
Todos conocen a Franco Armani, el arquero de River, que viene teniendo una destacada actuación en el arco. Ha recuperado un poco su forma, porque el año pasado no fue el Franco Armani que River esperaba. Sí lo había sido anteriormente, y este año ha tenido algunas actuaciones muy importantes, mostrando esa seguridad de arquero de equipo grande, donde defines una o dos pelotas por partido.
El nivel de Armani es bueno. Su déficit como portero siempre fue el centro aéreo; la pelota alta es muy rápida, lo que no es fácil de anticipar, y por eso sufre lo mismo que cualquier otro arquero. Pero si tengo que encontrarle un punto débil, es que no tiene tanta ductilidad en sus piernas para el juego terrestre, de apoyo.
Sin embargo, abajo del arco, la verdad, es un arquero de gran nivel.
En caso de necesitar una suplencia, está Ledesma, un arquero que tuvo buenas actuaciones cuando le tocó jugar, porque Armani es muy regular.
Ahora, la línea defensiva no ha sido el fuerte de River, a pesar de los nombres que tiene. Tiene tres campeones del mundo en la zaga y jugadores seleccionados como Díaz. Montiel, todos lo conocemos, es un jugador que le ha dado mucho a la selección, pero más en ofensiva que en defensiva. Su suplente, Fabi Busto, que jugaba en Independiente (un club que conozco muy de cerca), tiene la misma característica. Son jugadores ofensivos, pero a la hora de cerrar atrás, son desatentos en las coberturas, porque piensan más en el despliegue hacia mediocampo o hacia adelante. Por eso, se ven continuos desajustes en algunos sectores, sobre todo en pelotas cambiadas de frente a un punto del área de definición. No digo fuera del área, pero sí en centros al segundo palo: muchas veces no cierran porque están pensando más en lo ofensivo que en lo defensivo.
Pasando al otro lado, pasa lo mismo con Acuña: terriblemente ofensivo, con una capacidad enorme para servir la pelota en el área y hacer daño en el ataque.
Quizás sería más efectivo si se quedara más atrás en defensa, pero no lo siente como su función principal; prefiere el traslado hacia el ataque.
Entonces, en las dos puntas de la defensa hay huecos por los adelantamientos continuos, lo que obliga a los centrales a salir a los costados y deja agujeros defensivos que no siempre se cubren a tiempo.
Por adentro también ha tenido problemas. El técnico no encontró la dupla central ideal; probó todo el año y creo que no se conformó con nadie. A Pezzella lo veo bien en el juego aéreo, pero flojo en la pelota baja o en situaciones de velocidad.
González Pires no jugó bien algunos partidos y empezó a complicarse por irse a los costados, quizás siguiendo el ritmo de los laterales ofensivos. Pero ojo: la línea defensiva no ha sido un problema para River en el juego aéreo. Aunque Pezzella es peligroso en el área rival, en defensa ha perdido duelos importantes.
Rayados tiene en Sergio Canales, en Berterame y en “Tecatito” a los hombres para aprovechar esta vulnerabilidad de River en defensa. El fútbol es un juego de ajedrez, aunque dinámico. Hay que saber cuáles son tus virtudes y disimular tus defectos.
Por eso, Rayados hoy tiene que jugar por afuera, porque sabe que va a encontrar huecos. La clave sería tener un nueve de área cabeceador. Ese, creo, sería el secreto.