayudó bastante en su crecimiento profesional.
Durante los ritos de Semana Santa no solamente hizo enlaces y fue apapachado por sus admiradores, como pasó en Viernes Santo en la Catedral de Monterrey, sino que su muro de Facebook lo convirtió en una galería al presumir fotos con los jerarcas católicos que entrevistó, entre ellos con el obispo.
“No hay que confundir la gimnasia con la magnesia”, envía este mensaje El Apuntador a Pepe Armando, porque las fuentes que cubre ya no son la Arena Monterrey, el Pabellón M, el Auditorio Banamex, menos el Teatro Nena Delgado para andar haciendo esos desfiguros de posar con las estrellas.
Quien anda por los mismos pasos es Sandra González, reportera de Multimedios, porque parece cumplir al pie de la letra las órdenes de su jefe Víctor Martínez, de tener en la lupa al municipio de Apodaca.
Eso no estaría mal, pues pudiera estar cubriendo una fuente informativa, el asunto es que González -por cierto muy amiga de Zulema Coronado, segunda de Edgar Martínez en Comunicación Social de Apodaca-, exagera sus notas como una vez que una persona fue atropellada en un bulevar.
Resulta que ese incidente fue en una zona deshabitada, donde sólo hay industrias y maquiladoras, y las personas que entrevistó que demandaban luminarias y agentes de Tránsito al alcalde Oscar Cantú, no viven tan siquiera a 20 kilómetros a la redonda.
Por cierto y va una duda: ¿siendo muy amiga de Coronado, según lo que se vé en Facebook, a poco a González se le olvidó muy pronto el presente navideño que recibió de parte del edil Cantú?
CONCIENCIA TARDIA
Previo a las vacaciones de Semana Santa pareciera que la conciencia, la ética o los escrúpulos, hicieron efecto en uno de los conductores de noticieros de Monterrey, tanto que por unos días o -cuando menos-, una noche, decidió saltarse las trancas y no respetar la pauta del espacio del cual es titular.
Este despertar de conciencia le duró al menos una noche, pues como se pudo apreciar a los días siguientes, su postura no causó efecto alguno en sus jefes, productores, reporteros y camarógrafos, mucho menos en sus colegas responsables de los otros espacios informativos, y ni por asomo a los de las otras dos televisoras privadas.
Cuando menos, por unas horas el arquitecto Héctor “El Güero” Benavides mostró entereza y valor profesional, y como él mismo lo dijo: respeto a los televidentes y con ello, a personas ligadas a las noticias que presenta el Telediario, al negarse a pasar el caso de un joven asesinado ese día, información que se complementaría con otros incidentes violentos ocurridos en las últimas horas en la ciudad.
El decano de los conductores de Multimedios reprendió así, con su postura en plena transmisión y con sus argumentos, la vocación y pasión del Telediario y de su empresa por presentar noticias sobre homicidios, ejecuciones, atropellados, asaltados, golpeados y demás que mañana a mañana, de tarde en tarde y de cada noche de lunes a domingo, forman el segmento fuerte de Multimedios.
Benavides ya no siguió esa noche, cuando menos, por una sola vez presentando notas sobre la inseguridad, pero lamentablemente una golondrina no hace verano, ni un esbozo de ética profesional cambia a una institución. Los días posteriores debió de retomar la senda roja de las notas policiales que el jefe de noticieros, Víctor Martínez, presenta como la panacea del rating y, por ello, de la publicidad y patrocinios que tanto gustan y atraen a los patrones.
Ahí quedó como anécdota de que sí se pueden cambiar los contenidos noticiosos, para cuando menos hacerlos menos trágicos, pero sin caer en la autocensura ni negar las realidades reales.
IR DE GUATEMALA A GUATIPEOR
Por un lado son los conflictos existentes, constantes y sonantes que ocurren en la redacción del periódico ABC de la familia Estrada, en donde además de reporteros, editores y diseñadores, ya se piensa contratar a un sacerdote y un psiquiatra, uno para exorcizar todos los demonios, y el otro para atender la paranoia y estrés laboral que afectan al personal, para que ahora se sumen los graves problemas en el área de Noticias de Grupo Radio Alegría.
No se sabe quién fue la mano que meció la cuna, o el dedo que disparó del gatillo, pero la salida abrupta de Gregorio “Goyo” Martínez y de José Luis Portugal de sus espacios informativos, que por años mantuvieron, son prueba fehaciente de que hubo un doble crimen que dejó a muchas viudas y viudos, es decir, a una amplia audiencia que ambos habían cimentado.
