
Las diferencias entre el presidente Felipe Calderón y el ex de Los Pinos, Vicente Fox, pudieran dividir al PAN rumbo a las elecciones presidenciales del 2012.
Esas diferencias ya se habían manifestado en lo político cuando Manuel Espino, ex líder nacional panista, comenzó a ser blanco de los ataques del equipo calderonista y ahora son más visibles en el tema de la legalización de las drogas.
Mientras que Felipe Calderón está contra la legalización de la mariguana, Vicente Fox, hasta tiene planes de cultivarla y distribuirla. Las declaraciones de Fox han provocado el enojo de Calderón, quien lo acusó de “no actuar a tiempo” para combatir la delincuencia organizada.
Esta lucha entre prominentes panistas está a punto de llegar a la arena política donde se desarrolla la elección del dirigente nacional del Partido Acción Nacional, donde Roberto Gil Zuarth aparece como favorito.
¿A quién apoya el foxismo en esta contienda? Pareciera no tener respuesta esta pregunta, pero lo cierto es que los calderonistas no están dispuestos a ceder ante ningún otro grupo y están cerrando filas para asegurar su candidato a la presidencia de la República.
El presidente de la República no quiere que le pase como a Vicente Fox, quien quiso imponer a su candidato, Santiago Creel y al final Felipe Calderón resultó ser el candidato presidencial.
Los panistas y Calderón le apuestan a mantener el liderazgo del partido por encima de la unidad, ya que la sola presencia del PAN les garantiza un voto duro de al menos un 25 por ciento de los votos.
Saben que para ellos el candidato es lo de menos, así pasó con Felipe Calderón, de no ser nadie en las encuestas, el simple hecho de ser el aspirante panista lo elevó por encima de los 25 puntos.
El riesgo ahora es que muchos panistas marginados del poder pudieran declararle la guerra a Calderón y provocar una crisis al interior del PAN, afectándole la imagen al posible candidato presidencial y a su propio partido.
Saben que en estados como Nuevo León han sembrado para ganar la mayoría en el Congreso local e incluso aumentar el número de diputaciones federales, toda vez que sus críticas al gobierno de Rodrigo Medina, dicen, sí han causado deterioro en la imagen del gobernador y del PRI mismo.
Sea cual sea la radiografía política local y nacional, el PAN tiene que vencer sus divisiones, si es que quiere ganar, sobre todo en Nuevo León donde en la última eleccion resultaron derrotados por los candidatos del PRI.