
Los que saben de boxeo aseguran que cuando uno de los participantes en el combate se siente arrinconado, no le queda de otra más que sacar lo mejor de sí mismo, esperando un golpe de suerte o de plano terminar la batalla de la manera más digna posible.
Si se trata de un mero deporte o espectáculo, no pasa de eso; pero cuando hablamos del líder que tiene en sus manos la toma de decisiones que afectan positiva o negativamente a toda una colectividad, el panorama cambia radicalmente.
Cuando la ortodoxia política predominaba, la figura política del gobernador de Nuevo León, conjuntamente con el del Estado de México, Jalisco y el Distrito Federal, era la de casi un vicepresidente de la República, no tanto por quien fuera la figura, sino por lo que representaba, pero sobre todo por el respaldo social, político y económico que lo sustentaba.
De ahí que Monterrey fuera escenario de reuniones bilaterales de peso mundial, entre personajes de la talla de presidentes de Estados Unidos y de México, como lo fue la George Bush y Carlos Salinas de Gortari, o lugar elegido para grandes convenciones de negocios, juegos de beisbol de Ligas Mayores, fechas obligadas para carreras de automóviles, en fin, la marca Monterrey era eso… lugar de grandes acontecimientos.
Eran los tiempos de la grandeza y pujanza regiomontana, cuando sus ciudadanos se colocaban en la fila de cualquier mostrador orgullosos de tomar un vuelo con destino a Monterrey, y escuchaban elogios del resto de los pasajeros hacia todo lo que significara Nuevo León.
¿Cerveza?, ¡la mejor es la que se fabrica en Monterrey!; ¿universidades?, ¡las mejores son las que están en Monterrey!; ¿vidrio y envases?, ¡nada como lo que se hace en Monterrey!; ¿acero?, ¡ni dudarlo, el de Monterrey es excelente!; ¿cabrito, carne asada, dulces de leche?, ¡nada como el que comen los regiomontanos!; ¿hospitales y medicina de alta especialidad?, ¡para qué vas a Houston, si son los mismos que operan en Monterrey!; ¿buen futbol o beisbol?, ¡los equipos de Monterrey son protagonistas!
¿Los mejores conciertos?, ¡claro que en Monterrey! Hasta la “bendita frontera” con los Estados Unidos nos quedaba a ¡dos horas!
¡Entre broma y broma nos ufanábamos que sólo nos faltaba la playa para estar completos!¡Pero para eso, teníamos “nuestra” Isla del Padre!
¿En qué momento permitimos que secuestraran nuestra ciudad, políticos improvisados que permitieron que grupos de sinvergüenzas picudos y advenedizos abusaran de nuestra valorada hospitalidad y nuestro espíritu de buenos seres humanos?
Si la reciente visita de Josefina Vázquez Mota, coordinador del PAN en el Congreso de la Unión; de la esposa del Presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala; de Heriberto Félix, secretario de Desarrollo Social; Juan Molinar, secretario de Comunicaciones y Transportes; y de la mismita Beatriz Paredes Rangel, líder nacional del PRI,en un lapso de sólo dos días, no nos vienen a confirmar que nuestro gobernador está arrinconado, entonces con gusto acepto el fin del mundo que predijeron los Mayas sucederá en diciembre de 2012.
¿Cómo estarán las cosas para que su propia líder nacional le haya dado un “espaldarazo” diciéndole, estoy contigo, pero si haces las cosas bien?, es obvio que era una bola ensalibada y un doble mensaje político, mismos en los que Paredes Rangel tiene un doctorado.
¿Quién y desde dónde se maneja la agenda política de Nuevo León?, ¿Los Pinos?, ¿Desde el edificio de Insurgentes Norte?, ¿desde la casa paterna?
Confìemos en que nuestro gobernador sepa o se encomiende a todos los dioses del Olimpo, para que su próximo golpe sea para acabar con el oponente, y no para morir dignamente, por el bien de todos nosotros.
Y esperemos que su manager no sea como aquel chiste, que cuando el púgil todo sangrando se acerca a su esquina y le pregunta como va la pelea, éste le contesta de una manera socarrona: “¡Vas excelente, pero si en el próximo round lo matas, empatamos!…