Estaba un día El Apuntador recordando quién del gremio de Nuevo León había ocupado todo el espacio de esta columna en 15 años de existencia, cuando solo se respondió que “nadie”. Y será Juan Francisco “Paco” Salazar (QEPD) el primero por haber sido un ser humano como pocos, gran periodista, mejor amigo, excelente persona, solidario y apoyo de sus colegas, y esposo y padre ejemplar.
La noche del domingo 26 de julio falleció el coordinador de comunicación social del IMSS en Nuevo León -puesto que ya ocupaba Juan Cortés Vela (pero esa es otra historia que se contará próximamente)-, quien nunca abandonó la trinchera pese a su vulnerabilidad al Covid-19.
Cuando se supo de su deceso de inmediato amigos de varias generaciones lo recordaron y compartieron anécdotas en las redes sociales, sobre todo aquellos más cercanos a él de los años 80 cuando empezó a ejercer el periodismo antes de egresar de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL.
Alejandro Salas (reportero de Notimex):
Nos unían tantas cosas. Lo digo con dolor, de ese dolor profundo, del alma. Único varón en la familia y un buen de hermanas. Clase 1963. Su papá fue obrero, luego ascendió, igual que el mío. Sus padres se casan en el 62, igual que los míos. La boda fue amenizada por un conjunto norteño, tal cual, la de mis padres (seguro tocaron los Hermanos Vázquez o Los Gorriones del Topo Chico, de mi abuelo). Compartíamos el amor por el acordeón, la música norestense, la chicana, la tejana.
Cuando mis pininos, en 1984, él ya tenía un par de años de experiencia. Me vio titubeante en las inmediaciones del Congreso del Estado, que estaba en el ala izquierda del Palacio de Cantera. Se ha de haber conmovido de mi estampa de novato asustado y sin notas, aquella tarde de verano.
-No te preocupes, Alejandro. Mira, entrevistamos a varios diputados. No te asustes, le hicimos buenas preguntas, pero son políticos, por más que los presionas dicen tarugadas, pero dan nota; vamos a prensa y ahí recuperas audios, y yo te digo por dónde le des a tus notas.
Entonces él era el reportero estrella de El Diario de Monterrey, de Metrópoli (políticas) yo un reportero aprendiz, que empezaba carrera en Radio Alegría.
Yo, al borde del colapso por el miedo que me embargaba, me topé con un ángel. Un angelote de 1.90 metros, grueso, bonachón, risueño. No cualquiera en aquella época te echaba la mano sin conocerte, en la actividad reporteril.
Y de ahí pal real. Me habló para ingresar al Diario. Fue mi jefe; un guía, un teacher. Su crónica, cuando evadió la muerte en el Hotel Regis en los terremotos del 85 me cautivó. Fui a su boda, me apadrinó y acompañó en la mía. Me mandó por primera vez a la CDMX como corresponsal.
Me editó un buen de notas, reportajes y artículos de opinión. Un docto.
Carnes asadas, piñatas de nuestros -entonces niños-, recalentados en Zuazua. Cervezas, tequilas, con moderación. No bebía para embriagarse, prefería oír música, charlar y a veces tocaba la lira.
Le lloramos juntos a varios amigos que se nos fueron, como a Chema Alanís, a Roberto Mora. Nos acompañamos en las muertes de nuestras respectivas madres, y les seguimos llorando a discreción, cuando circulábamos a bordo de su auto por las calles de Monterrey, de vez en vez, sobre todo cuando oíamos alguna rola de Los Cadetes o de Los Invasores.
Hace años, desde que se fue al IMSS seguimos la amistad, llamadas, encuentros repentinos y largas charlas en su oficina y más recalentados, con Mava, con Fili y Tere, con Mirna y Mony, con la raza.
Desde el IMSS me ayudó como a infinidad de gente.
Mi familia lo quería mucho, como todo el gremio de periodistas en Monterrey y en muchos lares.
Por eso, hoy que un amigo me dice que ha muerto, mientras voy a bordo de un Uber por Circunvalación, en la CDMX, veo escenas de la vida en la que coincidimos y experimento una vez más ese dolor del alma que causa la ausencia. Pienso en su amada Mirna, en sus hijos en toda su querida familia y hago votos por su resignación.
Que dicha, Paco, haberte tenido de amigo-hermano, de colega, confidente, de guía.
¡Como tú decías, en esta vida estamos de paso! Tu paso ha sido ejemplar.
Norma Garza (ex reportera de El Diario):
Descansen en paz Roberto Mora, Ramón Rodríguez y hoy, Paco Salazar. Jefes, maestros, mentores, amigos míos y de un buen grupo de periodistas del Diario de Monterrey en los años 90.
Después, Paco siguió su carrera en el IMSS. Se distinguió siempre por su gran corazón y su vocación de servicio. Tuve el honor y la suerte de convivir con él y con su esposa Mirna un par de veces en el 2019. Nadie podía imaginar entonces la llegada de la pandemia y el dolor que nos traería. Paco se ha ido. Me quedo con los grandes recuerdos mientras lloro su partida y pido a Dios fortaleza para Mirna y sus tres hijos.
