El 27 de agosto del año 2010, Álvaro Ibarra, tomó la protesta como nuevo Presidente del CDE del PRI en Nuevo León y asumió un gran compromiso frente a los priistas y frente a la sociedad: Hacer mejor política para encontrar a los mejores hombres rumbo al 2012.
Álvaro se comprometió frente a su líder nacional, Beatriz Paredes y frente al primer priísta del estado, Rodrigo Medina a se un partido más cercano y aliado con el Gobernador.
Fueron testigos de su mensaje los líderes de los sectores pertenecientes al PRI, Ismael Flores Cantú, de la CTM, Héctor García de la CNOP y muchos otros de distintas centrales y movimientos territoriales.
Al nuevo dirigente le toca reforzar el trabajo de campo, visitar a los líderes de bases y de colonias que hoy están abandonados y que reciben el constante coqueteo de la oposición llamada PAN.
El PRI se debe a esos hombres y mujeres que sinten los colores y se desgarran aún sin haber elecciones, pero que aún no son tomados en cuenta.
Si una de las promesas es hacer política en tiempos no electorales, Álvaro Ibarra, acompañado de su secretaria General, Maribel Villalón, deberán ser el mejor canal de comunicación entre los sectores y el gobierno que encabeza, Rodrigo Medina.
El mandatario priísta debe rodearse de pueblo para que sienta que en la difícil tarea de gobernar no está sólo.
Esa es su fortaleza cuando las cirsunstancias no le son favorables. Hoy Rodrigo Medina está rodeado de escenarios adversos. Grupos sociales, políticos, académicos y económicos le recriminan, sin proponer, los magros resultados en materia de seguridad.
Si a eso le sumamos los grupos que históricamente lo apoyan y que hoy en día no han recibido el calor del Gobierno, sus espectativas de obtener un mayor grado de aceptación bajan.
De ahí que la propuesta de Álvaro Ibarra llega en buen momento porque el nuevo líder debe acercar a los sectores, grupos y líderes con la dirigencia del PRI con su Gobernador para pactar acuerdos.
Al gobernador le urgen grupos de apoyo que influyan en el ánimo de la opinión pública, que manifiesten posturas y produzcan cierto impacto mediático que favorezca las acciones de Rodrigo Medina.
El nuevo dirigente tiene una gran tarea y mucho por aprender y desarrollar sobre la creación de grupos de interés común y el uso de redes sociales que propagen los mensajes de los actos y promesas que está cumpliendo Medina.
En un escenario adverso no todos son enemigos, muchos son espectadores, sobre todo pasivos, incluidos los sectores del Partido Revolucionario Institucional, frente a los actos gubernamentales.
El día en que el PRI logre echar a andar esa maquinaria difícilmente los vencerán las corrientes de opinión contrarias, esa es la tarea del nuevo líder del PRI, Álvaro Ibarra Hinojosa.