Para como se veían las cosas, todos en Nuevo León sabían que conforme se acercaba la fecha para el proceso electoral, alguien iba a soltar una “bomba atómica” para intentar mover el fiel de la balanza sobre el destino de la elección.
Lo que nadie esperaba es que ese alguien iba a ser el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien de la noche a la mañana desarrolló una especial atención en lo que sucede en Nuevo León y se tiró desde la tercera cuerda contra el candidato priista a la gubernatura, Adrián de la Garza.
Durante varios días consecutivos el presidente dedicó bastantes minutos de su conferencia mañanera a criticar la llamada Tarjeta Rosa, que no es más que un programa de gobierno que el Ayuntamiento de Monterrey mantiene desde hace tres años, igualito a los apoyos económicos que reciben las personas de la tercera edad o los llamados “ninis”.
Sin embargo, alguien le vendió la idea a López Obrador que este es un programa para la compra de votos.
¿Qué fue lo que pasó? La noche del 10 de mayo la Fiscalía General de la República sacó un boletín donde anunció que iba a investigar tanto a Adrián de la Garza como a Samuel García, del Movimiento Ciudadano, por presuntos delitos electorales.
El problema es que la Fiscalía no estaba anunciando que estaba pidiendo una orden de aprehensión o que había encontrado evidencias para solicitarla… solo está avisando que ahí viene una investigación… algo así como “espantar con el petate del muerto”.
Obviamente tanto Adrián como Samuel se victimizaron, se auto declararon perseguidos políticos y López Obrador ha quedado como el mandatario que está usando a la Fiscalía para eliminar a sus enemigos políticos, una táctica muy socorrida por aquel PRI de la década de los setentas.
En otros asuntos, Clara Luz Flores no tuvo otra opción que relanzar su campaña cuando faltaba un mes para acudir a las urnas. Y en la zona metropolitana la abanderada de MORENA y partidos que la acompañan por fin se ve en los panorámicos con su chaleco color guinda. ¿Qué le costaba?
Otra incógnita que hay es si el ganador o ganadora de la contienda para suceder a Jaime Rodríguez Calderón lo hará con similar diferencia que tuvo “El Bronco” que, ni sumando el resto de los tres principales contrincantes, superan las al candidato independiente que triunfó con 48. 8 por ciento de los votos
Si bien Samuel y Adrián han dado el espectáculo tirándose hasta con la cubeta, parecería que la esa guerra sucia o limpia no ha desalentado al electorado y se anticipa una alta participación, la cual pudiera superar el 58.7 por ciento de asistencia a las urnas de 2015 con todo y pandemia.
En el cuartel general del candidato del PRI-PRD los abogados tienen redactadas y firmadas las impugnaciones que harán contra Samuel, sobre todo por las aportaciones de particulares a la campaña naranja.
Cierto, en lo que resta de la campaña que termina el 2 de junio los candidatos se pondrán en off suspendiendo recorridos y actos públicos, pero eso no quiere decir que los abogados de Adrián preparan sus argumentos para invalidar la elección y tumbar a Samuel si gana las urnas.
Igual pasa con el abanderado de Movimiento Ciudadano quien tendrá que defenderse de la declaración que hizo de que su hermana aportó 20 millones a su campaña. Una cifra, según sus adversarios, que rebasa por mucho el máximo autorizado por los referís de la elección.
Por si no sabían, el candidato a alcalde de General Terán de Movimiento Ciudadano, David Sánchez, quien tiene una dura batalla con el aspirante del PRI-PRD, Calletano Silva; es cuñado de Samuel, pues está casado con su hermana.
O sea que en Nuevo León existe la posibilidad de que un posible gobernador tenga como primera dama a su hermana en General Terán, y a su cuñis como edil. Y todo queda en familia.
Por eso, lo mejor de los tres meses de la contienda será el after, como sucedió en 2018 cuando, por poner un ejemplo, en el Palacio Municipal de Monterrey estaba todo preparado para que Felipe de Jesús Cantú jurara como alcalde y ¡sópas!, los magistrados electorales lo tumbaron.
Hasta edecanes vestidas de azul y blanco recibían y acomodaban a los invitados al evento que se llevaría a cabo en el patio central. Y mientras en Monterrey se invalidó el proceso por la impugnación de Adrián, en Guadalupe Cristina Díaz (PRI) le dio la vuelta a la tortilla sobre el comal que ardía, dejando también vestido y alborotado a Pedro Garza, del PAN.
Y entrando al terreno de Guadalupe, no hay duda que Daniel “el gallo” Torres un día llegará a ser un buen presidente municipal del municipio donde creció de niño, adolescente y adulto en la colonia Linda Vista. Y sus vecinos vieron cómo se abría paso en la política en el PRI, luego independiente y ahora MORENA.
Pero parece que a Daniel no lo acompaña la buena suerte desde que abandonó la trinchera tricolor, pues en 2018 que buscó por vez primera ser alcalde, la marca independiente estaba muy desgastada, y ahora en 2021 Clara Luz derrumbó a la mayoría de los candidatos.
Porque si Clara Luz no hubiera mentido que conoció a Keith Raniere, líder de la secta NXIVM, seguramente a Daniel “otro gallo le cantara” en su lucha por derrotar a Cristina Díaz y a Alfonso Robledo. Pero bueno, el ex tricolor trae sus propios datos y buscará dar la sorpresa.
¿Pero qué ha sido lo más vergonzoso que ha sucedido en estos días anteriores sobre las contiendas en Nuevo León?
Seguramente la grave acusación que hizo Miguel Treviño contra Mauricio Fernández, protagonistas de la elección para alcalde en San Pedro, de que la casa del panista “es el único antro abierto” en ese pudiente municipio en horas no autorizadas.
Pero la grave acusación del edil sampetrino no terminó con esa aseveración, sino que la lengua se le soltó al afirmar que Mauricio era anfitrión de fiestas donde las asistentes lo llamaban “tío”. El tres veces alcalde no se quedó con la daga clavada y reviró dejando a Miguel sin habla.
Tan desafortunada fue esa declaración, que el resto de los contendientes no solo reprocharon al alcalde sus dichos, sino que se sumaron a las críticas de Mauricio de que Miguel sólo se ha dedicado a poner bonitos los parques donde las familias “fifi” acuden a pasear, abandonando sectores como la avenida Vasconcelos, la más transitada de San Pedro a la que le urge una reingeniería vial.
Según las críticas, al alcalde no le importa meterle mano a Vasconcelos porque esta vía es utilizada por el transporte público y las personas que sí tienen que trabajar para ganarse la vida.
Por supuesto que el edil no pudo articular una respuesta a esta crítica tan válida por parte de sus contrincantes.
En los otros frentes, sobre todo de los naranjas contra los tricolores por la gubernatura y la alcaldía de Monterrey, Rodrigo Medina de la Cruz parece ser el villano favorito de las películas porque no hay spots, discurso o entrevista de Samuel y Luis Donald Colosio donde el ex gobernador no salga a colación.
Medina es el Carlos Salinas de Gortari del 2000 y 2006 cuando Vicente Fox, Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, un día sí y el otro también tomaban al ex presidente como sinónimo de corrupción.
Y basta recordar a “El Bronco” que en 2015 pateó hasta que se cansó a Medina y a “los medinistas” cuando se refería a que Ivonne Alvarez García, candidata del PRI hace seis años, era parte de ese grupo. Y no solamente le funcionó al venderlo ante el electorado, sino que ganó y arrasó.