Luciano Campos (corresponsal de Proceso):
Paco Salazar era mi consejero. Cuando la vida me presentaba encrucijadas, cuando tenía dudas profesionales, lo llamaba y desayunábamos. Siempre estaba disponible. Le planteaba mis predicamentos y me presentaba soluciones.
Era inteligente pero, más que eso, era un tipo sabio. Chanito, me llamaba con afecto. Aunque nos hicimos viejos, él siempre me veía como un muchacho y así me sentía en su presencia, desde que nos conocimos, hace más de tres décadas, en El Diario de Monterrey.
Lo extrañaré siempre.
Miguel Ángel Vargas (directivo de Milenio):
Hace 32 años conocí a este gran hombre. Cultivamos más que una amistad y llegó a ser mi hermano. Juan Francisco Salazar Leal y sí que hacía honor a su apellido. Era leal y bondadoso.
Por alguna razón que no puedo asimilar ya no está con nosotros. En las fotos con mis amigos Fili y Salitas como cada año. Te vamos a extrañar querido compadre. Dios tiene un lugar reservado para ti.
Aquella frase de “lo que siembra, cosechas” queda reflejada en cada uno de sus comentarios. A mi querida comadre Mirna, a sus hijos Mirnita, Paco y Mauri sepan que su padre fue un buen ser humano extraordinario y que siempre contarán con nuestro apoyo incondicional.
Silvia Lidia González (ex Diario de Monterrey):
¡Qué profunda tristeza! Paquito… el buen Paco. Abrazo solidario a Mirna y a sus hijos. Y a todos los colegas que lo sentimos siempre nuestro gran hermano.
José Luis Esquivel (catedrático de la UANL):
Lo recuerdo muy joven -alumno mío- en el aula universitaria, ávido de trascender en el estudio de las Ciencias de la Comunicación.
Recorro la película de finales de los 80, después de cronicar en 1985 el derrumbe del Hotel Ritz en donde se hospedaba durante el terremoto de septiembre, y lo veo bien plantado como subdirector -mi jefe- en El Diario de Monterrey, siempre pendiente de su trabajo periodístico y del amor de sus amores, Mirna y su primogénita.
E imposible no reconocerlo como vocero del IMSS durante tantos años, continuamente dispuesto a dar la mano a quien se encontraba en apuros o en situaciones difíciles, cuando ya era padre de dos hijos más.
Al final logró impactar a las nuevas generaciones con su experiencia como gesto generoso de maestro que gustó de regresarle a su Alma Máter lo que le dio para su autorrealización.
Por eso dices Paco Salazar y se derrama la glosa de virtudes de una gran persona que se presentó ante el Señor forrado de buenas obras que seguramente le allanarán el camino para llegar a donde un día todos queremos llegar.
¡Descansa en paz, amigo mío!
Héctor Hugo Jiménez (directivo de Hora Cero):
Cuando iba rumbo a Reynosa aquel triste 11 de julio a reconocer a mi hermano César, recibí una llamada de sinceras condolencias de mi gran amigo Paco Salazar, quien me recomendó: “Ten mucho cuidado en no tocar nada. Si puedes ponte una playera sobre la otra, y saliendo la tiras o la guardas en una bolsa”.
Hoy ya están juntos en el Cielo. Ahora te pido algo yo amigo: “Me saludas y le das un beso a César. Dile que su familia lo extraña mucho”.
Gina Ramos (prensa de Movimiento Ciudadano):
Y sí, Paco Salazar falleció hoy por el Covid que muchos de mis contactos no creen que existe, por ese Covid 19 que algunos piensan que es invento del gobierno y que los medios exageran.
Este gran ser humano que hoy dejó este mundo, ayudó a mi papá cuando sus riñones dejaban de funcionar y a mi familia y a mi nos dio momentos de tranquilidad en medio de una gran tormenta. Estoy segura que Paco hoy está con Dios y deseo con todo mi corazón que su familia encuentre pronta resignación ante esta dolorosa despedida. Descanse en Paz.
Francisco Zúñiga (reportero de Multimedios):
A Paco Salazar le quedé a deber mil favores. Quizá más.
Propios y ajenos, porque cada vez que alguien necesitaba algo en el IMSS, Paco Salazar era el puente entre la Misericordia de Dios y las necesidades de los mortales.
Pero la amistad no comenzó en el plano institucional, sino al cobijo de la redacción en el Periódico El Diario de Monterrey, donde más que amigos, forjamos hermandades mientras compartíamos noches y días en el anhelo de trascender en el mundo del periodismo.
La Vida -y la Vida es Dios- siempre tiene sus propios designios y Paco Salazar dejo las redacciones para ir al IMSS, pues los ángeles se ocupan más en la Tierra que en el Cielo. Desde ahí, ayudó a mil personas.
No todos quedan contentos, lo platicamos muchas veces. Eso le dolía, pero no impidió que siguiera esforzándose cuando alguien acudía a él.
Ahora, ya no estará al pendiente del teléfono. Su enorme corazón estaba agotado y voló al Cielo a descansar.
