Los Sultanes De Monterrey entregaron el anillo de campeón de la temporada 2007 de la Liga Mexicana al lanzador derecho de los Yanquis de Nueva York, Alfredo Aceves.
Aprovechando la visita del sonorense a tierras regiomontanas, en donde contraerá nupcias en los próximos días, la organización de Monterrey reconoció al lanzador que, después de darle el noveno título de su historia, emigró a grandes ligas con el legendario club.
Fue un evento bastante cordial donde José Maiz y Roberto Magdaleno elogiaron la perseverancia del pitcher derecho.
Gilberto Mario Garza, presidente de la Asociación de Cronistas de Beisbol del Estado de Nuevo León, como siempre, excelente anfitrión, junto a ellos Lee Sigman, buscador que jugó un papel importante en su firma con los Yanquis.
Mostrando su característica humildad, “El Patoncito” platicó largo rato con los medios de comunicación en una conferencia que se convirtió en una charla entre amigos, en donde mostró el orgullo de haber llegado a grandes ligas.
Habló sobre el camino difícil que tuvo que recorrer para llegar a donde está, del nerviosismo de saberse observado y cerca de la gran carpa, así como su deseo de mantenerse muchos años en el máximo nivel y su participación en el clásico mundial con la selección mexicana.
Luego de comentar acerca del momento que está viviendo en su vida profesional y personal, Aceves recibió docenas de preguntas de todos colores y todos sabores y contestó todas y cada una de ellas, no sin antes dejar claro que muchos de los detalles que ahí le mencionamos ni siquiera los recordaba por estar concentrado en sacar outs a sus enemigos.
Señaló que aún tiene la oportunidad de viajar en metro, ya que por ser poco conocido se ahorra una muy buena cantidad de dólares.
Como anécdota platicó que en uno de esos viajes en el subway luego de haber lanzado el penúltimo día de la despedida de Yankee Stadium se topó con Miguel Flores, compañero suyo en los Sultanes, que había ido a visitarlo, y que por un error en el número telefónico no lo había podido localizar, por lo que para ese juego tuvo que comprar boletos a un precio muy superior.
Cómo es el destino que en una ciudad gigantesca como la Gran Manzana te vengas a encontrar en el metro, primero a un pelotero de grandes ligas, y luego, al que estabas buscando. De más está decir que al día siguiente fueron los invitados especiales.
Narró cómo junto a otros cuatro debutantes del equipo fueron vestidos caracterizando al grupo de música disco “Village People” y a él le tocó ser el indio. Además, para completar la novatada, tuvieron que salir con esa vestimenta hacia el autobús y ser bajados unas cuadras antes del hotel entre la risa de sus compañeros que tomaban fotografías y video.
Aceves se ve y se escucha más maduro. Se nota que el haber dado el gran paso le ha servido y eso lo demuestra en sus palabras:
“El ser un jugador de grandes ligas no es sólo en el terreno de juego, es mucho más, ser una buena persona, buen compañero, buen esposo, buen padre, eso es ser un grandes ligas”.
Está orgulloso de ser el último mexicano que viste el uniforme de Nueva York en el adiós del Yankee Stadium, pero tiene muy clara la idea de que esto apenas es el principio y que su meta es mantenerse cuando menos 10 años en este nivel.
Alfredo platica que no tomó tierra de la loma del estadio Yankee como recuerdo, sino que salió del partido en que lanzó un día antes de la despedida del mítico escenario y ya en el vestidor se quitó el uniforme, lo guardó junto con su guante y al estar limpiando los spikes recogió en una bolsa de plástico la arena que traían, y todo fue certificado por grandes ligas.
No se vayan, no tardamos en regresar.