Parodiando el concepto policial de Ágata Christie, no siempre quien dispara –la dirección editorial o dueños de la empresa, esto es, la familia Estrada que decidieron el despido-, es el verdadero homicida. Las pesquisas siguen.
Lo interesante del caso es que tanto Martínez, quien transmitía de lunes a viernes de 7 a 9 de la mañana presentaba, según la misma empresa, una respetable audiencia, dándole competencia directa a los telediarios y al noticiero de MVS Radio que se transmite por EXA, mientras que Portugal, el último de la vieja guardia de GRA, y con casi 30 años de estar en sus filas, no sólo era apreciado por los radioescuchas, sino también por las fuentes informativas con trato directo con alcaldes, diputados, políticos y organizaciones de la sociedad civil.
¿Por qué prescindir de ellos a la vez? Y sobre todo, si los vas a suplir ¿por qué con un joven prácticamente desconocido, sin tablas ni experiencia, y mucho menos, conocimiento del pulso de la ciudad, como es el caso de Juan Carlos Altamirano.
Bueno, si se revisa la historia reciente pudiera entenderse que Martínez por la animadversión que su conducción del noticiero nocturno de Televisa Monterrey tenía con la administración estatal, pesó en su contra al momento de que GRA evaluara si sostenerlo o mantener una relación apacible con el Palacio de Cantera, pero, ¿Portugal?
Si es que a José Luis, uno de los soldados –que llegó a ser general, cuando en varias ocasiones ocupó la dirección de noticieros y del periódico ABC hace unos años-, era uno de los más fieles empleados de la empresa fundada por don Gonzalo Estrada, y a lo largo de los años respetó la línea y siguió a pie juntillas las exigencias que se le ordenaban. Y si se le llega a despedir (nada se dice de jubilación o pensión), ¿qué les puede esperar a los demás?
¿Quién gana o pierde con estas salidas dentro o fuera de Radio Alegría? Aún está por verse, pero pues en las dos o tres semanas que lleva al aire Juan Carlos Altamirano presentado como “un periodismo diferente”, su novatez se escucha y queda palpable un día sí y el otro también, además de que la carga laboral pues es excesiva al estar prácticamente todo el día en la estación de radio para cubrir dos emisiones radiales.
Bueno, aunque de cuando en cuando entra al quite Elliot Ruiz, un reportero del ABC originario de Hidalgo –aunque digan sus fans que su acento cantadito es de argentino, la neta del planeta es que suena a huasteco hidalguense-, cubriendo las emisiones mañaneras de ABC noticias.
A FALTA DE NOTAS, VOLADAS
Otro que sufrió de esa enfermedad llamada novatez es el jugador de fútbol americano metido a reportero Erik Solheim Rocha, quien fue duramente quemado y criticado, y desprestigiado en el Congreso del Estado.
Resulta que durante el periodo vacacional de Semana Santa, Rocha tuvo como exclusiva una información de que varios diputados habían adquirido automóviles de reciente modelo, caros y de lujo, pese a la prohibición tácita del pleno del Legislativo para estos gastos suntuosos.
Orondo, el exegresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación pues videograbó los vehículos de los diputados y los presentó en el Telediario como una exclusiva en la que se demostraba el despilfarro, e incluso logró subir al ring a los diputados del Movimiento Ciudadano para criticar a sus homólogos gastones. Pero nanay, tenga su nieve.
Ipso facto, que es tocayo de en caliente, los legisladores cuestionados mostraron que las compras no eran adquisiciones con nuevos recursos, sino reposiciones. Nuevas, pero ya agendadas en los contratos de compra-venta de la pasada Legislatura; y no sólo eso, evidenciaron la mala leche, dicen que dijeron, mostrada por el reportero que no hizo bien su chamba ni les preguntó a los indiciados su información o su parecer.
Erik estaba feliz porque hace unas semanas se había incorporado a la producción de Cambios con el arquitecto Benavides, pero tras este dislate –así es el periodismo-, quienes lo vieron dicen que se le cayó la sonrisa de los labios y su semblante es taciturno, amargado. ¡Ah!, peor aún es que sus jefes Luis García y Víctor Martínez no quisieron compartir la gran exclusiva con Milenio Diario de Monterrey, por obvias razones de diferencias, conflictos, celos y ambiciones personales, e hicieron el ridículo solos.
En el pecado llevaron la penitencia.
Y la pregunta tan esperada: ¿dónde anda Juan José Cerón, exjefe de Fotografía de El Norte, además de dar cursos en el Museo Marco?v
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