Ignoro si Dios le dará unas alas nuevas, porque las ocupa. Las que tenía desde que andaba en la Tierra, quedaron muy desgastadas de tanto cobijar a los amigos.
Buen Viaje, Tocayo.
Maleny Contreras (reportera local):
Aunque pocos lo saben, él fue pieza clave en mi crecimiento personal y profesional. Fue mi maestro en la facultad, quien me motivó e impulso cuando más difícil parecía todo. Me hizo enfrentarme a mí misma y sacar lo mejor de mí por una razón: Él creyó siempre en mí.
Hasta antes de su partida me ofreció todo su apoyo en momentos muy difíciles para mí y mi familia.
Él ayudó a tanta gente. Me quedo con sus grandes consejos y enseñanzas.
Gracias por pasar esa línea de maestro-alumno y motivarme a no rendirme. Siempre lo recordaré.
Bernardo Latorre (periodista de Canal 28):
Una gran pérdida. Paco me dio clases de periodismo, un comprometido con la carrera y un gran tejedor de historias. Su clase era muy interesante porque vivía día a día la noticia y eso lo llevaba y transmitía en el salón de clases.
Siempre que nos encontrábamos pronunciaba el primer párrafo de Cien años de Soledad: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el cielo”.
Andrés Meza (analista y consultor político):
Murió Juan Francisco Salazar Leal. Se le recordará siempre como periodista, maestro y el amigo solidario que ayudó a innumerables conocidos y desconocidos a resolver las inextricables y burocráticas relaciones del IMSS con sus derechohabientes.
Como periodista de buena cepa, comunicólogo y vocero del IMSS, Paco se mantuvo hasta sus últimos días trabajando, al pie del cañón, utilizando las medidas de seguridad necesarias que al final no fueron suficientes para blindarlo del Covid-19.
Paco sabía que trabajaba en un sitio de alto riesgo, no obstante, nunca abandonó la chamba. Su trabajo fue su religión, el IMSS su templo. Y que no se te ocurriera expresarte mal de alguna clínica o de los malos tratos del personal porque era el primero en justificarlo, defenderlo e intentar solucionar tu problema.
Conocía las entrañas del Instituto y las razones de sus carencias, desde presupuestales hasta el desabasto de medicamentos. Con todo, fue institucional hasta la médula.
Humanitario y gentil, Paco fue el amigo presto a ayudar a los demás, pero antes que nada fue un hombre de familia amoroso. Si algo lo definió fue la devoción por su esposa Mirna y sus tres hijos.
“Cuídate y no salgas, ahorita está de la chingada”, me dijo el 4 de julio, última vez que hablamos. Descanse en paz mi querido Paco.
Nelly Ofelia Martínez (periodista):
La muerte siempre lastima, más aún cuando se trata de algún familiar, un amigo o gente allegada a nosotros por varias razones.
El fallecimiento de Paco Salazar deja un hueco importante entre todos los que lo conocimos pues su capacidad de servicio era incuestionable, siempre constante.
Extraordinario ser humano, buen amigo, buen servidor, mejor esposo y padre de familia. De verdad, todos te extrañaremos.
Santiago González Soto (ex Diario de Monterrey):
Mi querido amigo Paco Salazar te nos fuiste, con tu partida volviste a unir al grupo de periodistas que tantas glorias le diera al periodismo de Nuevo León de los años 80 y 90.
Dios te reciba con todos los honores, fuiste siempre un gran ser humano, te vamos a extrañar.
Filiberto Garza (ex Diario de Monterrey):
Un gran hermano, con un corazón tan bondadoso para ayudar a su prójimo. Ya está en el jardín eterno con sus padres y hermanos reporteros quienes lo recibieron en su nueva morada.
Celso José Garza (periodista/funcionario UANL)
El amigo Francisco Salazar Leal falleció este lunes; en cada uno dejó un trozito de su corazón enorme porque fue un hombre noble y amable, empático y de servicio, tanto periodista como directivo público.
Comencé a apreciarlo por mi padre, quien lo quería muchísimo, como a tantos de esa generación de reporteros de los años ochenta, referentes para nosotros que entonces comenzábamos en el trayecto. Abrazo a su familia y amigos, y a todo el gremio de mujeres y hombres periodistas y reporteros; estirpe a la que pertenezco.
Descansa en paz, querido Paco.
Y ahora la primera pregunta tan esperada: ¿por qué Ale Medina, la chica del clima de Info 7 matutino dejó tirada chamba el lunes 27 argumentando que “no se iba a arriesgar” por las lluvias, no tuvo un castigo ejemplar viviendo a unas cuadras del canal?
Va rápido la respuesta: Porque es la novia del conductor de deportes que se quedó por Enrique García, Adolfo Oliver, el cual presume llevarse de piquete de ombligo con Guillermo Salinas Pliego y el junior. ¿Qué tal pollo?
Y la segunda pregunta: ¿por qué de nuevo Abimael Salas, el disque gurú del clima de Multimedios, de nuevo se equivocó al pronosticar torrenciales lluvias el lunes 27, igual o peores que el domingo a causa de “Hanna”, que sólo se hicieron presentes en su imaginación?
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