Tras su silencio estratégico de meses pasados, mientras el resto de precandidatos, unos más, otros menos, estaban ya encampañados, el diputado federal Baltazar Hinojosa Ochoa está desde el sábado 19 de noviembre más desatado que el propio ´Peje´, Margarita Zavala y el Bronco de Nuevo León.
El ex alcalde de Matamoros y fiel tomasista, de hecho el político más cercano al cuestionado ex Gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba, anda más que echao pa´ delante, sobrado.
El ex edil ya se ve como Gobernador de Tamaulipas.
Seguramente el ex secretario de Educación Cultura y Deporte tomasista se respalda y apela al espaldarazo que desde un principio le dio su padrino el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray (para variar también cuestionado por su suntuosa casa, que no más no corresponde a su salario) y en el apoyo de diputados federales de su partido y hasta gobernadores a quienes echó la mano durante la confección del presupuesto de egresos para el año 2016.
Posiblemente. Pero, ¿esto le dará el aval automático para ser considerado desde ya el seguro candidato priista al Gobierno de Tamaulipas?
Habrá que ver.
Porqué, aunque otros precandidatos a la gubernatura tienen también el tufo tomasista, que hoy por hoy, al ser considerado un prófugo de la justicia de Estados Unidos por presuntas implicaciones en delitos de lavado de dinero y otros delitos de alto impacto, pesa, existen otros ´posibles´ que al menos en reputación, salen mejor librados.
Yarrington también es considerado prófugo de la justicia en México.
Aquí, en plena democracia real y cibernética, aquel dicho de la abuela sí cala: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
De hecho otro de los considerados punteros en la lucha interna priista por la candidatura a la gubernatura, Marco Antonio Bernal, ha mencionado que nada tiene que ver ni con Tomás Yarrington ni con Eugenio Hernández, también objeto de serias acusaciones en Estados Unidos y de investigaciones en México.
Bernal asegura que él sí puede tomar distancia de quienes son sus compañeros pero no sus aliados, y puede presumir a sus amigos.
Mercedes del Carmen Guillén Vicente, otra aspirante, ubicada también como tomasista no niega a Tomás, pero alude que ha sido mujer de estado y que no solo ha colaborado con él, sino con otros cuatro representantes del ejecutivo estatal.
Paloma, se ve, guarda cierta sana distancia.
Habrá que escuchar qué dice Baltazar sobre sus ligas con el jefe del Grupo Matamoros, Tomás Yarrington y sobre todo, sopesar la reacción de su padrino Videgaray y del resto de los cuadros políticos en el juego.
Porque, si bien el titular de Hacienda da todo su aval a Balta, el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, no quita el dedo del renglón con la idea de que el abanderado del tricolor al gobierno estatal sea el otro matamorense, ajeno al Grupo Matamoros, Marco Antonio Bernal.
Mientras que, en el caso de Mercedes del Carmen Guillén Vicente, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, le sigue mostrando su respaldo.
Paloma, al igual que Bernal, sigue en la lucha.
Por lo que se ve, las elecciones del 2016 en Tamaulipas, tiene un efecto toral en Los Pinos, el gabinete y en el PRI nacional. Porque, quien logré colocar a su candidato, siempre y cuando gane, habrá avanzado un paso en sus aspiraciones a la grande en 2018.
Es decir, Videgaray, Manlio y Osorio Chong meten mano en Tamaulipas viendo su futuro como precandidatos presidenciales.
Claro que a esto habrá que agregar la opinión del primer priista del país, el Presidente Enrique Peña Nieto, quien podría ´convencer´ a todos que la mejor opción es su amigo el diputado federal Alejandro Guevara Cobos.
Y aunque muchos no ven metido en el proceso al gobernador Egidio Torre Cantú, a la hora del análisis en Los Pinos y en Insurgentes No. 59 de la colonia Guerrero, delegación Cuauhtémoc, el gober tiene voz y voto, por lo que los otros dos posibles del grupo Victoria, hipotéticamente, serían tomados en cuenta.
Luego entonces, nada está dicho.