Para cuando estas líneas sean publicadas, Adrián de la Garza Santos sería ungido como el candidato del PRI (y los que se les peguen) a la presidencia municipal de Monterrey.
El anuncio no es menor, pues el ex alcalde, ex candidato a la gubernatura y ex fiscal del Estado se va a embarcar en la pelea más importante que ha enfrentado en su vida: ni más ni menos que contra Mariana Rodríguez, la esposa y madre de la hija del gobernador del Estado, Samuel García.
Y para poner las cosas en claro, hay que decir que si existe una elección que realmente le importa al mandatario estatal es precisamente la que se va a tener en Monterrey, porque sabe que en ella no solo se está jugando el control de la ciudad más importante del Estado, sino su prestigio político.
Si Mariana pierde, a quien realmente los electores le estarían dando la espalda no es la influencer, sino al mismísimo gobernador, quien vería naufragado toda su tesis política que se puede gobernar desde la percepción y por medio de las redes sociales.
Y si Adrián gana, triste futuro le espera a Monterrey, pues se va a tener un escenario de tres años de confrontación directa entre el gobierno del Estado y la capital de Nuevo León.
El tema es que en el bando de Adrián, la victoria no solo sería un triunfo político, es un asunto que con el paso de los años se ha convertido en un pleito personal con el gobernador.
Durante los últimos dos años, de la Garza ha tenido que soportar los embates legales y mediáticos que le han caído desde el Palacio de Cantera, donde casi casi lo están convirtiendo en alguien que es más malvado que el mismísimo Satanás.
Todo ello para impedir que se convirtiera en el Fiscal General de Nuevo León, una posición que ya ocupó si bien no con notas de excelencia, sí con una calificación aceptable.
Durante meses, Adrián aguantó callado las acusaciones de Samuel, quien le dijo de todo, lo acusó de todo e, incluso quiso meterlo a la cárcel cuando García tenía el control de la Unidad de Inteligencia Financiera.
Pero todo tiene un límite, y éste llegó hace unas semanas cuando, en un video publicado en sus redes sociales, De la Garza Santos adelantó que “va a arrasar” en la elección a la alcaldía de Monterrey.
¿Está exagerando? la verdad es que pudiera serlo y no.
En la otra esquina, y sin minimizar la capacidad de Mariana que la ha llevado a sumar millones de seguidores en sus redes sociales, si toda la estrategia de Movimiento Ciudadano se basa en videos de TikTok, entonces tienen mucho de qué preocuparse.
Que Adrián se haya decidido a buscar la alcaldía de Monterrey es la peor noticia que hayan podido recibir en el cuartel general de los naranjas, pues no solo se van a enfrentar al contrincante más complicado que hayan podido encontrarse, sino con alguien que siente que esta pelea es personal.
Además, De la Garza Santos tiene esa extraña capacidad de conglomerar lo mejor que aún le queda, poco o mucho, en el PRI.
Que no quepa la duda que en Monterrey se va a vivir la madre de todas las batallas electorales en el Estado, con los mejores guerreros tanto del bando tricolor, como del bando naranja, intentando llevarse una victoria que va más allá del tema político, sino que ya se encuentra en el plano personal.
Desde los rumbos de Apodaca se reporta que el ex alcalde, Oscar Cantú, decidió renunciar a su militancia el Partido Revolucionario Institucional al que pertenecía desde 1998, mismo con el que logró cargos como diputado local (en dos ocasiones), secretario de Seguridad Pública y Vialidad, secretario de Fomento Económico, secretario del Ayuntamiento y dirigente del Comité Municipal.
En una carta dirigida a la dirigencia de su, ahora, ex partido, Cantú criticó que el priismo ahora esté abrazando y dando de alta en la nómina, “a quienes en el pasado fueron nuestros adversarios”, relegando a “las líderes con militancias de más de 40 años”.
Además, lanzó un dardo envenenado al actual alcalde, César Garza, a quien acusó de “estar aferrado al poder” al haber colocado (según él) a su hijo como candidato a la alcaldía.
“No puedo seguir siendo parte de un partido con doble discurso, que traiciona a sus militantes apoyando e impulsando proyectos con nula experiencia en el servicio público”.
Como es de esperarse, Cantú tiene asegurado su lugar en las filas de Movimiento Ciudadano donde, seguramente, lo van a mandar a la guerra para intentar derrotar esa maquinaria perfectamente aceitada que es el priismo apodaquense, que ya ha demostrado que sabe ganar elecciones… y por boquete.
Antes de concluir vale la reflexión que en el PRI no hubo sorpresas en la designación de sus candidatos a las presidencias municipales y diputaciones locales.
Los que se supone iban a estar en las listas aparecen y nadie está sorprendido.
Es así que David de la Peña, José Luis Garza Ochoa, Francisco “Paco” Treviño, César Garza Arredondo, Jesús Homero Aguilar, Miguel Ángel Salazar, Verónica Garza Garza y María Francisca Argüello Quiñones buscaran retener las alcaldías que, en estos momentos siguen en manos del tricolor.
Para como se ven las cosas, solo falta que en MORENA se decidan a anunciar a sus candidatos para, ahora sí, tener la contienda lista.
Fuentes al interior del partido del presidente juran y perjuran que la lista de candidatos será publicada antes del 15 de marzo; mientras tanto sus adversarios siguen con el alma en un hilo, en ascuas sin saber contra quiénes van a competir.