Estaba un día El Apuntador buscando hacer un trámite en unas oficinas del Estado y de municipios, cuando se encontró con la sorpresa de que parecen casas de fantasmas, pues una gran mayoría de servidores públicos se han ido a las campañas electorales en marcha y otras que se avecinan.
Y la cosa no es menor, pues entre otros hay un montón de compañeros que estaban como enlaces de prensa y fotógrafos que mejor solicitaron licencia a sus tibios espacios en el servicio público para sudar la gota gorda, ponerse los tenis y empezar a caminar cuadras y cuadras siguiendo a los candidatos.
Esto pasa en cada proceso electoral, cuando los candidatos se piratean a colegas inconformes con sus empresas que ya están hasta la coronilla del maltrato de sus jefes y, peor todavía, que la chamba es mayor con los mismos sueldos, y ya no le abren la puerta de sus casas al cobrador de Coppel.
El caso que más se recuerda es 2015 cuando “El Bronco” se reforzó con reporteros de El Norte, entre ellos Osvaldo Robles, quien era uno de los baluartes de la sección Local. Pero no solamente fue él sino otros como Claudia García, Fulgencio Hernández, Guadalupe Gloria, Elena Torres (que ya no estaba en el periodicote) y Antonio Argüello (de las filas de Milenio), entre muchos otros.
Pero de los recientes ya hablaremos en un momento; mejor iniciamos esta entrega con un dato que vaya que le llamó la atención al columnista y que es ni más ni menos que el extraño y nada digno regreso de Carlos Bravo, quien durante meses estuvo ganando lo que nunca en su vida y viajando lo que nunca más volverá a hacer cuando acompañó cruzando los siete mares a Samuel García y su esposa Mariana.
Para quienes no lo recuerden, Bravo supo aprovechar muy bien sus talentos de adulación (lambisconería, para que mejor se entienda), para colarse como fotógrafo personal de Mariana Rodríguez, titular de la Oficina Amar a Nuevo León y actual precandidata a la alcaldía de Monterrey.
Como la humedad, Bravo se fue metiendo poco a poco en la administración estatal y hasta logró que sus familiares pudieran ser incluidos en la nómina estatal, algo que muy pocos han podido hacer.
Por si esto fuera poco, Bravo consiguió colarse en algunas giras internacionales del gobernador del Estado y su esposa, lo que no pasó desapercibido por los medios de comunicación… con decirles que hasta El Norte publicó una nota de su viaje a Ciudad del Vaticano.
Sin embargo, la soberbia le ganó a Bravo y poco a poco fue cometiendo algunas faltas que le hicieron que el gobernador y su esposa le perdieran la confianza y mejor le dieran las gracias.
Fue entonces cuando Bravo se fue diciendo que le debían quién sabe cuántos millones de pesos en indemnizaciones para él y su familia, a los que también les dieron las gracias.
Hay que recordar que estas versiones y el consabido desmentido por parte del gobierno estatal fueron puntualmente reseñados en este infame pero tan leído espacio.
Pues bien, no están ustedes para saberlo pero este columnista sí para contarlo, pero Bravo reapareció intentando colarse en otro equipo de un candidato a la presidencia municipal.
Y no, no se trata del de Mariana Rodríguez sino todo lo contrario… les estamos hablando del de Adrián de la Garza. El mismo al que traicionó y abandonó cuando lo vio perdido en 2021 como candidato a la gubernatura, cuando en la alcaldía de Adrián en Monterrey se había hinchado de dinero, yéndose con los naranjas de rodillas.
Como lo leen, queridos lectores, Bravo se fue a pedir trabajo con los némesis de sus antiguos patrones.
Nuestros contactos al interior del PRI y el equipo de campaña de Adrián (que no son dos, son muchos más), nos han confirmado que apenas vieron que Bravo se les había acercado con sus lisonjas y adulaciones, de volada le echaron las cruces y le dieron las gracias.
Es mas, nos cuentan un par de fuentes que en un desesperado intento por ser contratado, Bravo ofreció revelar secretos que pudo enterarse gracias a que, dijo textual, “Estuvo dentro de la casa de Mariana”.
¿Qué es lo que Bravo ofreció darle al equipo de campaña de Adrián de la Garza? Eso no se lo quisieron decir al columnista las fuentes, pero sí le confirmaron que ni eso fue motivo suficiente para que lo contrataran.
Así que nadie se espante si el día de mañana Bravo se aparece por la casa de campaña de MORENA o cualquiera de los otros partidos políticos que tienen candidatos a la alcaldía de Monterrey.
Anda desesperado y dispuesto a contar todo lo que vio y escuchó en la intimidad del hogar del gobernador del Estado y su esposa.
RETAZOS
Regresando con el comentario inicial de esta entrega sobre los compañeros que han dado el brinco para integrarse a las campañas electorales que ya iniciaron en algunos casos, ahí tienen que Elisa Tagle pidió permiso para ausentarse unos meses de la dirección de Comunicación Social de Agua y Drenaje de Monterrey.
¿Pero por qué Elisa habría de separarse de su cargo? Pues para incorporarse ni más ni menos que como jefa de Prensa de Movimiento Ciudadano a nivel estatal, un puesto que ya ha estado ejerciendo desde hace un par de semanas.
De hecho la noticia corrió como reguero de pólvora entre la raza de los medios, y un titipuchal de reporteros y editores ya la andan correteando para buscar firmar un convenio de publicidad con el partido, ahora que han iniciado las campañas.
Quien también cambió de aire es el compañero fotógrafo Francisco “Paquito” Ordaz, el cual dejará su puesto en el periódico ABC y está analizando ofertas para integrarse al equipo de campaña ya sea de Héctor García en Guadalupe o Mariana Rodríguez en Monterrey.
Si se fuera con Héctor, “Paquito” se uniría al grupo que ya conforman Gaby Narváez, Francisco “Paco” Cantú y Alfredo López, los cuales decidieron soltar su puesto en el Congreso del Estado.
Y ahora sí, va la gustada pregunta de la quincena: ¿quién es la reportera que andaba en uno de los registros de un candidato a alcalde de Movimiento Ciudadano, con una sombrilla abierta en medio de un tumulto, sacándole los ojos a todas las personas a las que tenía cerca?
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